Foto: Angélica Escobar
Por Rafael Lulet
A pesar de los 304 mil infectados de Sarcov-2 record hasta el momento en todo el país donde la ciudad de México con sus 58mil contagiados ocupa el primer lugar, pese a eso quiere seguir en “naranja” del semáforo epidemiológico la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, es claro la misma tendencia de la Administración Federal, ambos decepcionante para afrontar la pandemia, sin lograr aminorarla y al contrario cada día se ve incrementándose, siendo una grave irresponsabilidad abrir cuando la curva se encuentra en puntos altos y a la alza.
Las medidas interpuestas por Claudia Sheinbaum en la CDMX, no han sido exitosas, el implementar la entrada al primer cuadro de la Ciudad, por alfabeto propicia aglomeración de personas, encontrándose filas sin mantener distancia entre uno a otro para lograr ingresar para llevar a cabo sus compras, así igual en plazas y centros comerciales, recordemos la última actualización sobre las formas de contagios a nivel mundial donde se establece la transmisión de Sarcov-2 vía aérea sobresaliendo que la propagación se realiza por partículas de aerosol extremadamente pequeñas capaz de contagiar a una periferia de hasta 8 metros en espacios cerrados así como lugares abarrotados y no como se suponía antes.
El Estado de México se encuentra con tendencia a la alza en contagios del virus Sarcov-2, con sus 42,753 contagiados agregando los de la CDMX, suman un total de 100mil personas infectadas, retomando que la población flotante de la capital del país son de 4 millones de habitante siendo en su mayoría de esa entidad federativa vecina quienes se encuentran actualmente en semáforo rojo, pero a pesar de eso, Claudia Sheinbaum, sigue renuente a cambiar el color epidemiológico, es claro el acercamiento con López Obrador a quien no quiere contradecir, pero las consecuencias son trasladadas a los capitalinos, quienes tienen mayor oportunidad de enfermarse de C-19 en vista al alto riesgo propiciado por una salida apresurada.
Que se puede esperar de un gobierno si a sus propios empleados no les resguarda las medidas sanitarias para su protección, los tienen hacinados en pequeños espacios cerrados, no les proporciona material para protegerse los deben de comprar con sus recursos, como es posible que al personal de participación ciudadana los manden a tocar puerta por puerta sin caretas ni cubre bocas siendo en muchos casos gente de edad avanzada todo por cubrir el discurso de la jefa de gobierno de dar a los ciudadanos información en folletos tocando casa por casa, siendo lo único a ofrecer a la población porque ni medicamentos a querido comprar; o a los trabajadores de la salud tenerlos sin insumo médicos para ellos mismos, los cuales también deben adquirirlos con su propio dinero porque no lo pueden obtener de la administración pública, aprovechándose de la situación donde el sindicato no puede actuar o moverse como lo harían en momentos normales.
Determinar la apertura o cierre en base a la capacidad hospitalaria es una medida sin fundamento sustentable porque para empezar ya se había manejado en muchas ocasiones que las personas prefieren morir en sus casas a ser intubados o no tener la posibilidad de despedirse de sus familiares, por otro lado, los médicos no se dan abasto de los pacientes de C-19 porque el sistema de salud ya fue rebasado por la pandemia, quienes sí logran ser atendidos por manifestar enojo o insistencia, se le evalúan al ingresado y si está en situación extrema se les da el “bien morir” porque no hay donde alojarlos, también se han quejado los capitalinos el no poder internar a sus enfermos ya que les mencionan la falta de camas a pesar de tenerse publicado la existencia de un porcentaje por debajo de los 65% según información del Gobierno capitalino a través del portal Covid 19, cuando eso no es cierto, pero quieren mantenerlo así para continuar con la apertura en “naranja”.
Ya la OMS consideró ser un grave error el reabrir la economía en diferentes países como México, pese a mantener cifras altas diariamente llevando como resultado consecuencias negativas para la salud de sus soberanos, y ante el record de la semana pasada, la CDMX, continuará en esa apertura viendo preocupante que centros de trabajo del gobierno capitalino no lleven a cabo protocolos de seguridad y prevención entre sus trabajadores, donde recurren diariamente, sin ser supervisados en temperatura, mantenerlos a “sana distancia”, así como evitar la concentraciones en oficinas pequeñas, sin mencionar el escaso material de protección.
Ante las presiones de los Estados Unidos, el Gobierno Federal decidió a abrir en momentos difíciles de la pandemia a pesar del aumento de muertes y contagios, parecería ser que se tiene poca importancia el riesgo de las vidas de las personas, agregarle a esto el mal manejo de la información el cual ha sido muy confusa al grado de habérsele llamado la atención por la OMS, reflejándose en el incremento de personas en las calles y peor aún, sin cubre bocas, considerando un desconfinamiento total por las malos mensajes de la administración federal quien tampoco ha tratado de corregirlo.
