Las historias pretenden desgranar los retos globales que forman parte del antropoceno como nueva era, como sería el despoblamiento rural, el cambio climático, la crisis ecológica, la escasez de los recursos, el sentido de la ciencia y la tecnología; y la pérdida de valores como la equidad, la solidaridad, la ética, la honestidad, la lealtad.
Madrid, (EFE).- Reflexionar sobre el impacto del ser humano en el planeta es la propuesta de Antonio Aguilera en "Antropoceno, la era de la Tierra acosada por el Hombre" que, agrupa 38 relatos "ni tan ficticios, ni tan futuristas", pues algunos ya son realidad, ha explicado a EFEverde su autor.
Aguilera, secretario de la Fundación Savia patrocinadora del volumen editado por Utopia Libros, confiesa que muchas de las historias están inspiradas en noticias de carácter científico y que "son mucho más cercanas" y "reales" de lo que a priori parece.
Así, uno de los relatos titulado 'Granjeros', "tiene lugar en una granja de cucarachas, donde se obtienen las proteínas para abastecer a la humanidad", explica el autor, quien añade que "aunque suene a ficción, hay ya investigadores que estudian estos insectos como suplemento alimenticio, e incluso culturas donde ya se comen".
El distanciamiento entre el ser humano y la naturaleza, así como la influencia del desarrollo tecnológico y científico en la aparición de sociedades "cada vez más consumistas e individualista" protagonizan, aunque de manera humorística e irónica para "quitarle un poco de hierro", los relatos que componen un libro en el que "cada capítulo es una pieza de un puzle, para que al final cada uno haga su composición, y sus conclusiones".
Cada una de ellas, según el autor, "tiene un poco de nosotros", aunque se siente especialmente identificado con el protagonista de "Mi sombra", el relato de un hombre que va huyendo de todo, e incluso de su sombra, hasta que un momento se para a pensar y entonces escoge otro camino.
Las historias pretenden desgranar los retos globales que forman parte del antropoceno como nueva era, como sería el despoblamiento rural, el cambio climático, la crisis ecológica, la escasez de los recursos, el sentido de la ciencia y la tecnología; y la pérdida de valores como la equidad, la solidaridad, la ética, la honestidad, la lealtad.
El título de 'Antropoceno', que tiene como fin el generar debate y consciencia, hace referencia al término científico con el que se "quiere bautizar la nueva era que estamos a punto de inaugurar en la tierra de manera oficial, pues ya hay pruebas que constatan que la actividad del hombre ha cambiado la dinámica del planeta".
Según explica el autor, el neoliberalismo es la causa de esta nueva era, pues "la máxima de este modelo es que más, siempre es mejor", y advierte que "aunque el concepto neoliberal tuvo su momento en los años 70, con todo el estado de bienestar que tanto nos ha dado, ya han pasado 50 años, y tenemos que empezar a pensar de manera distinta, cambiando las estrategias de crecimiento por políticas de distribución".
"Hace 12 años vivimos la burbuja inmobiliaria, pero, si no cambiamos los esquemas de funcionamiento, dentro de 6 ó 7, nos enfrentaremos a la burbuja del agua, o de los alimentos; es un ciclo inevitable, porque los recursos son limitados", determina el autor, quien aconseja que "debemos plantearnos que no estamos ante una crisis más, no es económica, ni del mercado financiero, estamos en una crisis del propio modelo."
Aguilera determina como una característica del antropoceno "la mentalidad de disfrutar el hoy sin pensar en el mañana", y considera que "muchas de las decisiones se toman en función de que nos compren y que nos voten, por eso son muy a corto plazo".
Por ello, desde la Fundación Savia han enviado una propuesta a la ONU para crear la figura del "Defensor de las Generaciones Futuras", un concepto que, según el autor, "es muy importante, ya que serán nuestros hijos y nuestros nietos los que se encuentren lo que nosotros dejemos."
El autor se considera en su libro como "amante a las causas perdidas" porque "es consciente de que muchas cosas por las que me empeño, y pierdo horas de sueño, son muy complicadas, aunque no imposibles", pero concluye que poco a poco, y sin perder la esperanza, "los vamos consiguiendo".
EFEaze/al