- Aunque la inflación general cerró en 3.76% anual en septiembre, dentro del rango del Banco de México, los alimentos básicos suben, el empleo formal cae y el “Plan México” se tambalea en su Meta 3. El semáforo económico se pinta de amarillo… pero el refrigerador y la nómina siguen en rojo
La inflación “controlada” parece ser el nuevo espejismo oficial. En septiembre de 2025, el INEGI reportó una tasa anual de 3.76%, ligeramente superior al 3.57% de agosto, marcando dos meses consecutivos al alza. Técnicamente, sigue dentro del rango de variabilidad del Banco de México (3% ±1). Políticamente, es una gran noticia; económicamente, no tanto.
Ernesto Madrid
Porque, mientras el semáforo nacional de inflación —ese optimista tablero de México, ¿cómo vamos?— permanece en amarillo, la canasta básica sigue subiendo de tono. El café aumentó 24.25%, la leche 9.25% y el pan dulce 7.10%. Un desayuno típico se ha vuelto, literalmente, un lujo matutino.
Y si el consuelo era comer fruta, tampoco hay mucho que celebrar: aunque las frutas y verduras bajaron (-)4.86%, el chile serrano se disparó 46.30% anual y el tomate verde sigue su propia carrera inflacionaria. En otras palabras: el guacamole sigue siendo aspiracional.
Al interior del índice subyacente, los servicios subieron 4.36%, las mercancías 4.19%, y con ellas, la paciencia del consumidor. Pero el verdadero golpe no viene del mercado… sino del empleo.
Porque si el precio del pan dulce preocupa, el del trabajo formal alarma: al cierre del tercer trimestre, México solo generó 333 mil 303 empleos formales en lo que va del año, apenas un 37% de la meta de México, ¿cómo vamos? (que planteaba 900 mil a septiembre). El semáforo del empleo, lejos del amarillo, se hundió en rojo encendido.
Para dimensionar: este es el peor desempeño laboral desde 2003, salvo las crisis de 2008 y 2020. El país acumula un déficit de 1.5 millones de puestos de trabajo respecto a la tendencia previa a la pandemia.
Y si alguien esperaba que el Plan México, con su prometida Meta 3 de generar 1.5 millones de empleos en manufactura y sectores estratégicos, diera resultados, las cifras son contundentes: se han perdido 20 mil 729 puestos industriales. Ni durante la pandemia ni en la gran crisis financiera se había registrado un retroceso semejante en la industria manufacturera.
El sector productivo parece estar apagando motores, mientras los discursos oficiales siguen hablando de “prosperidad compartida”. Pero entre la leche que cuesta más, el empleo que escasea y los planes industriales que se quedan en PowerPoint, el ciudadano común solo puede preguntarse:
¿De qué sirve una inflación “controlada” si el salario no alcanza?
¿De qué sirve una meta si el país camina en reversa?
¿Y de qué color será el semáforo cuando, además del empleo, empiece a faltar la paciencia?
Fuentes: INEGI, México ¿cómo vamos?, IMSS, Banamex.
@JErnestoMadrid
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