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Carlos Roberto Matty
- Sonora
Carlos Slim acaba de sellar otro capítulo en su romance con Petróleos Mexicanos. Grupo Carso firmó un contrato por mil 991 millones de dólares para perforar 32 pozos en el campo Ixachi, Veracruz, a través de sus filiales GSM Bronco y MX DLTA N RG 1. Un negocio de tres años que Pemex empezará a pagar hasta 2027, como quien firma un pagaré con la fe ciega de que, para entonces, todavía habrá petróleo… y dinero.
Ernesto Madrid
La operación no es menor: Ixachi, considerado el mejor hallazgo terrestre de Pemex en décadas, no implica riesgo exploratorio. Es un negocio casi seguro: reservas probadas, producción garantizada y un contratista que no pierde. En otras palabras, Carso entra a cosechar, no a sembrar.
El contrato se suma a la ya extensa red petrolera de Slim. Ahí está Lakach, con más de 1,200 millones de dólares para revivir un campo de gas en aguas profundas; la compra de PetroBal Operaciones Upstream, con acceso a Ichalkil y Pokoch; y el 49.9% de Talos Energy en México, que le abrió las puertas al yacimiento Zama, uno de los más prometedores del Golfo. Todo esto mientras Pemex aún le debe más de 700 millones de dólares por contratos llave en mano ya ejecutados.
El contraste es brutal: mientras el gobierno insiste en que la petrolera es emblema de soberanía, la realidad muestra a un Pemex con un déficit proyectado de 31 mil millones de dólares y una deuda superior a los 100 mil millones. La otrora gallina de los huevos de oro se ha convertido en el ave de rapiña que devora las finanzas públicas.
Y ahí entra Slim: capital privado, riesgo calculado y cobro asegurado. No es un contratista, es el verdadero socio estratégico de Pemex, aunque en los discursos oficiales se le siga tratando como un “auxiliar temporal”.
Al final, la paradoja se explica sola: Pemex no tiene liquidez, Slim sí. Pemex no puede perforar, Slim puede. Pemex promete soberanía, Slim garantiza el negocio. La empresa productiva del Estado se hunde en deudas, mientras el ingeniero sonríe: el petróleo sigue siendo de los mexicanos… pero la factura, también.
@JErnestoMadrid
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La política mexicana se alimenta de narrativas, pero también de encuestas que acaban siendo más crueles que los discursos. El sondeo de El Financiero confirma una tendencia que muchos en Morena ya veían venir: los más ambiciosos de la 4T comienzan a desmoronarse, mientras los discretos capitalizan el desgaste ajeno.
Ernesto Madrid
El caso de Adán Augusto López Hernández es el más evidente. Entre 2023 y 2025, su respaldo cayó de 34% a 32%, pero el golpe más fuerte está en sus negativos, que pasaron del 26% al 53%. Es decir, en dos años duplicó su rechazo. Y lo curioso es que, cada vez que intenta explicar su situación, termina hundiéndose más.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Adán aseguró que no es una carga para Morena, que tiene respaldo interno y que su conciencia está tranquila. Lo mismo repitió después en el chacaleo con reporteros: que todo se debe a complots de la derecha, a empresarios resentidos, a sectores oscuros que no toleran su eficacia. El problema es que, como dicta la lógica política, entre más se justifica, más se salpica e incluso en su postura, dijo que no renunciará al senado.
Y la salpicadura viene con números que no cuadran: presume ser austero, pero declara ingresos de 24 millones de pesos al año en la venta de ganado. En total, entre 2023 y 2025, admitió ganancias por 110 millones. Si a eso sumamos contratos omitidos en Tabasco y sospechas por vínculos con La Barredora tras la detención de El Comandante H, el discurso de “austeridad republicana” se convierte en sátira involuntaria. Ahí es donde cobra vigencia la célebre máxima de Carlos Hank González: “un político pobre es un pobre político”. Solo que en la versión 4T se traduce como: un político rico, pero muy austero.
Gerardo Fernández Noroña tampoco la pasa mejor. De 50% de opinión favorable cayó a 49%, y sus negativos subieron de 25% a 37%. El desgaste no viene solo de sus desplantes en el Senado —como el zafarrancho con “Alito” Moreno—, sino también de los lujos de su casa en Tepoztlán, exhibida en medios y confirmada por él mismo. Su autenticidad, que antes era su principal activo, comienza a volverse un lastre: el personaje devora al político.
En paralelo, Omar García Harfuch y Marcelo Ebrard avanzan con relativa calma. Harfuch alcanza 58% de positivos, Ebrard 53%, ambos en ascenso. Sí, cargan con sus propios expedientes: el primero con Ayotzinapa, el segundo con la Línea 12 del Metro. Pero mientras Adán y Noroña multiplican explicaciones y desplantes, ellos suman puntos con una estrategia más sobria.
La contradicción es evidente: la 4T que prometió acabar con los privilegios, hoy exhibe a uno de sus líderes más influyentes con fortunas personales millonarias; la que decía representar al pueblo llano, coloca a sus políticos más populares en la órbita de exjefes de policía y excancilleres.
En política, la ironía suele ser despiadada: los que más presumen son los primeros en perder el piso; los que trabajan en silencio, aun con sus sombras, cosechan simpatías. Adán y Noroña representan la ambición desbordada que acaba en caricatura. Ebrard y Harfuch, la discreción calculada que hoy se traduce en ventaja.
Al final, la historia tiene un desenlace anticipado: Claudia Sheinbaum juega a dos bandas en su segundo piso de la 4T. Por un lado, rinde homenajes a López Obrador, el gran arquitecto del proyecto; por el otro, va abriendo investigaciones y deslindes que exhiben el desgaste de su antecesor.
En ese doble discurso se va perfilando el escenario rumbo al 2030: los cínicos, como Adán y Noroña, se enredan en sus propias justificaciones, mientras otros optan por agachar la cabeza y esperar turno. Entre silencios calculados y ambiciones desbordadas, la sucesión ya no parece un futuro lejano, sino una obra que Sheinbaum escribe desde hoy, eligiendo —con sutileza o con descaro— quién sube y quién se descarrila en el segundo piso de la Cuarta Transformación.
@JErnestoMadrid
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Cuando el río suena, agua lleva. Y en el caso de Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado, el río no solo suena: arrastra nombres, apodos y hasta expedientes militares con membrete de la Sedena. Pero él insiste en que todo es producto de la maledicencia, de la prensa y de un extraño rencor político que lo persigue.
Ernesto Madrid
La presidenta Claudia Sheinbaum, en su papel de bombera institucional, ya salió a descartar que se trate de “fuego amigo”. Faltaba más. En esta versión tropical del “no somos iguales”, los documentos del SAT aparecen solitos en los medios, como si cayeran del cielo con estampilla de Guacamaya Leaks. Y claro, la narrativa o lo confirmado por quién esto escribe, es que los medios tienen “línea” contra el senador, porque pensar que los problemas son reales sería demasiado aburrido.
El verdadero problema para la presidenta no es si Adán resiste o no los embates, sino cuánto le va a costar mantenerlo en el Senado. Porque lo que comenzó con la detención de su secretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, alias Comandante H, terminó escalando hasta el Centro Nacional de Inteligencia y los informes clasificados de la Sedena. Documentos que, para desgracia del “hermano” incómodo, no parecen obra de la fantasía.
La realidad es que sus vínculos con Bermúdez huelen peor que los cuerpos que La Barredora abandonaba en Chiapas y no en Tabasco, como reveló EL UNIVERSAL el sábado pasado con documentos que explican el modus operandi del JJ en la zona serrana de Tabasco.
Además, los documentos filtrados por Guacamaya Leaks y los informes de la Sedena colocan a Bermúdez en el centro de operaciones del CJNG en Tabasco, con “licencia” para extorsionar, ejecutar y desaparecer a discreción. Y aunque Adán intente despegarse de ese lodazal, la narrativa de que ignoraba las tropelías de su secretario se ha vuelto insostenible.
Mientras tanto, del otro lado de la frontera, la DEA no olvida. Apenas este lunes reportó la incautación de un millón de pastillas y 77 mil kilos de droga al CJNG, grupo que Donald Trump calificó como “terrorista internacional”. La misma organización con la que el círculo político de Tabasco, incluido Bermúdez, parecía tener más que un trato cordial.
Y mientras Adán, en una segunda conferencia que dio desde el senado, sin nadie que lo arropará, jura que no hay conflicto de interés e insiste que no renunciará al Senado porque “no era servidor público” cuando hizo ‘negocios’ y presume además que todo está en regla con sus impuestos. Claro, salvo que los números dicen otra cosa y que sus aclaraciones suenan a las típicas excusas de quien paga “remanentes” pero olvida las cantidades sustanciales. En este país, el SAT nunca perdona… salvo cuando se trata de amigos de la casa.
Por si fuera poco, un exsubsecretario de Turismo resentido como Simón Levy le echó más gasolina al fuego, acusándolo de tener una orden de aprehensión internacional por lavado de dinero. Sin fuente, sin pruebas, pero con eco. Porque en la tragicomedia mexicana, los rumores se desmienten con otros rumores, y las verdades, con conferencias de prensa mal ensayadas.
Al final, la presidenta Sheinbaum tendrá que decidir: cargar con el lastre de Adán o buscarle una salida diplomática. Una embajada, quizá. Aunque ya sabemos que, en México, los culpables siempre terminan con inmunidad y pasaporte. Lo único que cambia es el destino: París, Roma o alguna capital olvidada donde puedan llamar a un cónsul “Excelencia”.
Cuando el río suena, no hay chaleco salvavidas que alcance. Y menos si uno se empeña en nadar con la corriente de La Barredora.
@JErnestoMadrid
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México lo hizo otra vez: se coronó campeón en impunidad. Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2025, de 33.5 millones de delitos cometidos en un año, 33.1 millones quedaron en la absoluta nada, lo que equivale al 98.8% de impunidad. Una estadística tan perfecta que parecería diseñada para presumirse en los informes oficiales como “avance histórico”.
Ernesto Madrid
El mecanismo es sencillo y digno de manual: de cada 1,000 delitos, solo en 68 se abrió una carpeta de investigación; y de esas, en casi el 90% no ocurrió absolutamente nada. En resumen, apenas ocho de cada 1,000 delitos tuvieron alguna resolución favorable. Si alguien pensaba que denunciar servía, los números confirman que el verdadero acto de fe en México es ir al Ministerio Público.
El análisis realizado por Mexicanos Contra la Corrupción confirma lo que las cifras ya gritan: la cifra negra —delitos no denunciados ni investigados— aumentó respecto a los dos últimos años y es peor que al inicio del sexenio de López Obrador.
De los 33.5 millones de delitos, 33.1 millones quedaron impunes, con incrementos preocupantes en delitos de alto impacto como violación y secuestro.
El hallazgo es lapidario: en México, no solo se roba y se mata con la tranquilidad de que nada pasará, sino que incluso los crímenes más atroces se pierden en el limbo burocrático.
Por su parte, México Evalúa presentó su reporte cuatrimestral sobre seguridad y confirmó que la violencia se diversifica en al menos cinco estados críticos: Guanajuato, San Luis Potosí, Estado de México, Morelos y Baja California.
Además, el noroeste (Baja California, Sonora y Sinaloa) permanece como epicentro de la guerra criminal entre “Chapos”, “Mayos” y el CJNG, mientras Tabasco arde con la disputa entre el CJNG y “La Barredora”, y la CDMX reparte plazas de narcomenudeo como si fueran licitaciones oficiales.
En contraste, el reporte también reconoce a los “islotes de resiliencia”: Yucatán, Campeche, Durango, Aguascalientes y Querétaro, donde la criminalidad parece no haberse enterado de la fiesta nacional de impunidad.
Lo más revelador es la constante que une todas estas cifras: aunque cada año aumenten o disminuyan los delitos, el número de carpetas de investigación se mantiene casi igual, como si la justicia mexicana tuviera un embudo eterno en la entrada. De millones de delitos, solo el 7% logra llegar a un expediente formal, y de ahí, la mayoría se ahoga en la inacción.
Mientras el gobierno celebra los logros en “contención” y “resiliencia”, la realidad es otra: en México, delinquir sigue siendo prácticamente gratis, con un sistema que funciona más como simulación que como impartición de justicia. Y lo peor: los criminales lo saben.
@JErnestoMadrid
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La venta del histórico banco mexicano a Fernando Chico Pardo llega con aval presidencial y con la promesa de modernización. Sin embargo, detrás de los discursos de confianza y tecnología se esconde la misma estructura: empleados que protegen fraudes, abogados que exculpan al banco y un sistema que funciona mejor para los estafadores que para los clientes
La operación más grande de la banca mexicana en años no huele a renovación, sino a la repetición de un guion ya conocido: instituciones financieras plagadas de fraudes que se lavan con discursos de modernización. El empresario Fernando Chico Pardo, el octavo hombre más rico de México —con una fortuna de 2,800 millones de dólares según Forbes— se convirtió en el nuevo propietario de Banamex con el visto bueno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Ernesto Madrid
Chico Pardo, a quien algunos llaman el “George Soros mexicano”, aseguró que su confianza en el gobierno fue clave para tomar la decisión. “Estoy haciendo una inversión personal muy relevante (…) mucho me animó la confianza que tengo en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y su proyecto de país”, dijo. Lo que omitió es que Banamex arrastra una larga estela de fraudes y chequeras fantasma, en casos que involucran desde dependencias estatales hasta bancos de peso como BBVA, y que siguen sin resolverse.
El historial de Banamex es tan turbio que ni la Condusef ha querido —o podido— meterle mano. Víctor Rodríguez Leyva, abogado externo del banco, se encargó de exculparlo de cheques apócrifos expedidos a nombre de dependencias como Banobras y la Secretaría de Finanzas de Oaxaca, en operaciones que se fraguaron desde sucursales la Ciudad Judicial en San Bartolo Coyotepec. Resultado: cero responsables, clientes desprotegidos y un correo automático de agradecimiento por la “confianza”.
La adquisición ocurre en un contexto en el que Washington ya alzó la ceja. John K. Hurley, subsecretario del Tesoro estadounidense para Terrorismo e Inteligencia Financiera, visitó México la semana pasada para exigir cerrar los huecos regulatorios que permiten a cárteles, políticos corruptos y prestanombres colarse en el sistema bancario. Su mensaje fue tan claro como incómodo: “México sigue siendo un coladero financiero”.
A sus 72 años, Chico Pardo carga un currículum brillante: fundó Acciones y Asesoría Bursátil a los 27, fue consejero en empresas de Carlos Slim, dirige el Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR) y controla hoteles de lujo en el Caribe mediante Promecap. Pero ahora carga con Banamex, la joya envenenada de Citi, cuyo futuro no depende de “meterle mucha tecnología” como promete, sino de limpiar un sistema donde empleados ineficientes, abogados arrogantes y vacíos regulatorios han convertido la banca en un paraíso de fraudes.
La gran incógnita no es cuánto crecerá la fortuna de Chico Pardo tras la operación —que podría dispararse a casi 4 mil millones de dólares—, sino si el aval presidencial es suficiente para ocultar que Banamex, más que un banco, se ha convertido en una puerta giratoria para criminales de cuello blanco y quizás, operadores del narco.
En resumen: Banamex cambia de dueño, pero el desorden sigue teniendo garantizado su crédito.
@JErnestoMadrid
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Mientras la inflación sigue dando pequeños zarpazos —0.18% en la primera quincena de septiembre, lo que la coloca en 3.74% anual frente al 3.65% de la quincena previa— el gobierno celebra que “todo está en línea con lo esperado”. Este jueves el Banco de México volvió a bajar sus tasas de interés en 25 puntos base para dejarla en 7 por ciento.
Ernesto Madrid
Como si la expectativa de pagar más por la canasta básica fuera un motivo de fiesta nacional. La inflación subyacente, esa que mide la temperatura real del bolsillo, tampoco quiso quedarse atrás y subió a 4.26% anual. Mercancías encareciéndose poco a poco, servicios que apenas aflojan: la fotografía de un país que presume estabilidad mientras su economía sigue respirando con oxígeno prestado.
Pero nada que un foro empresarial no pueda disfrazar de esperanza. En la Ciudad de México, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) organizó su encuentro “Energía con Futuro”, donde empresarios, funcionarios y expertos se reunieron para hablar de la transición energética como si México tuviera la infraestructura lista y el capital político suficiente. Spoiler: no lo tiene.
Juan José Sierra Álvarez, presidente de Coparmex, fue claro: el mundo enfrenta una demanda creciente de energía y la presión internacional por reducir emisiones. México, dijo, todavía depende del petróleo, el gas natural y, por supuesto, de Pemex, esa empresa que apenas puede pagar a sus proveedores, pero que sigue siendo presentada como la gallina de los huevos de oro… aunque la gallina esté enferma y los huevos hipotecados.
La narrativa fue uniforme: necesitamos inversión privada, innovación tecnológica y confianza entre sectores. Gerardo Trejo Veytia, vicepresidente de Sustentabilidad de Coparmex, lo tradujo en simple: sin empresas, la transición no camina. Diana León Cuadra, de la Secretaría de Economía, apeló a la “confianza mutua” para fortalecer la industria. Suena bien, pero los inversionistas llevan años esperando reglas claras que nunca llegan.
Los datos tampoco pintan el futuro tan verde: México consume gas natural suficiente para necesitar expandir la red de gasoductos, pero según Coparmex hay reservas para 40 años. El petróleo, calculado en unos 20 billones de pesos a un barril de 60 dólares, se ofrece como la gran joya nacional. El detalle: Pemex sigue arrastrando deudas y cuestionamientos sobre corrupción.
En el terreno automotriz, la electromovilidad avanza a paso de tortuga: de 700 mil autos vendidos en el primer semestre de 2025, apenas 44 mil fueron eléctricos o híbridos enchufables. Una muestra de que el discurso ambiental se estrella contra la realidad del mercado, donde los bolsillos mexicanos todavía no alcanzan para las “soluciones verdes”.
Los paneles hablaron de transición energética, hidrocarburos “limpios” (si tal cosa existe), gas LP como palanca de competitividad y la necesidad de que el país aproveche la coyuntura internacional. Todo en medio de un contexto en el que el Poder Judicial está bajo presión política, las inversiones energéticas se mantienen pausadas y la infraestructura sigue siendo un pendiente monumental.
El resultado del foro es predecible: México necesita una estrategia energética de largo plazo, diversificar fuentes, fortalecer la infraestructura y dar certeza jurídica. Lo mismo que se ha dicho en cada foro empresarial de los últimos diez años.
En conclusión, mientras la inflación avanza discreta pero constante, y los empresarios exigen reglas claras para invertir, el país sigue atrapado en un limbo energético donde abundan los discursos, escasean los proyectos concretos y Pemex se mantiene como la metáfora perfecta del Estado: grande, endeudado y aún presentado como la promesa de un futuro que nunca llega.
@JErnestoMadrid
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Claudia Sheinbaum cumple su primer año de gobierno con un récord histórico en popularidad: en promedio, 73% de los mexicanos aprueba su trabajo, contra solo 23% que lo desaprueba.
Ernesto Madrid
Los datos son claros y dispersos, en agosto, el promedio de diez encuestas colocó su aprobación en un cómodo 73% contra un 23% de desaprobación: Buendía & Márquez le otorga 70% de aprobación; Mitofsky, 71%; Enkoll, 79%; El Financiero y QM/El Heraldo, 74%; Factométrica, 82%. Massive Caller, con encuestas robotizadas, apenas le concede 57%. En redes sociales, Algoritmo la catapulta al 78%. En resumen, ninguna metodología la deja por debajo de la mayoría absoluta, salvo la tecnología sin corazón que no recibe transferencias.
El contraste es brutal: Sheinbaum es mejor evaluada que su propio gobierno. Según Buendía & Márquez, 77% la considera preparada, 75% honesta, 74% con carácter y 73% empática. Pero cuando la pregunta se traslada al país, la magia se diluye: 36% cree que México está peor que antes, y solo 57% piensa que vamos por buen camino. Mitofsky coincide: 66% dice que el país está mejor con Sheinbaum, pero un nada despreciable 31% afirma que está peor.
Los temas donde su administración hace agua están bien medidos: la economía y el combate a la corrupción retrocedieron 15 puntos netos entre marzo y agosto, mientras la inseguridad se mantiene como el talón de Aquiles. Según Enkoll y El Financiero, la ciudadanía ubica como lo peor de este gobierno justamente lo que más preocupa: la violencia, la relación con Estados Unidos y la corrupción.
La paradoja se explica con un detalle casi cínico: más de 40% de los encuestados asegura que lo mejor de Sheinbaum son los apoyos directos a la población. Todo lo demás —educación, salud, justicia, empleo— ni aparece en el radar. Es decir, la popularidad no se sostiene en políticas públicas, sino en el manual básico de supervivencia: repartir dinero.
Y mientras la presidenta presume que “el mundo entero tiene los ojos en México por la transformación”, la realidad doméstica se acomoda de otro modo: 13.5 millones de mexicanos habrían salido de la pobreza, según la narrativa oficial, pero a costa de servicios de salud colapsados, medicamentos ausentes y un sistema educativo que no despega. La popularidad se eleva en encuestas, mientras los desaparecidos se acumulan en estadísticas.
En la comparación histórica, Sheinbaum supera a todos: AMLO, Fox y Calderón rondaban el 60% de aprobación en el mismo periodo; Peña y Zedillo no llegaban al 50%. Ella, con más de 70%, rompe récord. Pero mientras AMLO perdió brillo con el “Culiacanazo”, Sheinbaum no ha enfrentado una crisis de esa magnitud… todavía.
Lo que sí carga es un gabinete con señalamientos de corrupción, aliados incómodos y la presión de Donald Trump, que ya amenaza con traer sus tropas a combatir cárteles “dentro de territorio mexicano”.
La ciudadanía parece dispuesta a perdonarle todo, mientras siga defendiendo la bandera nacionalista y mantenga el flujo de programas sociales. Lo demás, como diría su propio manual de comunicación, se maquilla con la frase de cajón: “La transformación va bien y el mundo nos mira”.
El resultado es claro: Sheinbaum es la presidenta mejor evaluada en la historia moderna de México. Su gobierno, en cambio, es el peor evaluado de su propio mandato. Popularidad de lujo, gestión de saldo.
@JErnestoMadrid
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*El caso de abuso y aborto forzado en Irapuato, Guanajuato, pone en evidencia que muchas mujeres son obligadas a través de la violencia, el abuso y la coacción a terminar con la vida desde el vientre materno.
*Jesús “N” fue sentenciado a 10 años 08 meses de prisión por violación espuria y aborto forzado.
*Sentencia de Irapuato muestra que el delito de aborto es una figura jurídica que no criminaliza a las mujeres, sino que las protege de abusos y vejaciones en su contra.
La reciente sentencia dictada en contra de un hombre identificado como Jesús “N”, a 10 años 8 meses de prisión por violación espuria y aborto, en Irapuato, Guanajuato, evidencia la realidad oculta de abuso, maltrato, violación y sometimiento que hay detrás del aborto forzado.
De acuerdo con el Primer reporte de cifras sobre la realidad del aborto en México “Aborto, la realidad no contada”, en lo que va del 2025 suman 71 hombres presos por haber cometido el delito de aborto y solo 7 mujeres sentenciadas por el delito de aborto forzado. Los principales perpetradores del delito de aborto procesados penalmente son hombres.
En 2024 se abrieron un total de 841 carpetas de investigación por delitos relacionados con el aborto, siendo las entidades con mayor número de casos la Ciudad de México (186), Nuevo León (175) y el Estado de México (108).
Hasta mayo de 2025 se registraron 370 casos, con Nuevo León, Ciudad de México y el Estado de México también en los primeros lugares, aunque en estados como Durango y Tlaxcala, donde el aborto sigue tipificado en su legislación, no se abrieron investigaciones en estos años.
Entre 2024 y 2025 se iniciaron 27 juicios por el delito de aborto forzado. Chihuahua tiene el mayor número de juicios en curso (6), seguido por San Luis Potosí y Sonora con tres juicios cada uno.
De acuerdo a la plataforma UNNA -Una Vida, Una Infancia, Una Protección- el caso de Jesús “N” es una muestra irrefutable de que el delito de aborto no criminaliza a las mujeres porque muestra una realidad social grave pero contundente: hay más hombres que mujeres sentenciados por haber perpetrado el delito de aborto, así como la existencia de violencia, abuso y coacción para terminar con la vida humana desde el vientre materno.
Sobre la sentencia en el caso Irapuato, entre junio y julio de 2023, el ahora sentenciado Jesús “N” ingresó al domicilio de la víctima, donde la agredió sexualmente. Meses después, a la víctima se le informó que se encontraba embarazada. Fue entonces, que su agresor la obligó a ingerir pastillas para acabar con la vida del hijo que llevaba en el vientre, lo cual ocurrió posteriormente. Ante la denuncia penal de la madre de la víctima, se procedió a las diligencias, lo que permitió la captura y el procesamiento del inculpado por el delito de aborto.
En ese sentido, para la plataforma UNNA, es inviable la derogación del delito de aborto en los códigos penales de los estados y en el Código Penal Federal, porque protege a las mujeres de la violencia, el abuso, el sometimiento e incluso hasta el feminicidio.
Al respecto, el reporte de UNNA indica que, en 2024, 38 hombres estaban encarcelados por aborto forzado. Esta cifra aumentó a 71 en 2025. Guanajuato, Hidalgo, Chihuahua y Sonora muestran las cifras más altas en lo que va del año.
Conforme al reporte “Aborto: La realidad no contada”, que pretende transparentar y cuantificar el delito de aborto en todo el país, este caso judicial es ejemplo sólido, suficiente e indiscutible del por qué no es procedente la despenalización del delito de aborto ya que eliminarlo solo dejaría en la impunidad a ese tipo de agresores como Jesús “N”.
CARPETAS DE INVESTIGACIÓN POR ENTIDAD
Según el Primer reporte de cifras sobre la realidad del aborto en México “Aborto, la realidad no contada”, el bien jurídico que tutela el delito de aborto es la integridad y la vida humana, es poner estas garantías y derechos a salvo de la comisión del delito de aborto en los Códigos Penales locales.
“La integridad de la madre y la vida humana del niño o niña por nacer es la naturaleza jurídica y desaparecerlos deja en estado de indefensión a la madre y pone en riesgo la vida humana desde el vientre materno”, consideró la plataforma UNNA.
MÁS HOMBRES SENTENCIADOS POR ABORTO QUE MUJERES
Para UNNA este caso registrado en Irapuato, Guanajuato, es un ejemplo de lo que ocurre en los diversos estados de la República en casos de aborto forzado. Hay más personas del sexo masculino sentenciadas por el delito de aborto que del sexo femenino. Son los hombres quienes violentan a la mujer, presionan a la mujer embarazada y provocan abortos forzados por agresiones físicas, amenazas y coacción para la ingesta de abortivos químicos.
Con estos elementos de prueba, a partir del caso de Jesús “N” y su víctima, UNNA reitera que es falso que exista una criminalización de la mujer por el delito de aborto y que haya un encarcelamiento masivo de personas del sexo femenino.
Para la obtención de la información referida, UNNA solicitó, a través de transparencia, datos que permitieran conocer el estatus actual del aborto en los 32 estados de la República.
FUENTES DE CONSULTA
Los datos y consideraciones del presente comunicado tuvieron como fuente el informe “Aborto, la realidad no contada”, a partir de la elaboración del primer reporte nacional de cifras sobre la realidad del aborto en México, en un trabajo conjunto de /UNNA y Early Institute.
Entre las fuentes de consulta están: La secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y la Fiscalía General de la República a nivel federal, y el Poder Judicial, el Tribunal Superior de Justicia, la Comisión de Centros Penitenciarios y las Procuradurías de Justicia a nivel estatal.
La economía mexicana entró al segundo semestre de 2025 con señales de fatiga más evidentes de lo que reconoce el discurso oficial.
Ernesto Madrid
Apenas hace unos días, la presidenta Claudia Sheinbaum celebró con entusiasmo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustara al alza su pronóstico de crecimiento para México a 1%. Sin embargo, detrás de ese aparente respiro, las cifras más recientes del INEGI ofrecen una fotografía preocupante: la formación bruta de capital fijo retrocedió 6.6% en el primer semestre, restando 1.4 puntos porcentuales al PIB.
Dicho de otra manera, si la inversión se hubiera mantenido estable, el crecimiento habría sido de 1.8% y no de apenas 0.4%, lo que constituye, un golpe directo al corazón del crecimiento.
Los datos de julio confirmaron esa tendencia. El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) cayó 0.9% a tasa mensual, más débil de lo esperado tanto por analistas como por el propio IOAE del INEGI.
A nivel anual, la actividad retrocedió 1.2%, su peor desempeño desde febrero de 2021. El detalle por sectores mostró caídas en todos los frentes:
Actividades primarias: -12.2%
Actividades secundarias: -2.8%
Actividades terciarias: +0.4%
Con ello, la economía volvió a niveles similares a los de enero, quedando por debajo del máximo alcanzado a mediados de 2024.
En paralelo, el Paquete Económico 2026 llegó con las manos atadas: tres de cada cuatro pesos de ingresos están ya comprometidos en pensiones, transferencias a estados e intereses de la deuda. Esto deja un margen mínimo para áreas clave como salud, seguridad y educación, que siguen rezagadas respecto a estándares internacionales. Pemex, en lugar de aportar recursos, se convertirá en carga neta para el erario.
Así, la economía mexicana encara el tercer trimestre con una inversión deprimida, un crecimiento frágil y un presupuesto rígido. La falta de consensos políticos para replantear el rumbo agrava la vulnerabilidad: sin inversión ni contrapesos, el margen de maniobra del país se reduce a la mínima expresión.
La historia ofrece esa advertencia: los partidos hegemónicos suelen caer cuando la política se distancia de las exigencias económicas. Al PRI le ocurrió en los noventa, atrapado entre control y modernización. Morena enfrenta un dilema parecido, aunque con una oposición fragmentada que desperdicia la inconformidad de casi 40% del electorado en 2024.
@JErnestoMadrid
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