El ‘pataleo’ por la reforma electoral toma nuevo bríos después de la marcha en la que la sociedad mostró su ‘musculo’ y el reto de la oposición al presidente Andrés Manuel López Obrador para que Morena y él voten ya su iniciativa, pero de la manga del mandatario salió un plan ‘B’ que pretende una nueva iniciativa, pero sólo con reformas a la ley electoral.
Por: Ernesto Madrid
Lo anterior, en medio del rosario de ofensas del mandatario hacía quienes están en contra de lo que llama ‘una verdadera democracia’ que alimento el ánimo de la sociedad saciada de sus incongruencias y una oposición convencida de que Morena no tiene los votos necesarios para sacar adelante la reforma.
En este entramado y el rechazo público al dirigente del PRI Alejandro Moreno y la posición del dirigente de la bancada guinda en el senado, Ricardo Monreal; en el primer caso de votar en contra de la reforma y el segundo, que sea analizada a detalle para que no tenga un efecto regresivo está el ridículo monumental del gobierno capitalino que dijo que había sido 12 mil manifestantes en contra y el pataleo del presidente que dijo que si acaso eran 60 mil, donde se esconde el desgaste de su gobierno.
La realidad está en lo estimado por especialistas, aplicaciones y prensa extranjera, que calculó entre 300 y 600 mil mexicanos en toda la República, que dejo ver con claridad que la capital del país es de oposición ya que la asistencia reflejó un incremento en el rechazo a López Obrador y a su candidata, Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno capitalina.
Por eso el presidente quiere ahora cambios en las leyes electorales para obtener los mismos resultados pretendidos por la reforma constitucional, pero sin la necesidad de obtener mayorías calificadas, bajo el argumento de que “es necesario que haya una auténtica democracia en México, que se aleje de una vez y para siempre cualquier posibilidad de fraude electoral porque eso es lo que está de fondo, eso y el que hayan perdido sus privilegios, el que ya no puedan robar porque son muy corruptos y son muy clasistas y son muy racistas”, dijo entre sus argumentos trillados.
Por eso el mandatario propone enviar, quizás “una reforma a la ley que no requiere de dos terceras partes, un plan B (…) Es posible que sin violar la Constitución se pueda proponer en una ley o alguna reforma a la ley electoral, de que se elijan a los consejeros y magistrados del Tribunal Electoral, del INE y del Tribunal Electoral que no haya plurinominales, que en vez de 500 sean 300, ver si es posible”, considero.
Y fue insistente al decir que “lo ideal sería la reforma constitucional, pero son intereses pues de los oligarcas que no quieren la democracia. Todo aquello que se pueda sin violar la Constitución, pero no dejar de luchar”.
La realidad es que no hay ninguna seguridad de que el INE asegure su autonomía e independencia para 2024 y para que la energía ciudadana cristalice y se convierta en una verdadera expresión política se requiere un líder social visible del movimiento en el cuál haya un congruencia y unidad.
En el contexto, Claudio X Gonzáles está detrás y lanzo siete propuestas después de la marcha en la que destacan las dos últimas: Participar en la construcción de la propuesta ciudadana para integrar al Plan de Gobierno 2024-2030 y sumarse a una gran red ciudadana para exigir, proponer y mejorar, pero hasta ahora, solo hay una realidad, que no la única posible el reemplazo de los consejeros electorales que terminarán su mandato en abril.
De lo contrario, si AMLO logra doblar al PRI con expedientes jurídicos, la UIF y el SAT podrán entonces acabar con el INE y su autonomía y se perderá, quizás la democracia que es lo que está en juego.