- WSJ advierte que el gobierno tiene un plan para reformar la Constitución, lo que acabaría con la libertad y prosperidad del país.
El tema de la sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión y la Reforma al Poder Judicial, van de la mano y en el fondo lo que pretende el gobierno de López Obrador es gobernar otros tres años desde el Congreso.
Ernesto Madrid
Por eso la advertencia de las cúpulas empresariales, que aglutina a los principales empresarios del país, los partidos políticos, en particular el PAN para evitar, lo que el INE perfila hasta este martes, la mayoría calificada de Morena y aliados en la Cámara de Diputados.
En el contexto, no es casual que el propio Wall Street Journal un influyente diario estadounidense haya publicado un artículo titulado "México coquetea con la dictadura" de la periodista Mary Anastasia O’ Grady en el que advierte muy puntual, que dictaduras como las de Venezuela, Bolivia y Nicaragua se originaron a través de líderes que llegaron al poder por medio de su popularidad, lo que trajo como consecuencia que eliminaran los controles institucionales que limitaban su poder.
Al ver esta postura, bajo la lupa, el propio López Obrador es un líder muy popular, que llegó al poder por medio de la democracia, como lo han hecho otros políticos de los países mencionados por el WSJ, que iniciaron sus mandatos, con ese plan, reformando su Constitución y acabando con la libertad y prosperidad de esos países en donde sobresalen, Venezuela o Cuba, que es lo que ‘acaricia’ López Obrador, con sus reformas constitucionales, advierte, el diario estadounidense.
Es la razón por la que López Obrador, les ‘rezonga en voz del pueblo y del mandato popular’, a quienes se oponen, para conseguir su objetivo y se justifica, señalando que la máxima cúpula empresarial el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) están a favor de que impere en México un ‘Estado de chueco’ y que defiende los intereses de unos cuantos en lugar de los de la nación.
Esa no es la realidad, porque incluso, sectores tan amplios, como los propios trabajadores del Poder Judicial, que hicieron a un lado a sus sindicatos, para iniciar un paro de labores, lo ven, desde un enfoque más realista pero AMLO los minimizó y dijo que ‘no va a pasar nada’.
“A la mayoría de los mexicanos no les importa la huelga en el Poder Judicial. Yo les diría con toda franqueza que hasta nos va a ayudar que, si no están los jueces en activos, tenemos la garantía de que no van a dejar libres a delincuentes del crimen organizado y como no van a estar trabajando los juzgados tampoco habrá libertad para delincuentes de cuello blanco”.
Aunque la realidad es distinta y distante de lo que menciona el presidente, ya que ese paro indefinido de labores que inició ayer contra la reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF) pone en riesgo de atención 4 mil 39 asuntos que a diario se realizan en los órganos jurisdiccionales a cargo del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), que comprende juzgados ordinarios de Distrito, tribunales colegiados de Circuito y tribunales colegiados de Apelación, que tienen a nivel nacional 932 organismos en 77 ciudades o municipios de las 32 entidades federativas.
Por eso la periodista de WSJ pone el dedo en la llaga al señalar que a pesar de que Claudia Sheinbaum ganó las elecciones, tomará protesta hasta el 1 de octubre, pero los nuevos legisladores lo harán en 1 de septiembre "lo que podría darle a López Obrador, en el transcurso de 30 días, el poder que no ha disfrutado hasta ahora en su presidencia" en incluso, continuarlo desde el Congreso.
Es por lo que AMLO busca distractores, como el hecho de incitar a las cinco personas más ricas de México a que conozcan la argumentación del gobierno federal sobre la sobrerrepresentación "y que ellos nos den su opinión", entre los que mencionó a Ricardo Salinas Pliego, que respondió de inmediato, e irónicamente le dijo al presidente.
"Respetados y escuchados los empresarios? ¡Por favor! ¡Seamos serios!" con copia hacia quienes llamó "Bañagatos" y los demás "paleros" en las conferencias matutinas del presidente López Obrador.
Ese es el verdadero plan de López Obrador, quizás conseguir una dictadura, que le haga prevalecer en el poder, al menos tres años desde el Congreso y continuar con su proyecto, 20 años más, con un cuestionado plan de gobierno ‘humanista’ en voz del pueblo.