No importa cómo salga la foto.
Es la mirada del otro el que le dará valor
Jacques Derrida
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. Los días continúan en medio de la pandemia por el Covid-19 donde ya se cuentan más de 70 mil muertos y otros 50 mil por el crimen organizado, ni uno ni otro tema se ve que vaya a la baja. Eso sí, el Gobierno Federal que encabeza López Obrador ni se inmuta, parece que no pasa nada a pesar de las familias que se encuentran de luto, hay dolor y pena, pero no en quienes juraron defender a sus gobernados.
El ejemplo de la frivolidad y el engaño es la rifa del avión presidencial, un bien de la nación que ni siquiera se ha terminado de pagar, que no se ha encontrado un comprador y aunque este en tierra, sigue generando gasto. Eso sí, el 15 de septiembre quedará en la historia como el día de la rifa, una tomada de pelo para los mexicanos. Inclusive trabajadores fueron forzados a comprar billetes de lotería para apuntalar al presidente López y que no sea un ridículo más de la 4T.
Estos, los diferentes, los que a la primera provocación pregonan que “por el bien de todos primero los pobres”, han preferido autofinanciar la rifa que comprar medicamentos para el Insabi. No les ha importado la lucha de los padres de familia que tienen hijos enfermos de cáncer y no tienen los tratamientos que son de vida o muerte. Así el día del sorteo, se cumplirán 683 días sin tratamientos oncológicos, sin los fármacos se pone en riesgo la vida de los menores.
Las protestas sobre el tema y las historias de dolor se reproducen por todo el país, lo mejor que han podido hacer es descalificar su lucha. Así lo hizo el subsecretario Hugo López-Gatell, el que, por besar los zapatos de su patrón, minimiza una exigencia legitima y exhibe su frivolidad que lo han llevado a ser un politiquillo más con las manos manchadas por sus malas determinaciones. ¿De verdad estamos para rifas y chacoteos?
Lo anterior se explica, porque la 4T es un gobierno de ficción y hueco, solo se construye de falsas narrativas que salen de Palacio Nacional y quisieran hacerlas realidad con la fuerza de la repetición, pero ahí están los datos que son implacables -que por cierto no les gusta que se den a conocer-, no les gusta la crítica, pero el desempleo en su apogeo, la inseguridad constante, crisis económica, deudas, muerte y la cereza de este amargo pastel, pues los 12 millones de nuevos pobres.
Pero son tiempos electorales y hay que darle continuidad al proyecto de la Cuarta -cualquier cosa que eso signifique-, por eso el tabasqueño remueve las aguas, hace lo que mejor le sale desde hace 18 año, flagelarse, martirizarse y ser un candidato que acusa y que no asume, desde ahí se encuentra cómodo, se siente seguro porque nada será su responsabilidad sino del pasado.
Por fin terminará la farsa de la rifa de un avión presidencial, pero la novela de Emilio Lozoya y de Genaro García Luna continúan, insisto, que se haga justicia y que paguen lo que deben. Pero como la campaña apenas comienza, ya se aprestan a presentar el juicio del siglo, ahora contra los ex presidentes. ¿Por qué López simplemente no denuncia? ¿Por qué hasta ahora? ¿Se va a quitar de en medio para que actúe la justicia? O… ¿Terminará protegiendo a la mafia del poder?
Yo ya tengo mis respuestas, ojalá me equivoque.
Entre Palabras
Que se les terminó el amor a los del PT y Morena… Pero se necesitan, es un amasiato necesario.
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Hasta la próxima