- Anunció un nuevo arancel de 50% al cobre con impacto fue inmediato: los futuros del cobre subieron hasta 17%
Donald Trump firmó el pasado 4 de julio el paquete fiscal más ambicioso —y controversial— de su carrera política: la One Big Beautiful Bill Act (OBBBA). Aunque sus aliados lo venden como una victoria para el movimiento Make America Great Again, los datos duros anticipan otra realidad: el costo del plan empujará la deuda pública de E.U. hasta 127% del PIB hacia 2034, generará un déficit fiscal récord, aumentará la presión sobre el gasto social... y beneficiará, principalmente, a los más ricos.
Ernesto Madrid
Un déficit que bate récords... y no por invertir
La OBBBA proyecta un recorte de impuestos por 4.5 billones de dólares en la próxima década. A cambio, solo contempla 1.4 billones en recortes al gasto y un modesto incremento de 0.3 billones en áreas como seguridad e inmigración. Resultado neto: 3.4 billones de dólares que se suman al déficit primario.
En cifras históricas, esto supera el gasto conjunto de los grandes paquetes previos como la CHIPS Act (2022), el American Rescue Plan (2021), y la CARES Act (2020). Bajo estas condiciones, la deuda pública pasará de representar el 99% del PIB actual al 127% en una década. Y si las medidas se vuelven permanentes, podría alcanzar incluso el 130%.
Los pobres pagarán los recortes… y los ricos, la fiesta
La versión final del plan acentuó su carácter regresivo. Según estimaciones de PWBM, el quintil más pobre perdería 2.9% de su ingreso disponible, mientras que el top 0.1% ganaría 1.4% más, lo que equivale a 103,500 dólares extra por persona.
En paralelo, se contemplan mayores recortes a programas como Medicare y SNAP, que afectan directamente a las familias más vulnerables. La estrategia recuerda a los viejos postulados del trickle-down economics: bajarles los impuestos a los ricos para que “eventualmente” todos se beneficien. Solo que esta vez, con menos margen de maniobra y más deuda acumulada.
El interés, más caro que la defensa y la salud pública
El Congressional Budget Office (CBO) prevé que solo el pago de intereses de la deuda federal alcanzará 952 mil millones de dólares en 2025, más que lo asignado a Medicare (942 mmd), defensa (859 mmd) y Medicaid (812 mmd). Para 2034, esos pagos representarán 4.1% del PIB.
A este ritmo, dentro de 30 años E.U. gastará casi tres veces más en intereses que en investigación, educación e infraestructura no militar combinadas. Es decir, la deuda desplaza la inversión pública esencial para el crecimiento futuro de acuerdo a un análisis de Banamex.
Impacto económico marginal (o incluso negativo)
Pese a las promesas de dinamizar la economía, el impacto del plan fiscal en el PIB será marginal o nulo, según diversos análisis. La Casa Blanca proyecta un crecimiento de entre 2.9% y 3.5% a largo plazo, pero el Tax Foundation estima solo 1.2% adicional, mientras otros modelos advierten incluso un efecto negativo.
¿Por qué? “Porque el multiplicador fiscal de los recortes tributarios es bajo en economías cercanas al pleno empleo. El ingreso extra de los ricos tiende a ahorrarse, no a gastarse. Y sin una inversión pública sólida, el estímulo se desvanece, pero la deuda permanece” de acuerdo con especilistas.
El regreso de la guerra comercial: aranceles al cobre y tensiones globales
Como si eso no bastara, Trump anunció un nuevo arancel de 50% al cobre, en el marco de su estrategia proteccionista. El impacto fue inmediato: los futuros del cobre subieron hasta 17%, su mayor alza desde 1988. La medida encendió alarmas globales, pues se espera que se extienda a sectores como medicamentos, semiconductores y metales estratégicos.
Estados Unidos ya había activado una ronda de aranceles recíprocos contra más de 50 socios comerciales. Y aunque se estableció una tregua temporal hasta el 1 de agosto, la incertidumbre comercial ya comenzó a reflejarse en los mercados: el dólar se apreció 0.1% y los rendimientos de bonos a 2 y 10 años subieron a 3.9% y 4.4%, respectivamente.
Victoria política, bomba económica
El nuevo paquete fiscal es una hazaña política de Trump, pero una apuesta riesgosa para el futuro económico de Estados Unidos. A cambio de beneficios fiscales para el segmento más rico, se compromete la salud fiscal del país, se recortan programas esenciales y se corre el riesgo de erosionar la confianza internacional en el dólar y los bonos del Tesoro.
En un entorno global marcado por tensiones comerciales, inflación persistente y desaceleración económica, esta política puede terminar siendo una victoria a corto plazo… y una bomba de tiempo para las siguientes generaciones.
@JErnestoMadrid
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