En el juego de la sucesión presidencial, Andrés Manuel López Obrador destapó a 43 posibles candidatos de la ‘derecha conservadora’ para contender en el 2024, en el entendido de que su proyecto de cuarta transformación tiene asegurada la continuidad.
Por Ernesto Madrid
La razón porque desde su perspectiva, el voto es apabullante en favor de su partido gracias a la popularidad que ha mantenido pese a todos los críticos en su contra, las evidencias de corrupción en su gabinete, las revelaciones de Guacamayas que vulneraron al ejército y sus posibles carruseles de ‘sobres amarillos’ y petacas repletas de cash, para apuntalar su deseo de ser presidente.
Y así, entre estos dimes y diretes que ha enfrentado el mandatario y bajo el argumento de que lo había prometido, lanzo el reto a los posibles opositores de su partido y/o ‘corcholatas’ nombrándolos por su nombre y en orden alfabético, claro, anteponiendo un comentario, so pretexto de cuáles serían sus condiciones, de llegar a conseguir la candidatura presidencial.
Desde comunicadores que han sido críticos y férreos opositores a su proyecto al evidenciar con pruebas los tropezones de sus allegados, como Carlos Loret, Denise Dresser y Chumel Torres, hasta Agustín Carstens y Lorenzo Córdova que dijo, recibirán el ‘dedazo’ de ‘machuchones’ como Claudio X González que en días pasados encabezó el anuncio de un nuevo bloque opositor.
A este se sumaron seis organizaciones de la sociedad civil anunciaron la conformación de un bloque denominado Unid@sporMéxico en la que se unieron integrantes de diversos partidos políticos de oposición, ciudadanos inconformes con el actual gobierno e incluso empresarios y ex dirigentes de organismo como Coparmex, que es el Gustavo de Hoyos, Emilio Álvarez Icaza, senador del Grupo Plural; el ex senador panista Carlos Medina Plascencia; la abogada Carla Erika Ureña, de UNE México; Ana Lucía Medina, de Sociedad Civil México, y Gabriela Sterling, de Poder Ciudadano y el ex gobernador de Morelos el panista, Marco Adame.
La intención de este grupo es crear una alianza electoral que defienda al Instituto Nacional Electoral (INE), se aglutine en una candidatura común de la oposición y derrote a Morena y sus aliados en las elecciones de 2023 y 2024.
Bueno pues este fue el curioso escenario en el que el presidente Andrés Manuel López Obrador, destapo las ‘corcholatas’ de la oposición y puso en entredicho de sus ‘asegunes’, como el de Agustín Carstens, de quien dijo “tiene mucho apoyo de los financieros mexicanos”; de Lorenzo Córdova recordó que es presidente del INE por lo que “no puede”.
Mencionó a la senadora Kenia López Rabadán a quién dijo no conocer, y se siguió con Mauricio Villa y Mauricio Kuri de los que según él tiene buenas opiniones y calificarlos de “buenas personas”, contrario a lo que refirió de la senadora Patricia Mercado a quién acuso de quitarle votos de “mujeres feministas” en las elecciones de 2006.
Así es que puede haber muchas incertidumbres sobre el futuro del mundo en general y de México en particular, pero la sucesión presidencial no es una de ellas. El país será gobernado otros seis años por aquel a quien López Obrador entregue la estafeta de relevo.