La realidad de la clase media ante la pandemia Covid-19
Por Marta Obeso
Atendiendo la convocatoria hecha por César Augusto Santiago Ramírez, participamos en el primer “Conversatorio de la Gente”. Aquí comparto el tema que se abordó y el cual se sumará a una serie de propuestas expuestas por ciudadanos de distintas entidades de nuestro país.
Me gustaría recordar que el pasado 28 de febrero se confirmó en México el primer caso de contagio por el virus SARS-Cov-2, conocido también como Covid-19 y, desde entonces, a la fecha, en nuestro Mundo Real, hemos visto la magnitud de los estragos que provocará en la economía mundial y, sobre todo en los países de América Latina y el Caribe, esta pandemia.
Así lo confirmó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión para América Latina y el Caribe (CEPAL), quien ha advertido que la pandemia del coronavirus tendrá efectos devastadores sobre la economía mundial, éstos mucho más intensos que los registrados a principio del siglo XXI.
Esta embestida que el Covid-19 ha hecho a la salud de los seres humanos, nos impacta justo en el momento en que la economía mundial mostraba claras señales de debilitamiento y, en la recta final de la primera mitad de este año, el sector comercial de México comienza a resentir la reducción de ese consumismo ejercido por la clase media.
Aunque no se cuenta con una definición exacta de lo que es la clase media en México, sabemos que es el sector de nuestro país que representa el motor de nuestra economía, ya que son los clase-medieros los que poseen una relativa estabilidad financiera y una buena calidad de vida que desea heredar a su descendencia.
Por mencionar algunos aspectos, podíamos asegurar que, en México, la clase media es la que cuenta con vivienda, puede disfrutar de momentos de esparcimiento, acude al médico regularmente, poseen un buen nivel educativo, gusta de viajar con cierta regularidad y aspiran a conservar o mejorar su situación económica; así como tener una jubilación aceptable.
Aunque el Gobierno de la República no le ha dado la importancia que merece, sabemos que, en la economía de México, la clase media que juega un papel muy importante, ya que representa el sector de la población que es el primer escalón para salir de la pobreza o, en nuestra Nueva Realidad, regresar a ella.
Cabe recordar que el pasado 25 de abril escuchábamos al Presidente de la República, afirmar que en el 70% de la población se concentraba la pobreza en México y que en el 30% restante, se encuentran agrupados la clase media, media-alta y alta.
Ese mismo día se anunció la dispersión de 3 millones de créditos a la palabra y la agilización en la entrega de los apoyos de los programas de bienestar social; con esto el Gobierno Federal pretende apoyar a las clases mas desprotegidas de México, dejando de lado a un sector de la población en el que se concentra el 80% de la ocupación laboral; un sector que ha logrado subsanar su gasto diario con el ingreso obtenido, ya sea mediante la realización de una actividad comercial mediana o pequeña, o por desempeñarse profesionalmente en el sector gubernamental, en la pequeña o mediana empresa y, muy pocos, en algunos de esos grandes corporativos que el Jefe del Ejecutivo acusa de acumular la riqueza en México.
Al parecer, nuestra autoridad no valora el hecho de que nuestra economía esté basada en el consumo de productos y servicios y de que, históricamente sea la Clase Media de México la que de forma discrecional impulse el consumismo en nuestro país.
La Nueva Realidad ante esta devastadora pandemia, exige de la instrumentación urgente de un programa de rescate a pequeñas y medianas empresas. En países como Estados Unidos, este rescate contempla el otorgamiento de créditos para que las pequeñas y medianas empresas puedan seguir cubriendo la nómina de sus empleados y, así evitar los despidos masivos, ya que de no evitarse se avanza hacia el colapso de la economía de un sector vital para el desarrollo de México.
Ya lo estamos viendo. Comienzan a desaparecer negocios, las oficinas se están transformando implementando sistemas que permiten el trabajo a distancia y en sectores como el turístico y de restaurantes, sabemos que habrá una reducción notable.
Sumado a esto, los nuevos hábitos como el distanciamiento social y el uso de “medidas auxiliares” como el cubrebocas y mascarillas, habrán de modificar el tipo de actividades socio-culturales de las que disfrutaba la clase media, no sólo en México, pues ya lo estamos viendo en países asiáticos y europeos.
En la Nueva Normalidad, la Realidad de la Clase Media tendrá prioridades y enfoques distintos, con nuevas preocupaciones, como la de no caer en la pobreza, por lo que los hábitos de consumo serán muy distintos.
Así es que nos encontramos ante un nuevo desafío, el de ser creativos y buscar nuevas fuentes de ingresos que nos permitan reinventarnos para no bajar este escalón en el que tanto trabajo nos ha costado mantenernos. Por nuestro bien y por el de nuestra descendencia debemos organizarnos como este sector vital que somos para México, exigiendo igualdad de trato con los demás sectores de nuestra sociedad.