- Mientras los precios agropecuarios reducen la presión en el bolsillo, el Banco de México revela que la Inversión Extranjera Directa cayó 21%, el mayor desplome desde 2009, pese a que la Secretaría de Economía presume cifras históricas.
La economía mexicana transita entre discursos oficiales de optimismo y cifras que muestran fragilidad. El INEGI reportó que el PIB creció 0.6% en el segundo trimestre de 2025 —1.2% anual con cifras desestacionalizadas— gracias al impulso de servicios (+0.8%) y la industria (+0.7%), aunque el sector primario se desplomó (-2.4%). Aun con ese repunte, analistas prevén un crecimiento de apenas 0.4% en 2025 y 1.5% en 2026.
Ernesto Madrid
El dato más favorable vino de la inflación: en la primera quincena de agosto, el índice general se ubicó en 3.49% anual, por debajo de lo esperado. La baja respondió al retroceso de productos clave en la mesa de los mexicanos, como jitomate (-8.78%), chayote (-13.10%), pollo (-2.47%) y plátano (-4.15%). El caso del jitomate es emblemático: el arancel de 17% impuesto por Estados Unidos frenó exportaciones, saturó el mercado interno y hundió su precio en México, aliviando temporalmente el gasto familiar.
El contraste llega con la inversión. La Secretaría de Economía que encabeza Marcelo Ebrard, anunció con bombo y platillo un “máximo histórico” de 34,265 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED) en el segundo trimestre de 2025.
Pero Banxico pintó otra realidad: en el primer trimestre, la IED se desplomó 21% anual, la mayor caída desde la crisis de 2009. La reinversión de utilidades retrocedió 40% y, aunque hubo un ligero aumento en nuevas inversiones, difícilmente compensa el deterioro. Incluso en el segundo trimestre, al ajustar cifras preliminares, el banco central estima que el avance real de la IED no superaría 2.5%.
En paralelo, el peso se apreció hasta 18.59 por dólar tras el discurso de Jerome Powell en Jackson Hole, donde la Fed dejó abierta la posibilidad de recortar tasas en septiembre. La moneda mexicana avanzó 0.92% respecto al cierre previo, beneficiada por la debilidad estructural del dólar.
La foto oficial muestra una economía con inflación controlada, donde las familias mexicanas reciben un alivio temporal en el bolsillo con un peso fuerte y récords de IED. Pero Banxico advierte que detrás de esa narrativa prevalece un crecimiento moderado, inversión débil y riesgos externos que pueden frenar cualquier impulso.
México parece avanzar, pero lo hace sobre un terreno resbaladizo: basta una disrupción en las cadenas de valor o un viraje en la política comercial de E.U. para que los números positivos se desvanezcan.
@JErnestoMadrid
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