Entre los dimes y diretes, ahora el gobierno federal pretende que la nueva línea aérea que operará el Ejército mexicano lleve el nombre de “Mexicana de Aviación”, el mismo que la empresa extinta en 2010 bajo la administración de Felipe Calderón.
Por: Ernesto Madrid
Lo que intenta el presidente Andrés Manuel López Obrador es una empresa paraestatal en manos del ejército mexicano al señalar que “Sería muy bueno que se usará el nombre de Mexicana de Aviación en esta empresa que posiblemente se constituya”, declaró en su conferencia matutina.
Lo anterior fue resultado de la revelación de Guacamaya Leaks, en donde el propio mandatario tuvo que reconocer que se está analizando la creación de esta nueva compañía que operaría con 10 aeronaves rentadas de diversos modelos y su constitución se daría el próximo 2023.
Entre los peros encontramos que una virtual aerolínea a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no tendría un carácter mercantil, sino de fin social, dado que las Fuerzas Armadas están impedidas para lucrar, a través de la obtención de una concesión, con un servicio.
Lo anterior quedo confirmado luego de una entrevista que realizó El Financiero, a Rogelio Rodríguez, doctor en Derecho Aeronáutico y Constitucional, quién indicó que la Sedena no está facultada, de acuerdo con la Carta Magna, para obtener ganancias o para perseguir un fin de negocio, esto pese a que la figura de la empresa para operar la aerolínea sería la de una sociedad mercantil, de capital mayoritariamente militar.
Otro de los peros es que de acuerdo con los documentos de la dependencia que comanda Luis Cresencio Saldoval filtrado por los hackers de Guacamaya, es que será Aeromar la línea aérea que absorban las fuerzas armadas y entre los dichos esta la postura de Zvi Katz que lleva negociando meses con el gobierno federal una salida a su afligida situación financiera y la solución, se dice, ya está tomada y entregará las llaves de su empresa a la milicia.
En el fondo, lo que respalda esta postura es que Aeromar adeuda al Servicio de Administración Tributaria, con recargos, actualizaciones y multas, alrededor de mil 500 millones de pesos de Impuesto al Valor Agregado e Impuesto Sobre la Renta para que la nueva empresa estatal Olmeca-Maya-Mexica que se constituyó para tomar el control de Aeromar, pueda pagar sus adeudos a través de un esquema que le ofrecerá el SAT para liquidar la deuda fiscal.
Pero en paralelo, el pasado primero de octubre el gobierno federal lanzó una convocatoria para ayudar a las y los ex trabajadores de Mexicana de Aviación a constituir una sociedad cooperativa con el fin de crear una nueva aerolínea, de la que ahora se habla, estará quizás en manos militares.
Lo que es un hecho es que el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES), órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Bienestar, inició un proceso de orientación y capacitación con quienes fueron empleados de alguna de las empresas de Nuevo Grupo Aeronáutico S. A. de C. V., según la invitación que envió a los sindicalizados.
El INAES explicó que en un inicio la sociedad cooperativa estará integrada por quienes laboraron en Mexicana y las filiales Click y Link, con el objetivo de establecer alianzas con potenciales inversionistas privados para la creación de una nueva empresa de transporte aéreo.
Por lo pronto, entre los dimes y diretes, habrá que ver cual será el perfil de la nueva línea aérea, o habrá dos más para abastecer el mercado del que el gobierno federal tiene el objetivo de ampliar hacia el sureste mexicano y si este proyecto de líneas logra cumplir con la ley y consigue apoyar a los ex trabajadores de Mexicana de Aviación.
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