- Sheinbaum: “Absolutamente falso” que la reforma busque restringir derechos, mientras la COPARMEX exige corregir de fondo
En medio del vendaval político y jurídico que desató la reforma a la Ley de Amparo, la presidenta Claudia Sheinbaum apareció en escena con su tono característico de calma pedagógica: “no hay problema de fondo, solo una redacción confusa”.
Ernesto Madrid
Según la mandataria, todo se reduce a un malentendido gramatical. En su conferencia matutina de este martes pidió a la Cámara de Diputados “aclarar” el polémico artículo transitorio que, según reconoció, podría prestarse a interpretaciones erróneas. Nada que una fe de erratas —o de fe ciega— no pueda resolver.
“Es importante que haya un reconocimiento de los legisladores de que no quedó claro el artículo. Queda muy confusa la redacción y es importante que se aclare”, dijo Sheinbaum, convencida de que el problema no es la intención, sino el estilo.
Pero la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) no comparte el optimismo sintáctico. Para el organismo empresarial, el error no está en la forma, sino en el fondo: una amenaza directa a la certeza jurídica y al Estado de Derecho. En una carta dirigida a los diputados federales, la COPARMEX advirtió que la reforma es “un grave retroceso en materia de justicia constitucional”, al limitar el alcance del amparo y permitir la retroactividad en perjuicio de ciudadanos y empresas.
Este jueves la presidenta Sheinbaum salió a la defensa:
“Quien diga que el gobierno le está quitando el derecho al ciudadano de ampararse es falso. Quien diga que le está quitando el derecho de la suspensión provisional es falso. Absolutamente falso”, enfatizó, con el mismo tono que en Palacio Nacional suelen usar para desmentir lo evidente.
Según el sector privado, la reforma aprobada en el Senado restringe la suspensión del acto reclamado, complica la defensa ante créditos fiscales o bloqueos de cuentas y abre la puerta a la aplicación retroactiva, afectando juicios en curso. En otras palabras: el amparo que durante más de un siglo fue escudo contra el abuso del poder, podría convertirse en su instrumento.
Mientras tanto, la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo, intentó apagar el incendio con un balde de retórica: “no se tenía la intención” de retroactividad, aseguró. Y aunque la minuta enviada a Diputados no incluye el famoso transitorio, nadie ha explicado quién metió la cláusula fantasma que hoy enfrenta a Palacio Nacional con la iniciativa privada.
La presidenta Sheinbaum evita buscar culpables y se concentra en “corregir el texto”. Una postura pragmática, aunque para algunos, también conveniente: el error se mantiene sin autor, la ley sin claridad y el país sin certeza.
La COPARMEX advierte que, si la reforma se aprueba sin cambios de fondo, México enviará al mundo un mensaje de desconfianza justo cuando el gobierno busca mostrarse como un socio confiable ante la revisión del T-MEC. Porque una ley ambigua en casa puede ser una señal de inseguridad afuera.
En tono diplomático —pero con el filo de siempre— el organismo patronal recordó: “El amparo no debe debilitarse; debe preservarse como el escudo que garantiza que ninguna autoridad esté por encima de la ley.”
Y aunque en Palacio Nacional se hable de fe de erratas, en el sector privado se teme un acto de fe… pero en el poder.
¿De verdad fue solo un problema de redacción?
¿O el nuevo “segundo piso” de la Cuarta Transformación empieza por elevar el techo de la arbitrariedad?
@JErnestoMadrid
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.