El Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) aventurará solo una quinta parte de la distancia de la Tierra al Sol, sometiéndose a un calor intenso, todo en nombre de la ciencia. Su misión es realizar estudios de alta resolución y de cerca del Sol y la heliosfera interior.
Mediante el estudio de la heliosfera interior, los expertos buscarán responder la pregunta clave de la heliofísica de cómo crea y controla el Sol la heliosfera.
El Solar Orbiter se encuentra actualmente en "pruebas de validación del sistema", cuyo objetivo principal es validar que el sistema de control de la misión pueda enviar y recibir telemandos correctamente al satélite.
Los sistemas de control terrestre enviarán una señal de radio con su antena de estación terrestre para comunicarse con el Solar Orbiter.
Las pruebas anteriores de validación del sistema se llevaron a cabo el verano pasado, y la próxima ronda de pruebas de conexión se ejecutará las 24 horas del día, los 7 días de la semana, por un total de nueve días, que se realizará en mayo y agosto. Cuando el Solar Orbiter se dirija a los EE. UU. En preparación para su lanzamiento en Cabo Cañaveral, la nave se someterá a una serie final de pruebas de validación del sistema, proyectadas para noviembre de 2019.
Al acercarse cada vez más al sol, la nave podría arrojar respuestas a cuestiones científicas fundamentales e interrelacionadas como: qué provoca el viento solar y cómo se produce la radiación de partículas energéticas que llena la heliosfera, entre otras.
Cabe resaltar que durante su misión, el satélite soportará potentes emisiones de partículas atómicas procedentes de explosiones en la atmósfera solar.