Alejandro Matty Ortega/Irreverente Noticias
Hermosillo, Sonora (IN).- A la pobreza extrema, la indiferencia oficial y social, hoy se suma el calor como el devastador golpe a las más de mil 200 personas en la indigencia en Hermosillo.
El calor
Las temperaturas de 50 grados centígrados registradas el fin de semana, marcan el inicio fe un verano desolador y mortal para los sin techo en la llamada Ciudad del Sol.
La esperanza y fe de algunos hombres estigmatizados con crueles etiquetas sociales como "pachas" o "paisas", poco a poco se evaporan bajo las ardientes sombras de los árboles de calles y plazas de la capital de Sonora.
Por decenas, se les encuentra deambulando o sentados en bancas de la plaza "El Mundito", parque "Madero", Universidad de Sonora y Centro de Hermosillo.
El calor se suma a la interminable letanía de adversidades que los vuelve aún más vulnerables en la inclemencia del tiempo y la indiferencia de una sociedad individualista.
Los héroes
El fin de semana, todas las mujeres y hombres de Bomberos de Hermosillo fueron llamados por su Comandante y Director, Juan Francisco Matty Ortega, con la alta misión y prioridad de atender e hidratar a toda persona posible en condición de calle.
Las Comandancias de Bomberos se convirtieron en "Puntos de Hidratación".
A esta tarea de los héroes sin capa, se sumaron nobles elementos de la Dirección de Seguridad Pública y de la Unidad Municipal de Protección Civil de Hermosillo.
El Ayuntamiento de Hermosillo, habilitó los 6 Centros Hábitat para recibir a la población que requiriera apoyo, agua y suero para hidratarse y mitigar los golpes de calor extremo.
Grupos de la sociedad civil e incluso periodistas, se sumaron de manera generosa, altruista y desinteresada a la misión de tender una mano amiga los sin techo.
Sin techo
Hoy, el calor se convierte en el enemigo mortal número uno de los más de mil 200 hombres en condición de calle que claman una botella de agua, suero y lo que sea la voluntad de la sociedad en general.
Quien lee estas líneas en la comodidad de su casa u oficina, difícilmente comprenderá esta triste y cruel realidad.
Sólo estando en los zapatos del otro es posible entender.
Y pensar que en este país la carestía, la incertidumbre, los gastos superfluos, los salarios de miseria, el desempleo, la inflación, el crimen, la delincuencia y la inseguridad, la corrupción e impunidad, nos pueden llevar a todos a la indigencia.
Sí, en un abrir y cerrar de ojos.
Sí, a todos.
El clamor
Luis Ernesto, uno de varios hombres sin techo consultados por el reportero de este medio binacional Irreverente Noticias, clama "agua, un taco y si se puede un trabajo de lo que sea".
¿Cuánto tiempo lleva sin un techo maestro?
"No me acuerdo bien pero creo que desde Año Nuevo o un poco después, hacía mucho frío", narra Luis Ernesto quien deambula en el parque "El Mundito".
Y la pregunta obligada:
¿Por qué estás en la calle?
"Me ganó el egoísmo, el alcohol, me abandonó mi familia, me despidieron y llegué aquí, ahora este parque es todo mi mundo".
¿Qué le pides a la gente?
"La verdad nada, aquí enfrente hay un albergue y casi a diario entramos solamente para dormir, a veces nos quedamos a limpiar y lavar el piso y sale el desayuno".
¿No pides ayuda económica?
"Aunque usted ni mi familia lo crea, aún me queda una poca de dignidad, nunca lo haría, creo pero desde hace una semana lo único que pedimos aquí en el Centro es agua, nomás agua y ya".
¿Has recibido apoyo del Gobierno de México, del Gobierno del Estado o del Ayuntamiento de Hermosillo?
"El sábado pasaron unos muchachos y nos trajeron agua y sueros, al rato llegaron unos policías y también nos ofrecieron botellitas de agua, muy raro todo".
¿Raro en qué sentido?
"No sé, es la primera vez que los policías no nos tratan mal, ni nos golpean o nos gritan que nos vayamos de aquí".
La indiferencia
Como Luis Ernesto, más de mil personas padecen de incontables adversidades y de la indiferencia oficial y social.
Hoy, se suma el mortal calor que cada año termina con la vida de algunos de ellos.
El dolor y la agonía diaria que pesa sobre sus hombros y conciencias, así como el mal trato y la apatía social, hoy son el menor de sus problemas.
Hoy, el cruel enemigo de los sin techo es el calor extremo en la Ciudad del Sol.
Y lo peor para los sin techo, está por venir.