Los humanos tenemos relojes biológicos que se encargan de regular las funciones de diferentes proteínas y órganos desde la vida fetal. El cambio de hora altera el tiempo de exposición al sol y desequilibra nuestro reloj biológico, por ello, varias sociedades internacionales del sueño aconsejan un horario sin cambios y recomiendan mantener el horario de invierno de forma permanente, en especial para niños y las personas de edad avanzada. El horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, mejora el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir enfermedades del corazón, obesidad, insomnio y depresión, dijo el titular de la Secretaria de Salud, Dr. Jorge Alcocer Varela, al explicar las afectaciones que produce en los mexicanos el horario de verano.
Agregó que los adultos necesitamos de tres a siete días para adaptarnos al cambio de hora y la población infantil requiere más tiempo, la falta de sincronización con el medio ambiente altera nuestro orden temporal interno y causa problemas físicos y mentales, como podemos ver en la siguiente.
En el sistema nervioso se pueden presentar: somnolencia, irritabilidad, dificultad en la tensión, la concentración y la memoria. Aumenta la secreción de jugo gástrico, lo que trae en consecuencia que el apetito disminuya en el día y aumente en la noche, destacó.
En lo psicoemocional, la depresión, las ideas suicidas se aumentan en algunas épocas del año y en algunos horarios y latitudes más que en otros. Hay mayor riesgo en quienes requieren de concentración para realizar funciones al iniciar el día como son: pilotos, escolares, maestros, empleados y ciertos trabajadores.
Incluye, entre otros, fatiga, disminución en el rendimiento escolar y laboral, menor productividad en general y mayor uso de estimulantes.
No hay que olvidar que el posible efecto puede ser mayor con los cambios de salud provocados por la pandemia al SARS-CoV-2 y en la siguiente imagen, en cuanto al sueño de las y los adolescente disminuye en promedio de 32 minutos por noche principalmente durante las primeras dos semanas después de iniciar el horario de verano. Hay disminución de la tensión después del inicio del horario de verano resultando tiempos de reacción más largos y aumento en los lapsos de rendición escolar.
El aumento de la somnolencia diurna se ha demostrado significativamente en comparación al momento a la semana previa, por ejemplo en algún estudio al inicio del horario de verano.
En conclusión, el inicio del horario de verano afecta el sueño y la vigilia de las y los estudiantes de secundaria, lo que resulta en el aumento de la somnolencia diurna.
En la salud del corazón en forma breve existe asociación entre el horario de verano y el aumento de la ocurrencia de infarto al corazón especialmente en la primera semana después de ser implementado. Los posibles mecanismos son varios, derivados de la privación del sueño, la desalineación circadiana ya mencionada y las condiciones climáticas.
¿Por qué deberíamos abolir el horario de verano? Lo primero que debemos contemplar es que la elección del horario de verano es política y por lo tanto se puede cambiar. Varias naciones consideran la eliminación del horario de verano, aunado a lo anterior, la sociedad internacional para la investigación de los ritmos biológicos, concluyó que las ventajas del horario estándar superan a las del cambio de horario. Cada vez más los estudios muestran que las diferencias de tiempo entre el reloj social y biológico desafían la salud y la llegar a alterar por lo que, si queremos mejorar nuestra salud, no debemos luchar contra nuestro reloj biológico, lo recomendable es volver al horario estándar que es cuando la hora del reloj solar coincide con la hora del reloj social, el reloj de Dios.