La amnistía de facto y la scomplacencia a la delincuencia organizada del gobierno morenista incrementó la violencia en Guanajuato: PAN
Por: Ernesto Madrid*
La política de tolerancia y complacencia del gobierno federal hacia los grupos criminales del narcotráfico incrementaron la violencia criminal en Guanajuato, afirmó el vocero del PAN, Fernando Herrera Ávila.
El presidente se equivoca en su tendencioso diagnóstico hecho recientemente sobre la violencia en Guanajuato: la verdadera causa está en la política de “abrazos, no balazos” y el “dejar hacer, dejar pasar” al narcotráfico, agregó.
Guanajuato es escenario de un pleito de cárteles de la droga por el control del territorio, lo cual ocurre a ciencia y paciencia del presidente, quien se niega a apoyar los esfuerzos del gobernador, apuntó.
Herrera Ávila indicó que el presidente López Obrador quiere aplicar en Guanajuato el mismo método que se aplicó en Culiacán, Sinaloa: que un grupo criminal se imponga sobre otro con tal fuerza que no pueda ser retado por otro.
El gobierno, dijo, está aplicando en los hechos la amnistía que ofreció en la campaña y eso solamente ha provocado mayor violencia en todo el país, y eso no tiene nada que ver con una “descomposición social” por la política económica.
El vocero panista citó datos difundidos por Causa en Común, los cuales muestran claramente el fracaso del gobierno federal en el combate a la delincuencia: 1,350 fosas clandestina, 944 actos de tortura, 692 masacres, 410 niños, mujeres y adolescentes asesinados.
Los dos años del gobierno de López Obrador, con todo y sus programas electorales, han sido los más violentos del siglo y no hay visos de que vayan a cambiar su falta de estrategia porque la única política de Estado es la mentira.
El presidente, agregó Herrera Ávila, asumió en su conferencia la actitud de un predicador religioso en lugar de asumir una actitud y una conducta de hombre de Estado para resolver un problema grave.
La política de este gobierno va a seguir incrementando la violencia. En dos años, han ocurrido el triple de homicidios dolosos que con Calderón y el doble que con Peña Nieto.