En el transcurso de la vida, el cuerpo humano experimenta cambios significativos, y la forma en que procesamos y utilizamos el agua no es una excepción. A medida que envejecemos, la necesidad de mantenernos hidratados se vuelve aún más crucial, pero a menudo, esta necesidad pasa desapercibida.
Por Marta Oliva Obeso Suro y Gemini IA
El Dr. Arnaldo Liechtenstein, reconocido neurólogo, plantea una pregunta reveladora a sus estudiantes de medicina: "¿Cuáles son las causas de la confusión mental en las personas mayores?" Las respuestas comunes suelen ser tumores o Alzheimer, pero la realidad es mucho más simple y a la vez más alarmante: la deshidratación.
La deshidratación en la tercera edad es un problema común y peligroso. A medida que envejecemos, nuestra capacidad para sentir sed disminuye, lo que significa que a menudo no nos damos cuenta de que necesitamos líquidos hasta que ya estamos deshidratados. Además, los adultos mayores tienen una menor reserva de agua en sus cuerpos, lo que los hace más susceptibles a la deshidratación.
Las consecuencias de la deshidratación en la tercera edad pueden ser graves. Desde confusión mental y debilidad muscular hasta problemas cardíacos y, en casos extremos, la muerte. Es fundamental tomar conciencia de este problema y tomar medidas para garantizar una hidratación adecuada en nuestros adultos mayores.
¿Cómo podemos prevenir la deshidratación en la tercera edad?
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Fomentar el hábito de beber líquidos: Es importante recordarles a los adultos mayores que beban líquidos regularmente, incluso si no sienten sed. Establecer horarios para beber agua, jugos, tés o sopas puede ser de gran ayuda.
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Ofrecer líquidos constantemente: Los familiares y cuidadores deben estar atentos y ofrecer líquidos a los adultos mayores a lo largo del día, especialmente durante las comidas y entre horas.
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Elegir bebidas saludables: El agua es la mejor opción para hidratarse, pero también se pueden incluir jugos naturales, tés y sopas. Es importante evitar las bebidas azucaradas, ya que pueden tener efectos negativos en la salud.
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Consumir frutas y verduras: Las frutas y verduras con alto contenido de agua, como la sandía, el melón, la naranja y la mandarina, son una excelente manera de complementar la hidratación.
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Estar atentos a los signos de deshidratación: Los síntomas de deshidratación pueden incluir confusión mental, irritabilidad, falta de atención, debilidad muscular, mareos y boca seca. Si nota alguno de estos síntomas en un adulto mayor, es importante consultar a un médico de inmediato.
La hidratación es un pilar fundamental para un envejecimiento saludable. Al tomar medidas para garantizar que nuestros adultos mayores se mantengan hidratados, podemos mejorar su calidad de vida y prevenir complicaciones graves. Recordemos que la prevención es la mejor medicina, y en este caso, la hidratación es clave para un envejecimiento activo y saludable.