- El Indicador Global de Actividad Económica creció 0.5% mensual en abril de 2025
En tiempos de bajo pulso económico, cualquier buena noticia sorprende. Y así ocurrió con el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) de abril, que creció 0.5% mensual, por encima de lo anticipado tanto por el mercado como por los analistas (0.2% y 0.3%, respectivamente). Una grata anomalía en un mar de datos mediocres y pronósticos deslucidos.
Ernesto Madrid
El dato desconcertó porque contradijo la expectativa negativa del IOAE (Indicador Oportuno del INEGI), que anticipaba una caída de 0.3%. Es decir: la economía, contra todo pronóstico, no se durmió en abril. Por el contrario, los servicios mostraron un inesperado vigor con un crecimiento mensual de 0.9%, suficiente para compensar la tibia expansión industrial de 0.1% y, en buena medida, la fuerte contracción de 3.7% en el sector primario.
Pero cuidado con el espejismo. En términos anuales, con cifras originales, la actividad económica cayó 1.5% respecto a abril de 2024. Es decir: el rebote mensual no logra ocultar que la economía sigue caminando por debajo de su desempeño de hace un año.
¿Por qué importa este dato? Porque confirma que el crecimiento en 2025 no está muerto... pero tampoco despierto. La mejoría de abril ofrece un respiro técnico, pero no suficiente para modificar la expectativa de crecimiento anual: 0.0%, con todo y sus riesgos “ligeramente al alza” gracias a este sorpresivo resultado. En otras palabras: México está creciendo, sí, pero sólo porque no le queda de otra.
El mercado laboral sigue dando señales de fatiga, la inversión pública permanece contraída y la incertidumbre —tanto interna como externa— no da tregua: presiones arancelarias, amenazas fiscales a las remesas y un gobierno que busca financiamiento privado para sus metas públicas.
Lo ocurrido en abril también deja una lección: los modelos predictivos fallan cuando la economía se mueve a golpe de factores atípicos, decisiones políticas o choques externos. Y México es terreno fértil para todos ellos.
Así que, aunque el IGAE sorprendió al alza, la conclusión no cambia: este crecimiento es frágil, insuficiente para revertir la tendencia de estancamiento y muy lejos de empujar al país hacia la meta soñada del “top ten” económico mundial que promueve el Plan México. Por ahora, seguimos en la cuerda floja, con la diferencia de que —esta vez— el viento sopló a favor.
¿Durará? Difícil saberlo. Pero lo que es claro es que nadie —ni el INEGI— esperaba que abril diera esta bocanada de oxígeno.
@JErnestoMadrid
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