El presidente se dirigió de la siguiente manera.
Amigas y amigos:
Nada más sumarme al homenaje que significó la ovación, el aplauso a Alfredo Harp, que es, sin duda, el principal promotor del béisbol en México, en nuestro país.
Muchas gracias, Alfredo, por tu apoyo. Eres un ejemplo porque no sólo te dedicas a la actividad empresarial, sino tienes dimensión social, dimensión cívica y además esta afición, este amor por el béisbol.
Eres un ejemplo, repito, a seguir. Afortunadamente hay muchos empresarios en México con dimensión social y esto es muy importante, necesitamos de la participación de la colaboración de los empresarios.
Lo decía antier en Palacio Nacional, en una reunión que tuvimos con este propósito, no podría el Estado sacar adelante al país sin el apoyo del sector privado y del sector social. Se tiene que contar con los tres motores para el desarrollo: el sector público, el sector privado y el sector social.
En el caso particular del béisbol, como es sabido, es mi deporte favorito desde niño, en mi pueblo no había más que béisbol en aquel entonces y es una pasión.
Los que han jugado béisbol saben lo que significa el salir de la escuela, de la primaria, dejar los zapatos y a jugar béisbol, desde niños.
Dejar los zapatos porque en el trópico no se acostumbra mucho a usar zapato, no es nada más que no se tenga para comprar un par de zapatos, sino que anteriormente se andaba descalzo.
En mi tierra, en mi agua, casi andaba uno desnudo, porque tampoco se usaba mucho la camisa, ni los zapatos y así a jugar béisbol con pelotas hechizas, con bates hechos también por la misma gente.
Yo recuerdo que cuando salíamos de vacaciones y nos llevaban a Veracruz, íbamos, -era el goce más importante- ir a una tienda de artículos de béisbol, al Tigres Deportes en Veracruz a comprar los guantes, las pelotas. Y lo que cuidaba uno, en aquél entonces una pelota, un guante, y así era la vida.
Yo jugué béisbol con los grandes de mi pueblo siendo todavía estudiante de primaria; y en secundaria era yo prospecto para Grandes Ligas. No es por presumir.
Fíjense que es tanto el afecto que le tengo al béisbol que, dicho sea de paso, todavía juego y todavía macaneo, y estoy bateando arriba de 300, así como ven.
Tengo el dedo de esta mano torcida desde entonces, porque era yo center fielder, tenía yo buen brazo y cubría yo mucho terreno; y salió una línea en un juego, salí por ella, me tiré de cabeza, la cogí, pero me quedó el brazo abajo y el dedo recargado en el cuerpo.
Entonces tiré, -todo esto lo saben los que han jugado béisbol- está uno caliente, no siente uno nada, sentí algo raro, y traía yo el dedo por acá. Y era cosa de ir con el curahueso, pero se fue pasando el tiempo y yo creo que le cayó rebaba y ya no lo enderecé. Y lo tengo así, porque tiene que ver con una jugada, con una atrapada en el béisbol. Por eso es mi pasión.
Desde niño siempre estando pendiente de todo lo que pasaba en el béisbol, en la Liga Mexicana, en Grandes Ligas, escuchando los juegos por la radio, al “Mago”, que en paz descanse, que narraba muchas veces, según algunos sin que realmente se dieran las jugadas, él las inventaba, pero nos apasionaba escuchar.
Tuve la fortuna de conocerlo y así de conocer a grandes peloteros, “caballos” -así se dice- del béisbol en Liga Mexicana y también de Grandes Ligas, hace como tres, cuatro años, casi no salgo del país, y me invitaron a un juego de estrellas en Estados Unidos.
Estuvimos y pude platicar con David Ortiz, que fue el año en que se retiró David Ortiz, en San Diego.
Fue muy importante participar y ver un juego de estrellas hace relativamente poco.
Hace tres días, todavía, estuvimos en Mazatlán en un mitin, en un estadio recién modelado por el gobernador de Sinaloa, buen estadio.
Y le decía yo al gobernador, a Quirino Ordaz: Mira qué hacemos nosotros aquí en el mitin, deberíamos estar jugando béisbol’, o sea, por la pasión que despierta el béisbol.
Aquí hay peloteros que son testigos que todavía hasta hace poco iba yo con frecuencia a jugar, tenemos una liga de veteranos, aquí está ‘Chito’ Ríos, tremendo pitcher, y otros peloteros, ‘el Peluche’ Peña, también amigo, y muchos más.
La verdad, es que me da mucho gusto estar aquí con ustedes y, repito, agradecerle mucho a Alfredo Harp por esta obra.
Aprovecho para informarles que Alfredo nos está ayudando para que regrese Guasave a la Liga de Béisbol del Pacífico; y al mismo tiempo Francisco González aceptó que Sultanes juegue en la Liga del Pacífico, que va a jugar en el Verano y va a jugar en el Pacífico, Sultanes de Monterrey.
Entonces, informo también que se aprobó en el presupuesto para este año una partida para fomentar el béisbol, se van a crear escuelas, academias en distintas partes del país, escuelas para que los jóvenes puedan estudiar una carrera, puedan estudiar como maestros de educación física, y al mismo tiempo que practiquen béisbol, para que -si tienen madera- se dediquen al béisbol, y si no dan el ancho que terminen la carrera para que tenga ya esa profesión, maestros de educación física.
Esto lo vamos hacer. Hay un comisionado, Edgar González, que está aquí con nosotros, hermano de un gran beisbolista mexicano, de Adrián González, que nos están ayudando con la conducción de la directora del Deporte, Ana Guevara, que me acompaña.
Y dos cosas más:
Una. Que ya estamos convenciendo a Poncho Romo y a Roberto Hernández para que dejen los caballos y agarren el bate, o que sigan con los caballos pero que apoyen en el fomento al béisbol.
Y hacer el compromiso también con Alfredo de acompañarlo para la inauguración del nuevo estadio de los Diablo Rojos en la Ciudad de México, todo por este hombre.
Muchas gracias, Alfredo.
Párate, para que te ovacionemos.
Que siga habiendo muchos jonrones con casa llena.
Muchas gracias, amigas y amigos.