- Mientras tanto la aprobación de la Reforma Judicial llevó al peso a más de 20 por dólar
“Si quieres volver a hablarme necesitas pedirme perdón” aunque suene a berrinche, es la condición que puso el presidente Andrés Manuel López Obrador al pausar la relación con uno de los que era el visitante frecuente de Palacio Nacional, el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar y con el embajador de Canadá, Graeme C. Clark, porque dijo, necesitan rectificar sus críticas a la reforma al Poder Judicial y aprender a respeten la soberanía del país.
Ernesto Madrid
Entre los caprichos, AMLO dijo que “Cómo le vamos a permitir al embajador (Ken Salazar), con todo respeto, que esto no es un asunto de pleito, ni de enemistades. Cómo le vamos a permitir que opine que está mal lo que estamos haciendo. Ahora sí que no vamos a decirle que abandone el país, pero si vamos a leerle la Constitución, es como leerle la cartilla”.
Sólo que, la Embajada de Estados Unidos aparentemente ‘respondió' a la pausa de López Obrador a través de una carta en la que subrayaron su apoyo a la reforma al Poder Judicial, pero con la aclaración de que, la aprobada este lunes por la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, en realidad, no aborda los problemas dentro del Poder Judicial.
De hecho, la administración del Joe Biden dijo en la carta enviada a la Secretaría de Relaciones Exteriores el viernes 23 de agosto, que “Como lo expresó el Embajador Salazar, Estados Unidos apoya el concepto de reforma judicial en México, pero nos preocupa mucho que la elección popular de jueces no aborde la corrupción judicial ni fortalezca el poder judicial del Gobierno de México”.
Lo cierto es que el gobierno de México, o ignora lo que implica una relación con las naciones del mundo o quiere aislarse del mundo, lo anterior porque el comercio exterior de nuestro país en el primer trimestre del 2024 fue equivalente al 71% del PIB, dicho de otra forma, nuestra actividad económica depende en gran parte del exterior y tan solo el 70% corresponde a Estados Unidos en donde el 52% se refiere a Inversión Extranjera Directa.
Por eso y más, suena ilógico que incluso algunos partidarios de la 4T piensen que es conveniente salirnos del TMEC para no estar sujetos a sus reglas, pero se olvidan de que además hay tratados con Europa, en donde hay una “cláusula democrática”, que pudiera cuestionarse a partir de las reformas del Plan C e incluso funcionó para dar cabida a la transición política en el 2000.
Es decir, si hay soberanía, pero es limitada debido a los tratados comerciales, pero, además, difícil de prescindir de inversiones internacionales, que sujetan la economía del país, como los grandes proyectos de infraestructura, que presume el gobierno y que tendrían que esperar.
Vamos, un ejemplo es el impacto que está ocasionando a la paridad del peso frente al dólar que se disparó hasta en los 20.14 pesos a la venta en las ventanillas de las sucursales de Citibanamex, y cerró esté martes en con una depreciación de 1.81% o 35.14 centavos, con respecto a su último cierre, luego de situarse en los 19.7131 pesos por billete verde de acuerdo con cifras del Banco de México, debido a la aprobación dictamen de la reforma al Poder Judicial.
Por eso se suma además la preocupación de cuatro senadores estadounidenses, dos demócratas y dos republicanos, por dicha reforma, pero además por otras reformas que "correrían el riesgo de violar los términos del Acuerdo Comercial entre Estados Unidos, México y Canadá" (T-MEC).
Por eso suena a un irónico capricho que López Obrador diga que la soberanía de México no está en discusión y que no permitirá injerencias extranjeras en asuntos que competen a los mexicanos olvidando que sí requiere de esa relación para poder sostener la economía del país, sobre todo porque dejará un déficit de 6% del PIB o un poco más y habrá que recortar el gasto y las calificadoras, sin duda, degradaran la nota soberana de inversión, quizás la próxima semana, para que México no acceda a más deuda externa.