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Por Marta Oliva Obeso Suroh
Con 84 años de edad, Don Atanasio Vázquez Lucas acude todos los días puntual al Centro de Salud con Servicios Ampliados de Amealco, en Querétaro, en donde sin ninguna prestación laboral de Ley, trabaja desde hace 8 años; cumpliendo su jornada laboral de 8 horas, recibiendo un sueldo de 3 mil pesos mensuales y llegando a atender hasta 45 personas en un solo día.
De origen ñañhu-otomí, desde los 12 años, Don Anastasio aprendió los secretos del esqueleto humano y sus manos han recorrido los 206 huesos de miles de personas que han sanado gracias al conocimiento que aprendió de sus ancestros.
Unos de los logros que presume la Dirección de medicina Tradicional y Desarrollo Intercultural de la Secretaría de Salud, es haber logrado sumar el conocimiento de los médicos tradicionales en estos centros de atención primaria a la salud integral; argumentando que, con acciones como esta, se impulsa la política intercultural en la oferta de servicios institucionales.
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En esta misma clínica, Doña Matilde Mondragón López prestaba sus servicios como curandera y partera y fue despedida sin razón que lo justificara y sin el finiquito correspondiente. Pero como Doña Matilde y Don Anastasio existen cientos de médicos tradicionales, quienes en la lucha por preservar sus tradiciones y compartir el conocimiento adquirido, son sometidos a un mecanismo de explotación laboral sin derecho a aguinaldo, vacaciones, prima vacacional, seguro social, pago del día de descanso, prima dominical ni jubilación, como marca la Ley.
Así lo dio a conocer en exclusiva para esfera Don Atanasio Vázquez Lucas, y así fue expuesto ante el Presidente de México, quien aseguró que “… lo que hacen los médicos tradicionales, en este caso hueseros, en todos los pueblos, lo que ayudan, en donde no hay médicos y en donde hay médicos, pero ellos tienen remedios y tratamientos para muchas enfermedades”, y solicitó al titular de la Secretaría de Salud que informe las causas que han permitido el abuso laboral al que han sido sometidos los médicos tradicionales que prestan sus servicios en los Centros de salud Ampliados.
Joaquín Antonio Quiroz Carranza, colaborador de la revista Naturopatía, denunció que los médicos tradicionales en México conforman una muy pequeña población, la mayoría de ellos son de la tercera edad y viven una doble segregación por su condición de edad y su adscripción indígena. Los hay sahumadores, hueseros-sobadores, parteras, hierberos, entre otras especialidades, estas mujeres y hombres son guardianes de un profundo saber ancestral, que con su desaparición física se extinguirá definitivamente, perdiéndose una invaluable riqueza cultural.
En el artículo cita que Don Atanasio nació el domingo 2 de mayo de 1939, en el barrio El Bothe, localidad de San Idelfonso, en el municipio de Amealco de Bonfil, Querétaro. Su madre fue Doña Apolonia Lucas Blas y su padre Don Benito Vázquez Hernández, comenzó sus saberes de medicina tradicional desde niño, pues su abuelo Don Florentino Hernández Esquivel sobaba y arreglaba los huesos con trementina o resina de pino y sebo nuevo de carnero. En el año 2013 se inauguró Centro de Salud de Servicios Ampliados de Amealco, Querétaro y Don Atanasio fue seleccionado como huesero-sobador, donde labora desde entonces.
La medicina tradicional, alternativa y complementaria está reconocida en la Ley de Salud de México, su desarrollo y promoción es responsabilidad de la Dirección de Medicina Tradicional y Desarrollo Intercultural, creada desde agosto de 2002, pero como se puede apreciar en la práctica, esta Dirección, no cumple con sus responsabilidades. Pues su trabajo es “definir e impulsar la política intercultural en la oferta de servicios institucionales con respeto y promoción de los derechos humanos, la perspectiva de género y una visión innovadora que promueve la interrelación con la medicina tradicional mexicana y las medicinas complementarias” y así mientras los directores, subdirectores, administradores y otros funcionarios de esta Dirección de Medicina Tradicional y Desarrollo Intercultural gozan de salarios altos y prestaciones, los médicos indígenas y tradicionales padecen la escasez e incertidumbre laboral. Es necesario que la Cuarta Transformación llegue al México profundo, sabemos y reconocemos las batallas del gobierno encabezado por AMLO contra la corrupción y las desigualdades, no por ello callamos e ignoramos las injusticias.
- Marta Obeso
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