Para visibilizar permanentemente a los descendientes de africanos que son parte de nuestra composición pluricultural, señaló el diputado Cayetano García.
El diputado Rubén Cayetano García propuso, en una iniciativa con proyecto de decreto que presentó en la Comisión Permanente, que el Congreso de la Unión declaré el 10 de agosto de cada año, “Día Nacional de la Afromexicanidad”, luego de que los descendientes de africanos fueran reconocidos en la Constitución Política como integrantes de la composición pluricultural del país.
El legislador recordó, en su propuesta, que con la reforma constitucional aprobada el 28 de junio de 2019, se logró garantizar la libre determinación, autonomía, desarrollo e inclusión social de los afromexicanos.
Señaló que con la entrada en vigor el 10 de agosto del mismo año, tras su publicación en el Diario Oficial de la Federación, se puso fin a más de 500 años de invisibilización, discriminación y exclusión social de los descendientes de africanos, que fueron traídos como esclavos y guerreros durante la época de la conquista.
Expuso que, de acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015 elaborada por el Inegi, más de un millón 381 mil 853 personas se identifican como afromexicanos, que representa el 1.2 por ciento del total de la población de nuestro país.
Aseguró que esos ciudadanos radican principalmente en los estados de Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Michoacán. En mayor número se localiza en los municipios guerrerenses de Juan R. Escudero, Tecoanapa, Ayutla, San Marcos, Florencio Villarreal, Cuautepec, Copala, Marquelia, Juchitán, Azoyú, Ometepec, Acapulco y Cuajinicuilapa.
Recordó que los españoles y otros colonos europeos decidieron traer grandes cantidades de ciudadanos de países africanos como Ghana, Gabón, Costa de Marfil, Senegal, Gambia, Nigeria, el Congo y Angola, ante la imposibilidad de usar a los nativos mexicanos y del resto de América Latina como esclavos.
“Lo descrito en mi iniciativa es apenas la parte legislativa del reconocimiento de derechos en rango constitucional, pero los antecedentes de abandono, discriminación y arrogancia que esos pueblos y comunidades padecieron durante cientos de años por parte de los sistemas de gobierno, obliga a que el 10 de agosto sea declarado Día Nacional de la Afromexicanidad, para que sean visibilizados permanentemente”, subrayó el diputado Cayetano García.
La propuesta fue turnada de manera directa, para estudio y dictamen, a la Comisión de Gobernación y Población de la Cámara de Diputados.
México, tal como lo conocemos (su estructura social, cultural y política, así como sus relaciones sociales y condiciones económicas), no puede entenderse sin los momentos históricos por los que ha atravesado, los cuales lo han configurado y aún en el presente tienen influencia en la manera en la que se organiza y piensa nuestra sociedad.
Algunos de esos procesos históricos son sin duda la conquista y el subsecuente virreinato o época colonial, ellos no solo pueden ni deben reducirse o pensarse como “el encuentro entre dos mundos”, sino que son un proceso más complejo que incluye la dominación, explotación, opresión y saqueo a los pueblos indígenas; así como la resistencia de estos pueblos, el sincretismo cultural y el mestizaje.
Estas acciones y sus consecuencias son sin duda constitutivas de la sociedad mexicana, tanto en su rica diversidad cultural como en sus arraigadas desigualdades sociales.
México no es uno, no es homogéneo, es una multiplicidad de pueblos, y esa es una de sus principales características. Uno de estos pueblos, que día a día pugna por su reconocimiento como parte de nuestra sociedad, es el afromexicano.
Las poblaciones africanas arribaron a México como parte de las huestes españolas y en consecuencia del comercio de esclavos provenientes de África hacia América. Quienes conforman en la actualidad los pueblos afromexicanos son sus descendientes.
Actualmente, la región en la que se concentran estas poblaciones es la denominada Costa Chica de Guerrero, principalmente en los municipios de Ometepec y Cuajinicuilapa, así como en el distrito de Jamiltepec, ubicado en la región de la costa de Oaxaca y conformado por 24 municipios.
Asimismo, existen poblaciones importantes en Chiapas, Coahuila, Michoacán y Veracruz.
Las entidades con mayor presencia de población afromexicana son Guerrero (6.5%), Oaxaca (4.9%) y Veracruz (3.3%).
En México, de acuerdo con datos del INEGI, el 1.16% de la población nacional se identifica como afromexicana.
Como minoría que es atravesada por cuestiones de raza y color de piel, bases del racismo en México, afrontan la dificultad de ejercer plenamente sus derechos; asimismo, se enfrentan a su falta de inclusión en la toma de decisiones en el país.
Este piso disparejo, que es amedrentado por la precarización económica relacionada con el racismo, tiene efectos en la calidad de vida de estas poblaciones y su acceso a diferentes servicios públicos, como la educación. Se estima que una de cada seis personas afrodescendientes (15.7%) es analfabeta, lo cual representa casi el triple de la tasa a nivel nacional (5.5%).
De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), los derechos de las personas afrodescendientes que más se violentan en México son el trato digno y la igualdad de oportunidades, situaciones en las que la mayoría de las veces el color de piel fue la causa de discriminación.
Hablar de los pueblos afromexicanos debe trascender los estereotipos que rodean a estas poblaciones y pugnar por el reconocimiento de su identidad étnica, de sus contribuciones culturales e históricas, y de su pertenencia e importancia participativa en la sociedad mexicana.
Reconocerlos es reconocer, celebrar y resguardar la diversidad étnica y cultural que conforma México, a la vez que posibilita abordar y contrarrestar las desigualdades sociales, racismo y discriminación estructurales a las que se enfrentan.