Sus padres le dieron el móvil cuando cumplió un año para que tuviera algo con que entretenerse y se mantuviera en silencio. Ahora, la pequeña sufre de miopía severa y necesita usar anteojos con -9 dioptrías, que equivalen al poder de enfoque en los lentes.
Como informa Daily Mail, los progenitores se dieron cuenta de que pasaba algo raro con la menor, cuando la vieron fruncir el ceño y entrecerrar los ojos para observar mejor la pantalla del teléfono.
Tras una revisión médica, los especialistas de la provincia china de Jiangsu les confirmaron lo peor y les explicaron que una persona con miopía leve tiene una puntuación de -0.5D a -3D, así que el resultado de la niña era más que alarmante.
El diagnóstico es irreversible y podría empeorar conforme crezca, confirmó la doctora Liu Li, del Centro de Servicios de Atención Infantil y Materna de Yangzhou.