El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha mencionado que el Plan Nacional de Desarrollo (2018-2024) está inspirado en el Programa del Partido Liberal Mexicano de 1906, así como en el Plan Sexenal del Gobierno del General Lázaro Cárdenas (1934-1940), pero, ¿por qué el Presidente toma como referentes estos dos documentos, cuál es su origen e importancia histórica para el nuevo Gobierno?
En este artículo preparado por el INEHRM y la Presidencia de la República te contamos la primera parte.
El 1 de julio de 1906 la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, establecida en San Luis Misuri, dio a conocer un amplio programa que había sido resultado de diversas opiniones e ideas vertidas por los simpatizantes del Partido Liberal a través del correo postal, de cuya participación se conformó un documento que involucró las exigencias de los sectores sociales pobres y medios del campo y la ciudad. No fue un programa elaborado por un grupo de intelectuales exilados alejados de los problemas cotidianos del país, al contrario, los intelectuales se asumieron como el instrumento conductor que le dio forma a las ideas vertidas por la gente que respondió a su convocatoria, de manera similar a lo que haría Otilio Montaño, el maestro rural que se encargó de la redacción del Plan de Ayala en 1911 apoyado en las exigencias y necesidades de los campesinos que conformaron el Ejército Libertador del Sur.
El Programa del PLM fue un documento que buscó terminar con la estructura del estado oligárquico porfirista y los cimientos que lo apuntalaban —el ejército, los gobiernos estatales, los poderes de la unión, los terratenientes y los banqueros— para crear un poder democrático. Proponía realizar una revolución democrática, justiciera en materia social, nacionalista y antiimperialista, para llevar a cabo las transformaciones que el país requería. La democratización del sistema político, la participación inclusiva, desde abajo, de la población en los asuntos del gobierno, así como una serie de mejoras en el sector obrero y campesino, fueron las metas proclamadas en el documento. En materia política, el Plan anunció la eliminación del servicio militar obligatorio, la desaparición de los jefes políticos, así como agravar las responsabilidades de los funcionarios públicos; con respecto a la educación, propuso la multiplicación de las escuelas primarias y la obligatoriedad de la instrucción pública hasta los catorce años; en materia laboral estableció la jornada máxima de 8 horas y el salario mínimo, así como la supresión de las tiendas de raya y la reglamentación del trabajo doméstico; en relación con el tema agrario, propuso la expropiación de las tierras en manos de propietarios privados que no fueran productivas y la repartición de terrenos a los mexicanos que así lo solicitaran.
En su primera edición se tiraron 250 mil ejemplares para su distribución masiva en la República mexicana y la frontera sur de los Estados Unidos. Con el Programa en la mano, los miembros del Partido Liberal Mexicano adquirieron un compromiso escrito con los sectores que se adhirieron nominalmente al PLM y con la población mexicana en general, para combatir a la dictadura de Porfirio Díaz, implantar una serie de reformas políticas, económicas y sociales, y construir un nuevo gobierno a partir de un marco liberal apoyado en la Constitución de 1857, pero con amplias y profundas reformas sociales, hasta el momento inéditas en la historia de México, de América Latina y del mundo.