Se estima que en México al año se presentan entre cinco y seis mil casos nuevos de cáncer en menores de 18 años, entre los que destacan las leucemias, que representan el 50 por ciento del total; linfomas el 15%, seguido de tumores del sistema nervioso central.
La leucemia linfoblástica aguda es un desorden maligno en las células que producen la sangre, que afecta a los glóbulos y plaquetas. Se origina en la médula ósea y es más común en edad preescolar.
Diversos estudios han tratado de identificar las causas del cáncer infantil, pero son muy pocos los cánceres causados por factores ambientales o relacionados con el modo de vida en los niños. Simplemente se pierde el orden de maduración y el control de crecimiento de las células.
Los padres de familia deben estar atentos a síntomas fiebre persistente, sangrado sin explicación, moretones sin causa aparente, manchas rojas en la piel, crecimiento anormal de ganglios en las axilas, cansancio, pérdida del apetito y de peso.
El medico revisará si el menor presenta bolitas en el cuello, crecimiento del hígado, bazo, testículos y dolor de cabeza persistente. Por ello, es fundamental revisar periódicamente a los niños con su pediatra.
El tratamiento para esta enfermedad se basa en quimioterapia, aunque algunos pacientes son candidatos a un trasplante de médula ósea. La quimioterapia por sí sola puede ser eficaz para ciertos tipos de cáncer como las neoplasias hematológicas (leucemias y linfomas), que por lo general puede considerarse que están extendidas desde el principio.