- El gobierno habla de un “cambio de etapa”, pero la reconfiguración exprés en la FGR, las caídas inmediatas y los expedientes congelados pintan más bien un operativo político en defensa propia. Y mientras todos celebran, el exfiscal salió con archivos capaces de incendiar un sexenio.
La salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República se anunció con elegancia de ceremonia oficial: reconocimiento público, palabras de agradecimiento de la presidenta Claudia Sheinbaum y la oferta —muy oportuna— de una embajada para iniciar “una nueva etapa”. Un cierre terso para un fiscal que, según el gobierno, simplemente cumplió su ciclo.
Ernesto Madrid
“Mis respetos, mi reconocimiento”, dijo Sheinbaum, asegurando que lo fundamental ahora es mejorar la coordinación entre la Fiscalía y el Ejecutivo. Lo que no dijo —al menos no en voz alta— es que esa coordinación comenzó de inmediato… y a velocidad de vértigo.
Porque apenas salió Gertz, la FGR se movió como tablero sacudido: en cuestión de horas entró Ernestina Godoy y cayeron los fiscales que tenían en sus manos los expedientes más sensibles del país. La Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) quedó descabezada con la salida fulminante de Alfredo Higuera Bernal, responsable de casos de narcotráfico, huachicol y delincuencia organizada. Justo donde estaban los archivos que nadie quería tocar.
Entre ellos, una investigación por huachicol fiscal que señalaba a un vicealmirante de la Marina —sobrino del exsecretario Rafael Ojeda— y cuyos tentáculos, según reportes de inteligencia, alcanzaban a figuras de Morena como Adán Augusto López y Mario Delgado.
Pero la podredumbre no venía solo de afuera. Dentro de la FEMDO, fiscales y mandos están señalados por vender expedientes, filtrar cateos y cobrar hasta 2 millones de pesos por proteger cargamentos de huachicol. Incluso una jueza federal aparece mencionada.
Y cuando la red empezaba a tensarse, las investigaciones… se congelaron. Expedientes sobre exgobernadores, operaciones de contrabando y el escándalo del huachicol fiscal quedaron “detenidos de manera extraña”, de acuerdo con Dossier Político. Extraña sí: coincidencia, casualidad o conveniente pausa política.
Los relevos llegaron sin titubeos. La FEMDO quedó en manos de César Oliveros Aparicio, exhibido por The New York Times por solicitar datos telefónicos de opositores sin orden judicial, y la Agencia de Investigación Criminal (AIC) pasó a Héctor Elizalde Mora. Ambos cercanos a Harfuch y al círculo de Sheinbaum. Cambio de etapa, le llaman.
Entretanto, la narrativa en redes sociales no perdona la coincidencia: ¿por qué se limpia precisamente donde estaban las investigaciones del huachicol gubernamental? ¿Es una reestructuración normal o un operativo político para retomar el control de los expedientes más incómodos del sexenio? Lo único cierto es que todas las carpetas sensibles cambiaron de manos… al mismo tiempo.
Y mientras la clase política celebra la salida del “fiscal incómodo” como si fuera trofeo, hay un pequeño detalle que se pasa en silencio: Gertz no se fue con las manos vacías. Se llevó carpetas que, según versiones internas, contienen información capaz de cimbrar a medio gobierno, incluidos los hijos del expresidente y —ironías del destino— al propio Adán Augusto López, quien se presume haber operado su salida.
Más que la salida de Gertz Manero, lo que realmente ocurrió fue el cierre abrupto de una puerta que nunca debió abrirse: la investigación contra Raúl Rocha, el empresario regiomontano propietario del certamen Miss Universo. Una indagatoria cargada de señalamientos por narcotráfico, tráfico de armas y huachicol que, para incomodidad de muchos, rozaba directamente a Andrés Manuel López Beltrán —hijo del expresidente y socio de Rocha en diversos negocios— y al exdirector de Pemex, Octavio Romero Oropeza.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, aseguró —con la serenidad de quien nunca ha visto una sombra fuera de lugar— que no hay el menor indicio de dinero sucio rondando el concurso de belleza. Según él, en ese reino de coronas y lentejuelas todo brilla… y no precisamente por lavado.
Embajada o no, esos expedientes no necesitan visa. Y en Washington, el Departamento de Justicia no suele ignorar papeles que huelen a poder, gasolina y traiciones internas.
Mientras tanto, el Senado recibió 43 aspirantes para sustituir a Gertz. Luego enviaron diez a la presidenta Sheinbaum y al fina quedaron tres: Maribel Bojórquez, Luz María Zarza y Ernestina Godoy. Lo demás —según voces internas— es mero trámite, porque todo apunta a que Godoy será la nueva titular no solo del despacho, sino de ordenar hasta dónde deben llegar (o no llegar) las investigaciones que podrían incomodar a la casa propia.
En México, los ciclos cierran, las etapas cambian… pero los expedientes siempre terminan donde más duelen. Y esta vez no es la excepción.
@JErnestoMadrid
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