- Empleo formal privado continúa estancado
La generación de empleos de calidad no solo debe ser un indicador económico más, sino la prioridad nacional para construir un país con bienestar sostenible. Y, sin embargo, México ¿cómo vamos? (MCV) confirma, en su más reciente análisis que esa meta no solo está lejos de cumplirse: está en semáforo rojo.
Ernesto Madrid
Durante junio de 2025, el número de empleos registrados ante el IMSS apenas alcanzó los 22.3 millones, prácticamente sin variación respecto al mismo mes de 2024. Se trata del menor crecimiento anual desde marzo de 2021 (2.2%). Peor aún: se perdieron 5,500 empleos formales en términos mensuales, con una tendencia que anticipa estancamiento.
Un país que no crece no emplea
Lo preocupante no es sólo el estancamiento del empleo formal privado, que ha crecido apenas 0.4% en lo que va del año (apenas 94,600 nuevas plazas), frente al 2.5% registrado en el mismo periodo de 2024. Es también el hecho de que la masa salarial real –es decir, el poder adquisitivo de los trabajadores– sigue debilitándose.
Aunque el salario real aumentó 3.1% en junio, se trata del menor avance desde diciembre de 2022, y el crecimiento de la masa salarial (también 3.1%) fue el más bajo en más de tres años. La consecuencia es directa: menos empleo, con menos ingreso y menos poder de compra.
La confianza del consumidor también retrocede
Ese deterioro del empleo y los ingresos ya se refleja en la percepción ciudadana. El Indicador de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por el Inegi, cayó 1.1 puntos en junio, hasta ubicarse en 45.4 puntos, su nivel más bajo desde noviembre de 2024. Tras alcanzar un máximo histórico en octubre del año pasado, el ICC ha ido en caída libre.
Los consumidores reportan menor disposición a comprar electrodomésticos (-2.4 puntos), peor percepción sobre la economía actual del país (-1.0), y desconfianza sobre el futuro nacional (-0.4). Solo el rubro relacionado con la economía del hogar dentro de un año mostró una mejoría marginal (0.3).
MCV propone: inversión y coinversión
Frente a este escenario, México ¿cómo Vamos? plantea que la inversión debe ser el motor de cambio. No se trata solo de atraer capitales privados, sino de detonar proyectos de coinversión público-privada en sectores estratégicos como la generación de energía eléctrica, hoy atascada por incertidumbre normativa y trabas regulatorias.
A la par, el Plan México –planteado por el gobierno federal como una hoja de ruta nacional– establece que el crecimiento económico (Meta 1) es la base para lograr una disminución real de la pobreza y la desigualdad (Meta 13). Pero para llegar ahí, se requiere atender temas transversales: desde financiamiento, hasta sostenibilidad y mejora del capital humano.
¿Y entonces, por qué no crecemos?
Porque México no está logrando las condiciones mínimas para dinamizar su mercado laboral. No se simplifican trámites, no se brinda certidumbre a los inversionistas, no se desatora la infraestructura energética. A ello se suma un entorno internacional incierto, un deterioro del poder adquisitivo y una desconexión entre la política económica y las necesidades reales de los trabajadores.
Hablar de prosperidad compartida sin empleo de calidad es una fantasía peligrosa. Hoy, el mercado laboral está estancado, la confianza del consumidor a la baja y los ingresos reales debilitados. Urge pasar de los diagnósticos a las decisiones. No solo para mover el semáforo de MCV a verde, sino para que la economía mexicana deje de sobrevivir y empiece a avanzar.
@JErnestoMadrid
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