Rinde protesta como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, ante el Congreso de la Unión
- Enrique Peña Nieto le hereda una deuda de 10 billones de pesos.
- Gracias al neoliberalismo la privatización ha sido en México sinónimo de corrupción.
Ciudad de México. - Luego de 5 meses de fungir como presidente electo y encabezar una transición que le permitió tomar las riendas de México, Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y se dirigió a la ciudadanía con un discurso elocuente en el que señaló al Neoliberalismo, como la causa de todos los problemas que sufre nuestro país.
Dando cumplimiento al artículo 87 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se reunieron en el Congreso de la Unión diputados, senadores, ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, gobernadores, integrantes del nuevo gabinete federal, representantes de países extranjeros y de medios de comunicación.
Andrés Manuel López Obrador llega a la Presidencia de la República luego de haber sido candidato en 3 ocasiones, logrando convertirse en el Jefe del Ejecutivo más votado en la historia contemporánea de México. Ha sido el hartazgo de las clases más desprotegidas de México lo que le ha dado a López Obrador la legitimidad de encabezar las acciones que permitirán mejorar la calidad de vida de los mexicanos. Por lo menos así lo expresó a lo largo de una hora con 20 minutos, tiempo durante el cual el Presidente de México primero reconoció a “Enrique Peña Nieto sus atenciones y, sobre todo, el hecho de no haber intervenido, como lo hicieron otros presidentes, en las pasadas elecciones presidenciales”, para luego restregarle en su cara los saldos de una política neoliberal impulsada por una minoría rapaz y corrupta.
Así dio inicio lo que Andrés Manuel López Obrador ha llamado la Cuarta Transformación Política de México, con la expectativa de no solamente dar inicio a un nuevo Gobierno, más bien con el compromiso de encabezar un cambio profundo y radical de régimen político.
Durante su mensaje, López Obrador recordó que en la historia de México se han registrado 3 grandes transformaciones: la Independencia, en la que se luchó por abolir la esclavitud y alcanzar la soberanía nacional; la Reforma, cuya causa fue motivada por el predominio del poder civil y por la restauración de la República y, la Revolución, cuando los mexicanos y sus extraordinarios dirigentes lucharon por la justicia y por la democracia.
Ahora, en la “Época de AMLO”, la Cuarta Transformación tiene como objetivo convertir la honestidad y la fraternidad en forma de vida y de gobierno.
“No se trata de un asunto retórico o propagandístico. Estos postulados se sustentan en la convicción de que la crisis de México se originó, no solo por el fracaso del modelo económico neoliberal aplicado en los últimos 36 años, sino también por el predominio en este periodo de la más inmunda corrupción pública y privada”; aseguró el Presidente de México en su discurso de inicio de la administración.
Tal y como lo ha señalado a lo largo de los últimos 18 años, López Obrador recordó que “nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo”.
Culpó a la política Neoliberal “de la desigualdad económica y social y también de la inseguridad y de la violencia que padecemos”.
En cuanto a la ineficiencia del modelo económico neoliberal, baste decir que ni siquiera en términos cuantitativos ha dado buenos resultados. Recuérdese que luego de la etapa violenta de la Revolución, desde los años treinta hasta los setenta del siglo pasado, es decir, durante 40 años, la economía de México creció a una tasa promedio anual del 5 por ciento, dijo el Presidente de México.
Agregó que “en cuanto a la política económica aplicada durante el periodo neoliberal, de 1983 a la fecha, ha sido la más ineficiente en la historia moderna de México. En este tiempo, la economía ha crecido en 2 por ciento anual, y tanto por ello como por la tremenda concentración del ingreso en pocas manos, se ha empobrecido a la mayoría de la población, hasta llevarla a buscarse la vida en la informalidad, a emigrar masivamente del territorio nacional o a tomar el camino de las conductas antisociales”.
“La política económica neoliberal ha sido un desastre, una calamidad para la vida pública del país”, enfatizó López Obrador, para luego referirse a la reforma energética, “que nos dijeron que vendría a salvarnos y solo ha significado la caída en la producción de petróleo y el aumento desmedido en los precios de las gasolinas, el gas y la electricidad”.
Esta reforma estructural que fue el orgullo de la administración de Peña Nieto y quien “hace cuatro años afirmó que se iba a conseguir inversión extranjera a raudales, como nunca. Su resultado es que apenas llegaron 760 millones de dólares de capital foráneo, lo que únicamente representa el 1.9 por ciento de la incipiente inversión pública realizada por Pemex en el mismo periodo, y apenas en 0.7 por ciento de la inversión prometida”.
En ese entonces, continuó López Obrador, “se aseguraba que en ese año íbamos a estar produciendo tres millones de barriles diarios, y la realidad es que estamos extrayendo solo un millón 763 mil, 1 millón 763 mil barriles diarios. Es decir, 41 por ciento menos de lo estimado y con tendencia a la baja”.
El neoliberalismo nos ha convertido en el país petrolero que más gasolinas importa en el mundo, en la nación que más importa maíz en el mundo, en un país con un deterioro del poder adquisitivo del salario mínimo del 60 por ciento.
Gracias a la política neoliberal el salario de los mexicanos es de los más bajos del planeta, tenemos el doble de enfermos de diabetes en comparación con países de América Latina y nos convertimos en el segundo país del mundo con mayor migración, acusó el Presidente de México.
Durante la época neoliberal, México ocupa el lugar 135 en corrupción, en comparación con 176 países evaluados. “Por eso insisto. El distintivo del neoliberalismo es la corrupción”.
Gracias al neoliberalismo la privatización ha sido en México sinónimo de corrupción. “Desgraciadamente, casi siempre ha existido este mal en nuestro país, pero lo sucedido durante el periodo neoliberal no tiene precedente en estos tiempos que el sistema, en su conjunto, ha operado para la corrupción. El poder político y el poder económico se han alimentado y nutrido mutuamente y se ha implantado como modus operandi el robo de los bienes del pueblo y de las riquezas de la nación”, acusó López Obrador.
Sumado a esto, “en el periodo neoliberal la corrupción se convirtió en la principal función del poder político, por eso si me piden que exprese en una frase el plan del nuevo gobierno, respondo: acabar con la corrupción y con la impunidad”.
López Obrador reiteró su frase “perdón sí, olvido no”, justificando que “si abrimos expedientes dejaríamos de limitarnos a buscar chivos expiatorios, como se ha hecho siempre, y tendríamos que empezar con los de mero arriba, tanto del sector público como del sector privado y no habría juzgados ni cárceles suficientes para castigar a los culpables”
Pero “lo más delicado, lo más serio, meteríamos al país en una dinámica de fractura, conflicto y confrontación, y ello nos llevaría a consumir tiempo, energía y recursos que necesitamos para emprender la regeneración verdadera y radical de la vida pública de México, la construcción de una nueva patria, la reactivación económica y la pacificación del país”.
Lo que Andrés Manuel López Obrador le propone al pueblo de México es “que pongamos un punto final a esta horrible historia y mejor empecemos de nuevo; en otras palabras, que no haya persecución a los funcionarios del pasado, y que las autoridades encargadas desahoguen en absoluta libertad los asuntos pendientes; por cierto, hoy se constituye una Comisión de la Verdad para castigar los abusos de autoridad, para atender el caso de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa”.
Que se castigue a los que resulten responsables, pero que la Presidencia se abstenga de solicitar investigaciones en contra de los que han ocupado cargos públicos o se hayan dedicado a hacer negocios al amparo del poder durante el período neoliberal, insistió.
Desde el punto de vista del Presidente de México, “en las actuales circunstancias es más severa y eficaz la condena al régimen neoliberal, dejar en claro su manifiesto fracaso y su evidente corrupción, y hacer todo lo que podamos para abolir el régimen neoliberal y someter a procesos judiciales o a juicios sumarios a sus personeros, quienes a fin de cuentas no dejan de ser menores ante la esperanza de todo un pueblo y la fortaleza de una nación como la nuestra”.
Respecto a los actos de corrupción que pudieran cometer los integrantes de su equipo, familiares y amigos, Andrés Manuel expresó que “si mis seres queridos, mi esposa o mis hijos, cometen un delito, deberán ser juzgados como cualquier otro ciudadano. Solo respondo por mi hijo Jesús, por ser menor de edad”.
Otro distintivo del nuevo gobierno será la separación del poder económico del poder político, aseguró López Obrador, “el gobierno ya no será un simple facilitador para el saqueo, como ha venido sucediendo. Ya el gobierno no va a ser un comité al servicio de una minoría rapaz. Representará a ricos y pobres, creyentes y libres pensadores, y a todas las mexicanas y mexicanos, al margen de ideologías, orientación sexual, cultura, idioma, lugar de origen, nivel educativo, o posición socioeconómica. Habrá un auténtico Estado de derecho, tal como lo resume la frase de nuestros liberales del siglo XIX, al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie”.
Con “el combate a la corrupción y la austeridad nos permitirá liberar suficientes fondos, más de lo que imaginamos, mucho más, para impulsar el desarrollo de México. Con esta fórmula sencilla de acabar con la corrupción y de llevar a la práctica la austeridad republicana, no habrá necesidad de incrementar impuestos en términos reales, y ese es un compromiso que estoy haciendo, ni aumentarán los precios de los combustibles más allá de la inflación”.
Durante su mensaje de toma de protesta López Obrador recordó que “cuando terminó el sexenio del presidente Fox la deuda pública –esto no se sabe, pero no está de más recordarlo– era de 1.7 billones. Cuando dejó el gobierno Calderón, la deuda aumentó a 5.2 billones, más de 200 por ciento. Y en esos dos sexenios fue cuando se recibió más dinero por la venta de petróleo al extranjero y todo se derrochó o se fue por el caño de la corrupción”.
Y destacó que Enrique Peña Nieto le hereda una deuda de 10 billones de pesos. “Nada más para pagar el servicio de esa enorme deuda tenemos que destinar del presupuesto del año próximo alrededor de 800 mil millones de pesos. Por eso, ya no va a aumentar la deuda pública. Ese es nuestro compromiso”.
Reitero también que se respetará la autonomía del Banco de México. Estamos elaborando el presupuesto del año próximo y gracias a los ahorros que obtendremos con el combate a la corrupción y con la aplicación de las medidas de austeridad, se incrementará la inversión pública para rescatar la industria petrolera y la industria eléctrica.
Vamos a impulsar proyectos productivos con inversión pública y privada, nacional y extranjera. Estos proyectos se crearán como cortinas de desarrollo de sur a norte del país, para retener a los mexicanos en sus lugares de origen. Queremos que la migración sea optativa, no obligatoria. Vamos a lograr que los mexicanos tengan trabajo, prosperen y sean felices donde nacieron, donde están sus familiares, sus costumbres y sus culturas.
Por ello, se construirá el Tren Maya, se sembrarán un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en el Sur-Sureste. Se rehabilitarán, como ya lo expresé, las refinerías existentes y haremos una nueva refinería en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, para dejar de comprar la gasolina en el extranjero.
En el Istmo de Tehuantepec se promoverá la creación de una vía férrea para un tren de contenedores de carga y se ampliarán los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, para comunicar en menos tiempo a los países de Asia con la costa este de Estados Unidos.
En tres años estará funcionando “me canso, ganso”, además del actual, el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, con dos pistas adicionales en la Base Aérea de Santa Lucía.
Asimismo, desde el primero de enero próximo entrará en vigor la zona libre a lo largo de los 3 mil 180 kilómetros de frontera con Estados Unidos. Esta franja de 25 kilómetros de ancho se convertirá en la zona libre más grande del mundo. Allí se cobrará lo mismo de impuestos y costarán igual los energéticos que en California, en Arizona, Nuevo México y Texas, de la Unión Americana.
En otras palabras, el día primero de enero, en esta franja se reducirá el IVA del 16 al 8 por ciento. El Impuesto Sobre la Renta bajará al 20 por ciento. La gasolina, el gas y la electricidad costarán menos que en el resto del país y se aumentará al doble el salario mínimo.
Esta será la última cortina de desarrollo para retener con trabajo y bienestar a nuestros compatriotas en el territorio nacional. En cuanto al bienestar de nuestro pueblo, el plan es combatir la pobreza y la marginación como nunca se ha hecho en la historia.
Haremos a un lado la hipocresía neoliberal. El Estado se ocupará de disminuir las desigualdades sociales, no se seguirá desplazando a la justicia social de la agenda del gobierno. No se condenará a quienes nacen pobres a morir pobres. Todos los seres humanos tienen derecho a vivir y ser felices, es inhumano utilizar al gobierno para defender intereses particulares y desvanecerlo cuando se trata de proteger el beneficio de las mayorías. No es lícito, no es jugar limpio, defender la facultad del Estado para rescatar instituciones financieras en quiebra y considerarlo una carga, cuando se busca promover el bienestar de los más necesitados.
Como acciones de Gobierno, enumeró las siguientes:
Se cancelará la mal llamada reforma educativa. Se creará el Instituto Nacional para la Atención de los Pueblos Indígenas. Iniciará de inmediato el programa de atención médica y medicamentos gratuitos en las zonas marginadas del país y se volverá universal en todo el país este programa de atención médica y medicamentos gratuitos, a la mitad del sexenio. Es mi compromiso.
Los aumentos al salario mínimo no volverán a fijarse por debajo de la inflación como llegó a suceder en el periodo neoliberal. Dos millones 300 mil jóvenes serán contratados para trabajar como aprendices en talleres, empresas, comercios y diversas labores productivas o sociales, y se les pagará un salario, mientras se van capacitando, de tres mil 600 pesos mensuales. Ya no va a haber ni-nis. No se va a dar la espalda a los jóvenes, ni se les va a ofender llamándoles de esa manera, porque no es culpa de ellos que no tengan oportunidad de trabajo y de estudio.
Se otorgarán 10 millones de becas a estudiantes en todos los niveles de escolaridad, se crearán 100 universidades públicas, se fomentará el deporte y las actividades artísticas, la ciencia y la tecnología.
La pensión a los adultos mayores, que fue una creación de nuestro movimiento, el programa de la pensión a los adultos mayores aumentará, esa pensión, al doble, y tendrá carácter universal. Es decir, también van a recibir este apoyo los jubilados, pensionados del ISSSTE y del Seguro.
Un millón de personas con discapacidad o con capacidades diferentes tendrán una pensión igual que la de los adultos mayores.
Se atenderá de inmediato a los damnificados por los sismos, se otorgarán créditos a la palabra a agricultores, ganaderos, pescadores, a dueños de talleres, a los artesanos, a pequeños comerciantes, a empresarios.
Se ayudará a productores del campo con subsidios y precios de garantía, y se venderá a precio justo una canasta de alimentos básicos para combatir la desnutrición y el hambre.
Es importante precisar que los destinatarios de estos programas recibirán lo que les corresponde de manera directa, personalizada, sin intermediarios, con el propósito de que no haya manipulación de los apoyos con fines electorales, y que lleguen a sus beneficiarios, completos, estos apoyos, sin moches ni comisiones indebidas.
También vamos a evitar afectaciones al medio ambiente. Aprovecho para reiterar que no se permitirá el fracking ni transgénicos.
Se bajarán los sueldos de los altos funcionarios públicos. Ya se aprobó esa ley en este Congreso, en esta legislatura. Van a bajar los sueldos de los de arriba, porque van a aumentar los sueldos de los de abajo.
Ya no habrá servicio médico privado para los altos funcionarios públicos. Se destinaban 5 mil millones de pesos nada más para el pago de la atención de servicios médicos a los altos funcionarios públicos.
Ya no habrá cajas de ahorro especial para los altos funcionarios públicos. Ya no hay, ya se aprobó esa ley.
Nadie podrá viajar en aviones o helicópteros privados a expensas del dinero público. Desde el lunes próximo se pondrá en venta el avión presidencial y toda la flotilla de aviones y helicópteros para uso de altos funcionarios.
El presidente de la República ganará el 40 por ciento de lo que recibía Enrique Paña Nieto.
No habrá compras de vehículos para funcionarios, se reducirá en 50 por ciento el gasto de publicidad del gobierno.
Se van a disminuir las unidades administrativas en el país y no habrá oficinas del gobierno en el extranjero, salvo, por supuesto, las embajadas y los consulados.
Los ocho mil elementos del Estado Mayor, que se destinaban a cuidar al presidente, y los 3 mil 200 agentes de Gobernación, hasta ayer dedicados al espionaje, pasarán a formar parte de la Guardia Nacional.
El Presidente de la República no vivirá en Los Pinos y esa residencia oficial ya se abrió al público y se integrará al bosque de Chapultepec para convertirse en uno de los espacios más grandes e interesantes del mundo para el arte y la cultura.
Otro cambio importante será el de la creación de la Guardia Nacional, si lo autoriza el pueblo y el Poder Legislativo, para enfrentar el grave problema de la inseguridad y de la violencia que padecemos. Esto significa replantear el papel de las Fuerzas Armadas ante la inoperancia de las corporaciones policiales.
En cuanto a los agentes ministeriales y los cuerpos policiales estatales y municipales, se debe reconocer, sin generalizar, que muchos están movidos por la corrupción y no por el deber del servicio público, y que su descomposición los pone bajo el dominio de la delincuencia. El ciudadano mexicano, en la actualidad, está en estado de indefensión. No tenemos policías para cuidar a los ciudadanos.