En teoría, la innovación, en el contexto empresarial, no debería ser sinónimo de la aparición simple de nuevos modelos empresariales. No obstante, ha demostrado ser un conductor de facto que inyecta combustible al exitoso sector de la internet en China.
De cara a planes de despido anunciados por algunas de las grande firmas digitales, hay voces racionales que piden al país que materialice más avances tecnológicos en una amplia gama de sectores clave orientados a la innovación y a modelos empresariales.
Para ponerlo un poco en contexto, gigantes tecnológicos han asegurado que habrá mayores conductores de reclutamiento y que no habrá mayores despidos este año. No obstante, esto está por comprobarse.
Las creaciones de China de algunas de las abreviaturas tecnológicas de fama mundial, entre ellas BAT, que es el acrónimo para Baidu, Alibaba y Tencent, pueden ser asociados a los poderosos alcances de internet. BAT ha superado modelos empresariales tradicionales al ampliar nuevos canales y al reducir notablemente los costos, desde el proceso de mercadotecnia pasando por la distribución, hasta llegar a las ventas.
Incluso desde el punto de vista de los inversores, las empresas de reciente creación que encarnan un modelo empresarial y de innovación, tienden a atraer más empresas receptoras de inversión. Comparado con el escabroso vocabulario técnico, los modelos empresariales innovadores poseen narrativas más fáciles de entender, un capital de inversión inicial más bajo, y un tiempo relativamente más corto para materializar resultados económicos de dimensiones notarias, lo que significa un retorno más rápido de dividendos financieros.
No obstante, un enfoque como este está a punto de alcanzar su punto más alto, según mis proyecciones. Primero, la presión a la baja de la macroeconomía, la consecuente falta de capital, al igual que los costos prohibitivos para hacerse de nuevos usuarios en un mercado ampliamente saturado, significan que el crecimiento resulta más difícil de mantenerse, ya ni que decir de su aceleración.
Las limitaciones se vuelven más obvias cuando se observa su naturaleza: los modelos empresariales innovadores por lo regular florecen en contextos localizados en mercados locales, lo que significa que difícilmente se pueden transferir a otros mercados; los ciclos de vida son más bajos; y debido al bajo umbral técnico, tienen mayores riesgos de ser duplicados.
Una empresa genuinamente sana es una que puede florecer sin necesidad de hacerse pública. Este no es precisamente el caso de la firmas de bicicletas y autos compartidos Didi, que amasa colosales cantidades de efectivo en campañas que buscan dominar el mercado, pero que fracasan en edificar un mapa de ganancias sostenibles.
En consecuencia, los analistas de la industria hacen un llamamiento para “regresar a la racionalidad” en el sector de la internet, que implica un giro de la búsqueda de un dominio acelerado del mercado a un crecimiento orgánico orientado a la creación de valor.
Los lineamientos nacionales han destacado también la importancia de los avances tecnológicos relevantes.
Por ejemplo, las compañías que se especializan en industrias como las de la tecnología de la información, la fabricación de alto diseño, los nuevos materiales, las nuevas energías, la protección medioambiental y la biomedicina tendrán trato preferencial en el anticipado escenario de la innovación de la ciencia y la tecnología, según las regulaciones publicadas en el mes de enero.
Esto también explica por qué las compañías centradas en el uso de internet no escatiman esfuerzos en evolucionar en tecnologías más fundamentales, desde centros de datos de almacenamiento, establecimiento de brazos semiconductores hasta el apoyo pleno para el desempeño de firmas centradas en la inteligencia artificial. Necesitan de herramientas tecnológicas para mantener las innovaciones de los modelos empresariales en correspondencia con las condiciones de los tiempos.