No cabe duda que en política, no existen los amigos o aliados; ya que solo hay interéses o compromisos que confirman que el poder no cambia a las personas, solo revela lo que verdaderamente son y lo que están dispuestos a hacer con el poder en su beneficio personal o en perjuicio de sus enemigos; traicionando la esperanza, la confianza, la credibilidad y la lealtad de un pueblo que depositó su esperanza o desesperación en un pseudo-líder que sembró las frustraciones, abono los odios y cosecho las venganzas ciudadanas que lo llevaron al Poder, sin entender que el Poder por sí mismo, no transforma a un gobernante en Jefe de estado.
Por: Dr. Julio Jiménez Martínez
Vale la pena reflexionar sobre el contenido de la nueva carta del Senador Dante Delgado, miembro del partido Movimiento Ciudadano, que le envía al Presidente Andrés Manuel López Obrador, en la que hace diversos señalamientos de carácter personal, político, ideológico, democrático e institucional, destacando el aplastante triunfo democrático con el que llegó a la Presidencia de México, resaltando la preferencia electoral de más de treinta millones de ciudadanos que confirman su voto por la esperanza de México, pero también destaca la participación de aquellos personajes que le siguen lealtad a ciegas y la sinrazón de atender las absurdas decisiones que han dañado a la democracia, a la Justicia ya México,
Es muy importante analizar el contenido de las afirmaciones del Senador Dante Delgado en relación a la estrategia de polarización de grupos que mantiene dividido al país en una confrontación estéril entre liberales y conservadores, honestos contra corruptos, amigos del pueblo contra la mafia del poder, que detona la urgente necesidad de diversos grupos de intelectuales, analistas y dirigentes empresariales, que sin experiencia política o una verdadera estrategia electoral pretenden integrar un frente común como la "Coalición Va por México" para que se transforme en un auténtico contrapeso político-electoral, sin darse cuenta que los partidos que la integran por su propia y especial naturaleza, sus orígenes, su reputación, su desprestigio por actos de corrupción y sus malos resultados en el ejercicio de gobierno,los convierte en una oposición por la que la mayoría de mexicanos conscientes, no va a votar, circunstancia que fortalece la preferencia electoral de MORENA en el Congreso de la Unión.
Es de vital importancia destacar que de acuerdo con los argumentos del legislador Dante Delgado, la única opción democrática que puede detener la obsesión autoritaria del titular del ejecutivo, es la de la “reivindicación ciudadana”, circunstancia que abre la posibilidad para que las candidaturas ciudadanas y los ciudadanos en general se conviertan en el antídoto en contra de MORENA, partido que vive para servir a los interéses de AMLO.
No tengo la menor duda que los discursos de algunos miembros de la clase política, me hacen reflexionar y recordar que aquellos que con sus palabras pretenden defender los derechos del pueblo y que con sus ocurrencias, imposiciones o negocios personales los traicionan; no merecen ser reconocidos o recordados como factores de transformación o cambio en beneficio de la democracia, la justicia y la dignidad de un pueblo.
Lamentablemente en este país, se le exige, se le prohíbe y se censura más a un comunicador, emprendedor, artista, deportista, profesionista o empresario que a un gobernante; ya que lamentablemente las filias o las fobias ideológicas, políticas, económicas y religiosas, están por encima de la razón y la reflexión de un pueblo desinformado y comprado con su propio dinero, un pueblo que lamentablemente no entiende su realidad en materia económica, jurídica y política, ya que no exige soluciones a los graves problemas en materia de salud, seguridad, educación, desempleo, libertad de expresión, violencia de género, corrupción e impunidad; un pueblo bueno y sabio, que no exige respuestas a las promesas de campaña o respeto a sus derechos fundamentales generando un ambiente de indiferencia ciudadana que poco a poco se convierte en cómplice silencioso de los mezquinos interéses de un grupo de pseudo-líderes o gobernantes que hacen de la política su modo de vida o negocio de familia en perjuicio de la democracia, el estado de derecho y el futuro de las próximas generaciones.