La Primavera de Los Pueblos
La segunda coyuntura del liberalismo tiene lugar en 1848 cuando con la denominada Primavera de los Pueblos[1] aparecen las primeras movilizaciones de obreros en toda Europa. Y aquí, como en las obras de teatro, aunque hay un cambio en la escena, en el escenario y hasta de actores, el hilo de la historia continua. Pues lejos de lo que se pudiera pensar, tras la Revolución Francesa de 1789, el régimen que fue sustituido no desaparece, al contrario, se identifica bien con una corriente de pensamiento que se conoció como conservadurismo. Reacios al cambio y promoviendo la restauración del antiguo régimen, lograron hacerlo en territorios en donde se habían instaurado ya Estados liberales tras la expansión de Napoleón.
La coyuntura ahora nos muestra tres franjas visibles, los conservadores con la nostalgia del pasado y la negativa del cambio; los liberales que eran progresistas y promovían el cambio de régimen, pero que habían olvidado incluir en esa dinámica, a gran parte de la población que se había organizado ya como un bloque denominado movimiento obrero y que tenían su propia propuesta, me refiero al socialismo científico[2],
Desde ese momento, los debates y acercamientos entre las tres corrientes son constantes, además de que curiosamente, comparten una animadversión por el Estado, señalando los conservadores que el mismo, disemina las instituciones básicas para la sociedad, es decir, la familia, la iglesia, la monarquía, etc.; mientras que los liberales afirmaban, que era el causante del impedimento de que cada individuo, como factor determinante de la sociedad, persiguiera sus propios intereses; y por último, los socialistas que sostenían que solo representaban la voluntad de una clase privilegiada y no de toda la sociedad.
Así que, durante todo ese tiempo, cada corriente buscaba la inclusión de esta masa de gente al margen, primero, en el sistema productivo por la vía de la distribución de la riqueza; que no fue otra cosa que la implementación de la seguridad social; y segundo, con la inclusión de los mismos, al sistema político, vía la concesión del sufragio universal. Y no, por más progresistas que los liberales[3] pudieran ser, no tenían pensada esas concesiones, sino a fuerza de establecer un control político, luego de la efervescencia de las contrarrevoluciones conservadoras y de la organización de los marginados en el movimiento obrero. Como podemos ver, la gran influencia que logró tener el liberalismo después de 1848, no fue por la infalibilidad de la doctrina como tal, sino que se debió a las coyunturas, los intereses y los arreglos políticos entre las tres facciones que estaban en pugna, por dar ordenamiento a la sociedad y a los países del orbe[4].
Para 1917, el control político de las clases trabajadoras se hizo necesario más allá de las fronteras de los países centrales, y se intentó instaurar el mismo modelo en los países periféricos. No olvidemos que en este momento se lleva a cabo la primera de las grandes guerras y que, en Rusia, que curiosamente se había mantenido aislada de los movimientos liberales, e intacta su forma monárquica de gobierno en la figura de los Zares, se daba la Revolución de Octubre, que terminaría por instaurar el régimen socialista.
A partir de este año, por primera vez en la historia, se logra de manera definitiva, un consenso liberal que daría pie a la lucha contra el imperialismo, mediante la autodeterminación de las naciones y la articulación del Estado Benefactor. De esta forma se buscó replicar en los países periféricos, la misma dinámica puesta en marcha en los países centrales, cuando se concedió el voto universal y se habían construido sistemas de seguridad social como en la Alemania de Otto Von Bismark.
Pero en esta segunda etapa, se tenía la intención de que la réplica del acuerdo liberal se diera en los países periféricos, a modo de generar zonas de influencia afines y controlables para cada bloque, curiosamente este fue también el camino seguido por la Unión Soviética, haciendo solo unas pequeñas modificaciones en cuanto a la forma mas no en el fondo, con lo que el acuerdo liberal llego a los países periféricos por la vía de los dos caminos.
Aquí se debe señalar que este arreglo fue posible debido al periodo de la hegemonía de los Estados Unidos, luego de la Segunda Guerra Mundial[5], pues a partir de ahí, fueron definidas dos grandes zonas de influencia, tanto la de los Estados Unidos como la Unión Societica, con lo que se concretó una especie de pacto de tolerancia, asegurándose mutuamente, la no expansión o intromisión en regiones de influencia contraria, promoviéndose en ambas zonas el control político y la domesticación de las clases trabajadores que se manifestaban por la exclusión y marginación en la que vivían.
Pero como todo proceso histórico, como toda hegemonía, el acuerdo liberal estadounidense llego a su fin; y aquí vuelvo a insistir en que éste, como todo fenómeno se llevó a cabo de forma paulatina, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Es decir, el arreglo liberal, la coyuntura propicia, los acuerdos políticos necesarios, se desvanecieron al largo de los siguientes sesenta años, sobre todo cuando el modelo de inclusión y domesticación obrera llego a su fin, principalmente por la imposibilidad de los países periféricos de alcanzar el prometido desarrollo.
Así que después de conocer estas dos coyunturas, una pregunta obligada es ¿Cuál es la herencia del liberalismo en estos días? Y ¿cuál es el motivo de su lucha en la actualidad? Al parecer la última parte de la hegemonía liberal, coincide con el cambio del modelo económico y la abolición del estado benefactor, dando paso así a la era neoliberal.
Pero de ello, hablaremos en la siguiente entrega.
[1] Periodo de revoluciones que tuvieron lugar en Europa en 1848.
[2] Corriente de pensamiento filosófica, política y económica que se intentó instaurar en la antigua Unión Soviética, al menos durante 70 años.
[3] El liberalismo consideró siempre, que participar de la decisión de la colectividad sometía la voluntad del individuo, por eso se oponía al sufragio universal, y a la democracia. También lo hacía con la distribución de la riqueza señalando la intervención del estado en ese proceso.
[4] En cierto momento, lo correligionarios de las tres vías, libraron sus diferencias y se acercaran tanto, hasta generar algunas variables que podrían ser denominadas conservadurismo liberal o liberal socialismo.
[5] Los Estados Unidos se erigieron con la victoria política y económica después de la Segunda Guerra Mundial al financiar la restauración de Europa y de Japón