En la actualidad muchas organizaciones y centros de investigación analizan la marcha de las economías nacionales, regionales y a nivel global.
Tales entidades son organizaciones especializadas que cuentan con los recursos suficientes para mantener modelos de alta complejidad –aunque todavía criticados por algunos— que permiten estudiar escenarios futuros con altos grados de probabilidad. Lo anterior porque la ciencia económica y la ciencia en general no están todavía en capacidad de introducir en esos modelos todas las variables objetivas y subjetivas que inciden en el desempeño de una economía nacional y menos de la global.
No obstante esas dificultades para pronosticar con exactitud la marcha futura de las economías –como sí lo hacen las ciencias físicas en muchos casos— existen métodos con capacidad predictiva que se utilizan para monitorear los resultados detallados de las actividades, sus trayectorias pasadas e interrelaciones constantes y variables, sobre las que se han formulado teorías y se ha practicado desde hace casi 250 años.
Recientemente, Bill Gates, formuló una crítica justificada a la inexactitud en que se mueven los economistas quienes además no están de acuerdo entre ellos mismos. A esta duda razonable se agregan las de otros que tienen un interés más específico sobre los riesgos e incertidumbres monetarias y financieras y quisieran ser avisados puntualmente sobre cómo tomar sus decisiones especulativas en la bolsa de valores u otros activos, por ejemplo, que es una de esas variables subjetivas más difíciles de cuantificar.
En el ámbito de la política económica sucede lo mismo, pero el problema se amplifica cuando se mezclan las ideologías: derecha, izquierda conservadora, marxista radical, socialdemocracia, populista, neoliberal o simplemente ignorancia, de quienes en más de un caso responden a los intereses particulares de su tienda política, pero desconocen las complejidades de un sistema económico.
La cuestión es importante hoy, porque se han ido sumando predicciones procedentes de distintas áreas públicas, privadas, gubernamentales y no gubernamentales y otras más, que desde hace meses han lanzado advertencias y hasta escenarios apocalípticos, sobre una inminente reducción de la economía mundial que, obviamente, es el conjunto de economías individuales.
Pero no se trata de creer o no, de tener fe en el bien o en el mal o tener otros datos. En tiempos recientes hemos sido testigos de ese tipo de altibajos, llamados por los economistas el ciclo económico, cuyas variables e interrelaciones forman parte de los modelos antes mencionados. La más reciente que afectó a muchos países incluyendo a México la experimentamos en 2008.
El tema central es que hay indicadores y signos que los expertos han estado identificando y por ello se han lanzado alertas y advertencias. Además las instituciones monetarias y financieras en varios países ya han tomado medidas para hacerle frente, como la baja en la tasa de interés en Estado Unidos en un par de ocasiones. En Europa la tasa de interés es negativa en algunos países, como lo anunció Alemania para créditos a 30 años. México hace pocos días también la redujo el banco central y tal vez sea inminente un nuevo ajuste a la baja.
Todo ello como una de las varias políticas para estimular las economías que tienen signos de menor expansión. La economía mexicana está prácticamente con crecimiento cero y los pronósticos aún los más optimistas son muy modestos.
La OCDE no anticipa la recesión, sino que describe los síntomas actuales y las perspectivas que arroja la medición de las economías. Reproduzco a continuación el texto introductorio íntegro de su última publicación, que no tiene desperdicio.
"La economía mundial se enfrenta a vientos en contra cada vez más fuertes y el lento crecimiento se está afianzando de manera preocupante. La incertidumbre provocada por las continuas tensiones comerciales ha sido duradera, reduciendo la actividad en todo el mundo y poniendo en peligro nuestro futuro económico. Los gobiernos deben aprovechar la oportunidad que ofrecen los bajos tipos de interés actuales para renovar la inversión en infraestructura y promover la economía del futuro".
1.- OCDE, Interim Economic Outlook. Warning: low growth ahead. Ver Boletín digital. Una presentación del estudio se puede consultar en: http://www.oecd.org/economy/outlook/?utm_source=Adestra&utm_medium=email&utm_content=Economic%20outlook%20page&utm_campaign=IEO%20September%202019%20%2B%20Ageing%20Update&utm_term=demo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.