Las #MalasPalabras de esta semana tienen que ver con los MITÓMANOS, esas personas que padecen un trastorno mental que les facilita falsear la realidad e incluso llegan a formar una imagen distorsionada de sí mismos... ¿Te suena familiar?
Por Marta Obeso @MartaObeso
Conocida también como la pseudología fantástica. Trastorno que nos debe de preocupar cuando descubrimos en una persona el empleo de la MENTIRA como una conducta repetitiva, por medio de la cual se pretende obtener beneficios inmediatos como la admiración o el simple hecho de atraer la atención.
Sin escrúpulos, los mitómanos se convierten fácilmente en TRAIDORES y EMBUSTEROS, con una habilidad insuperable para emitir el "choro mareador" con un aplomo tal, que son capaces de hacer de la mentira, una realidad.
Similar a los políticos, son ADICTOS al prestigio, a MANIPULAR a los demás y a provocar DAÑO. La mitomanía no debe verse como algo inofensivo, ya que mentir de manera compulsiva aleja a estos individuos de entender las consecuencias de sus mentiras.
Con su FALSA verborrea, los mentirosos van de expresar historias creíbles, hasta comenzar a ENREDARSE en el afán de alimentar su DELIRIO de grandeza y OCULTAR sus ERRORES. Tienen la capacidad de elaborar historias tan realistas, que terminan convencidos de sus propias mentiras.
Quien sabe mentir, es poseedor del peor ANTIVALOR que daña a la sociedad. Quien ENGAÑA y alcanza su objetivo, repetirá su astucia reiterativamente incrementando de forma paulatina la frecuencia e intensidad de sus mentiras.
Pero, como una mentira siempre será una mentira, tarde o temprano la verdad saldrá a flote; es entonces cuando debemos de analizar que nivel de mentiroso es quien nos miente. Hay quienes mienten como un trastorno de personalidad, un trastorno ANTISOCIAL o un trastorno bipolar.
Diversos estudios han demostrado que 1 de cada 10 adultos son mitómanos. Las personas que progresivamente van incrementando la magnitud de las mentiras que dicen, requieren de atención médica especializada, ya que los mitómanos sufren de un incremento de la materia blanca en su cerebro.
La mitomanía puede ser un síntoma de ENFERMEDAD mental, la cual surge ante la necesidad de querer refugiarse de la ADVERSIDAD que se enfrenta en la realidad. Un mitómano es consciente de que miente; miente sobre su vida, sobre sus logros, su trabajo y sus valores.
Un mentiroso compulsivo es una persona insegura e inconforme con lo que es en realidad. Es muy difícil vivir y trabajar con mitómanos; son sujetos que jamás van a pedir ayuda, ya que reconocer este trastorno mental los hará sentirse aún más INFERIORES de lo que ya cree que son.
Aunque no es fácil identificarlos, sabemos que estamos frente a un mitómano cuando al intentar demostrarle que sabemos que lo que dice #NoEsVerdad, se asume decepcionado de la confianza con la que nos privilegió. Nunca reconocerá que nos mintió ni su adicción a cambiar la realidad.
Cuando un líder miente DELIBERADAMENTE para dar legitimidad al PODER que ostenta, se convierte en especialista en DEMAGOGIA; halagando y prometiendo a quienes serán instrumento para perpetuar ese deseo vehemente de continuar siendo el centro de atención.
La historia nos ha demostrado que extremistas redentores y personajes radicales son los que más mienten, y "mienten tan bien", que sus dichos parecen ser acciones transparentes y creíbles, al grado de querer obligar a sus colaboradores a comulgar de manera absoluta con las historias que cuentan.
Cuando un político miente, la única pretensión que tiene es la de preparar el terreno que le permitirá mostrar el orgullo de no ser señalado por su FRACASO; en consecuencia, la IMPUNIDAD surge luego de que, con mentira tras mentira, se logra envolver a los ADULADORES en esta dinámica con la que se alimenta las fantasías de grandeza del líder mitómano.
Al llegar a este nivel, lo único que lograremos como sociedad, será perpetuar la existencia de políticos ARROGANTES, INCAPACES de reducir el número y la magnitud de sus mentiras; es por ello que será solo con argumentos verdaderos como lograremos modificar la psiqué de quienes nos mienten.
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