Un mes después del rompimiento de los diques de contención de una represa minera que dejó 179 muertos, los equipos de rescate siguen buscando a los 131 desaparecidos mientras Brasil sigue preguntándose cómo fue posible que ocurriera una tragedia calcada a la que ocurrió hace poco más de tres años.
La tarde del 25 de enero, un depósito de residuos mineros de la compañía Vale en Brumadinho (estados de Minas Gerais) se rompió y provocó una violenta alud de barro y residuos que arrasó todo lo que encontró en su paso a lo largo de varios kilómetros, incluyendo las dependencias de la empresa y algunas aldeas cercanas.
A lo largo de estas cuatro semanas, la gran operación de rescate de las víctimas pasó por varias fases y empleó técnicas variadas, además de contar durante unos días con la ayuda del Ejército de Israel, que se desplazó para intentar buscar supervivientes.
Descartada ya toda posibilidad de encontrar a personas con vida, los equipos de rescate centran ahora sus esfuerzos en hallar los 131 desaparecidos entre una montaña de barro que en algunos puntos llega a los 15 metros de profundidad.
"Ahora es un momento de paciencia. Se hacen excavaciones, que tienen que tener un método, una tecnología, tener organización", explicó a Xinhua el teniente coronel de los Bomberos Anderson Passos.
"Los trabajos empiezan a las 5 de la mañana, cuando los equipos de rescate se despiertan. Luego, hacemos una reunión para orientación, hablando de la seguridad y de los trabajos que se realizarán a lo largo del día. Los equipos van al terreno y cuando regresan, al final del día, nos hacen un resumen de cómo fue. En base a lo que nos dicen, hacemos una reunión para preparar los trabajos del siguiente día", agregó Passos.
Según él, no se puede decir cuanto tiempo durarán los trabajos de rescate, que actualmente se hacen con máquinas excavadoras.
"Llegamos a tener 500 personas realizando las búsquedas, pero ahora estamos en otra fase. No necesitamos tantas personas en la superficie buscando y sí la ayuda de máquinas, queaumentan la efectividad con las excavaciones", comentó.
El desastre ocurrió a pocos kilómetros de unos hechos muy similares, ocurridos en Mariana (Minas Gerais) el 5 de noviembre de 2015, cuando un depósito de residuos mineros de Samarco (filial de Vale) y la angloaustraliana BHP se rompió y provocó el vertido de 63 millones de metros cúbicos de barro, en lo que está considerada la peor catástrofe ambiental de la historia de Brasil.
En aquella ocasión, la tragedia se saldó con 19 muertos y la contaminación del río Doce, uno de los mayores de Brasil, en sus casi 700 kilómetros hasta la costa, destruyendo la flora y fauna de su entorno.
Por el momento, Vale todavía no supo explicar las causas que provocaron el rompimiento de la represa. Se creó un comité independiente para investigar el caso y desde entonces, las personas que viven cerca de otros depósitos similares fueron desalojados de sus viviendas por precaución.
La compañía intenta ahora buscar acuerdos financieros con las víctimas y las familias de los fallecidos en la tragedia, aunque paralelamente, promotores y defensores públicos se unieron para presentar una acción colectiva contra la empresa buscando una indemnización para todos los afectados.
"Queremos llegar a una solución construida con la participación de las personas, con una reparación justa e integral y lo más rápido posible", aseguro el defensor público de Minas Gerais Antonio Lopes de Carvalho.