Las Malas Palabras de esta semana tienen que ver con esa insultante falta de vergüenza que posee algunas personas al realizar actos deshonestos con un descaro total. Esa actitud característica de muchos políticos y empresarios mexicanos, quienes con sorprendente habilidad mienten y engañan a diestra y siniestra, sin que les importe en lo más mínimo las consecuencias que su actuar pueda provocar.
Así es, me refiero a los CÍNICOS. Esos sujetos quienes sin disimulo se comportan de forma inmoral, violando leyes, corrompiendo y comprando las voluntades de quienes debieran de señalar su mal actuar.
Los cínicos son egocentristas, capaces de dañar a todo aquel que represente un obstáculo para alcanzar aquello que disfrutará de manera personal.
El Cínico emplea la burla y la ironía para justificar su actuar. Los cínicos existen gracias a los indolentes e ignorantes que los dejan ser y su existencia en México daña nuestra autoestima como sociedad.
Basta recordar a Eduardo Bours Castelo, gobernador de Sonora, quien después de la muerte de 49 niños de la Guardería ABC, aseguró que “Dormía como un bebé”
También tenemos como ejemplo de esta especie de sujetos a Hilario Ramírez Villanueva, el ex alcalde de san Blas en Nayarit, quien en un mitin público, embriagado de sinceridad confesó que “sí robó… pero bien poquito”.
O porque no, también citar al cínico de moda, Jaime Bonilla Valdez, Gobernador de Baja California, quien argumentando “No ser abogado” ve con beneplácito la aprobación del Congreso Local para ampliar de manera inconstitucional de 2 a 3 años, la administración que encabeza.
En México existe una lista interminable de cínicos, esos cínicos que han dejado de lado los valores, a cambio de escalar en posiciones de poder y posicionarse de un falso triunfalismo desde el cual solo destellan rasgos de una soberbia insultante.
Recuerden que el lenguaje es la clave para una buena comunicación.