Nuca sospeche dice y “Andy” anda de viaje sostiene Luisa Alcalde
La reaparición pública del senador Adán Augusto López, coordinador de Morena en el Senado, se convirtió en el centro de atención del Consejo Nacional del partido, en medio del creciente escándalo por su vínculo con el exsecretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, acusado de liderar el grupo criminal La Barredora.
Ernesto Madrid
Al ser cuestionado por los medios, López Hernández aseguró que nunca sospechó de los vínculos de Bermúdez con el crimen organizado durante su gubernatura (2019-2021) y reiteró que ni la Fiscalía General de la República ni la de Tabasco lo han citado a declarar. "Estoy a disposición de las autoridades", dijo, aunque evitó referirse a las múltiples evidencias que lo relacionan con su excolaborador y amigo de más de 30 años.
En paralelo y de acuerdo con El Universal, Bermúdez Requena, actualmente prófugo, reservó por cinco años su declaración patrimonial bajo el argumento de riesgo a su vida, según el expediente SSyPC/CT/RES/023/2024. La reserva fue aprobada en abril, tres meses después de su renuncia al cargo, y en pleno conocimiento público de sus vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
A pesar de que desde Washington se exigió a México proceder con una orden de aprehensión contra Bermúdez —quien habría huido en febrero a Brasil—, las autoridades mexicanas no han actuado con firmeza. La omisión ha alimentado versiones de un acuerdo de impunidad negociado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien habría instruido a su sucesora no tocar a una decena de aliados cercanos, entre ellos Adán Augusto, Octavio Romero Oropeza y Carlos Merino.
La situación de Merino, exgobernador sustituto de Tabasco y actual titular de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, es similar. Aunque ratificó a Bermúdez en Seguridad, tampoco ha sido requerido a declarar, pese a que su nombre apareció en filtraciones del grupo Guacamaya, que lo vinculaban con redes de protección institucional al crimen organizado.
En medio de este clima, el llamado a la unidad que hizo Adán Augusto durante el cónclave morenista sonó vacío. Los consejeros percibieron un partido fracturado, tensionado entre facciones y con liderazgos cuestionados por sus relaciones con el crimen.
Mientras el caso Bermúdez amenaza con escalar hacia niveles federales, el blindaje institucional en torno a Adán Augusto revela los costos de un pacto político heredado del sexenio anterior, que el actual gobierno parece no estar dispuesto a romper.
Más aún, la división interna se profundizó con la crítica del diputado morenista Manuel Espino, quien comparó a Adán con Felipe Calderón:
"Si Calderón no sabía de los nexos de García Luna con el narco, era por pendejo o por cómplice. Lo mismo digo respecto del senador @adan_augusto".
A lo anterior se sumó la ausencia de Andrés Manuel López Beltrán, “Andy”, secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente, que también levantó cejas. Aseguran que viajó y avisó, pero su falta en un momento clave resuena en un partido que se dice unido, pero cada vez con más muestra fisuras.
@JErnestoMadrid
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