- Balanza de pagos al tercer trimestre de 2025: así se mueven los dólares que entran y salen del país y el verdadero peso de la inversión extranjera directa.
El Banco de México publicó las cifras de la balanza de pagos al tercer trimestre de 2025 y, aunque el reporte confirma un desempeño sólido en la inversión extranjera directa (IED) y un inesperado superávit en la Cuenta Corriente, también revela una realidad menos alentadora: la inversión total del país sigue en niveles históricamente bajos, y la IED apenas representa una pequeña fracción del total.
Ernesto Madrid
La Cuenta Corriente registró un superávit de 2,325 millones de dólares, por encima de la proyección original de apenas 800 millones y en claro contraste con el déficit de 2,042 millones observado en el mismo periodo de 2024.
Este resultado se explica principalmente por el fuerte flujo de remesas, que compensó los déficits en la balanza comercial y en el ingreso primario. En términos del PIB, la Cuenta Corriente equivalió al 0.5%, lo que representa una mejora significativa frente al año previo.
Para 2025, sin embargo, los analistas anticipan un déficit moderado de -0.2% del PIB, en línea con una economía que crecerá por debajo de su potencial y con un ingreso primario todavía presionado por el pago de utilidades e intereses a inversionistas extranjeros.
La Cuenta Financiera reportó un financiamiento neto al exterior de 3,245 millones de dólares, muy por encima de los 909 millones observados un año antes. Excluyendo el aumento en las reservas internacionales, la entrada neta de capital alcanzó 3,560 millones, lo que refleja un apetito de inversionistas extranjeros por instrumentos de deuda del gobierno mexicano.
La IED sorprende: la estrella del trimestre
En el terreno de la inversión extranjera directa, las cifras superaron ampliamente las expectativas. La IED neta alcanzó 6,072 millones de dólares, un salto notable frente a los 1,179 millones del tercer trimestre de 2024.
Considerando el principio direccional, la IED ascendió a 7,176 millones de dólares, el mayor monto para un tercer trimestre desde 2019. Este repunte se explica por tres factores:
- Un aumento de 277.5% en nuevas inversiones.
- Un crecimiento de 49.1% en cuentas entre compañías.
- Una ligera caída de 5.3% en reinversión de utilidades.
En el acumulado de enero a septiembre, la IED suma 40,906 millones de dólares, muy por encima de los 34 mil millones del año pasado y encaminándose a ser la cifra más alta desde 2013.
El problema, sin embargo, es estructural: aunque la IED crece, representa apenas el 7.7% de la inversión total, un indicador que confirma lo débil que está la inversión privada nacional. La inversión fija total sigue “por los suelos”, como reconocen analistas, con caídas acumuladas y un rezago que no logra revertirse.
La inversión de cartera registró entradas netas por 6,220 millones de dólares, gracias a la compra de bonos gubernamentales de largo plazo por parte de extranjeros. Sin embargo, las “otras inversiones” —que incluyen movimientos de bancos, empresas y gobierno— mostraron una salida neta de 9,522 millones, impulsada por un aumento de activos en el exterior por parte de residentes en México y la amortización de créditos de corto plazo.
Los activos de reserva aumentaron 6,805 millones de dólares, en contraste con la salida observada en 2024. La apreciación del peso frente al dólar explica parte de este incremento mediante ajustes de valuación.
¿Y el consumo interno? Signos de enfriamiento
Mientras los flujos internacionales lucen dinámicos, el mercado interno muestra síntomas de desaceleración. Las ventas minoristas se estancaron en septiembre, con crecimiento mensual de 0.0%, afectadas principalmente por:
- Abarrotes y alimentos: -0.8%
- Autoservicios y departamentales: -0.6%
El comercio electrónico y sectores como textiles, ferretería y salud mostraron avances, pero insuficientes para impulsar el indicador general.
Los analistas mantienen sus estimaciones de IED para 2025 en 42,300 millones de dólares, y proyectan un ligero crecimiento para 2026. Sin embargo, advierten que la revisión del T-MEC será un factor clave para los inversionistas. Aunque el repunte de nuevas inversiones podría estar vinculado al fenómeno de relocalización (nearshoring), persiste la cautela ante un entorno internacional volátil.
@JErnestoMadrid
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