Alejandro Matty Ortega
Recordará usted que de niño escuchaba a sus padres o abuelos decir: “Si a Estados Unidos le da gripe, a México le da pulmonía”; yo lo recuerdo de mi padre y mis vecinos adultos, hoy ya todos en manos del Creador.
Analistas consultados señalan que, si el presidente electo Donald Trump impusiera aranceles del 25% a los productos mexicanos, las afectaciones económicas serían significativas tanto para México como para Estados Unidos dado que ambos países son importantes socios comerciales.
Como primer efecto está el impacto en la economía de México con la disminución de las exportaciones ya que México es el principal socio comercial de Estados Unidos en América Latina y uno de los mayores exportadores de bienes hacia ese país.
Entre los productos más relevantes se encuentran automóviles, productos electrónicos, maquinaria, alimentos y bebidas; imponer un arancel del 25% encarecería estos productos, lo que reduciría su competitividad en el mercado estadounidense y afectaría negativamente las exportaciones mexicanas.
Segundo, la pérdida de empleos en sectores clave ya que las industrias mexicanas más dependientes de las exportaciones a Estados Unidos, como la automotriz, la manufacturera, la agroalimentaria y la electrónica, podrían verse seriamente afectadas.
Esto podría traducirse en una reducción de la producción y, en consecuencia, en la pérdida de miles de empleos en estas industrias clave, además, la posible reubicación de fábricas en otros países para evitar los aranceles también podría generar desempleo en México.
Como tercer punto se encuentra el aumento en los costos internos ya que la imposición de aranceles podría llevar a un aumento de los costos de producción en México, porque muchos productos intermedios y materias primas provienen de Estados Unidos.
Esto afectaría tanto a las empresas que dependen de estos insumos como a los consumidores mexicanos, que enfrentarían precios más altos de productos básicos y de consumo.
Como cuarto está la inminente devaluación del peso mexicano, en un escenario de incertidumbre económica derivada de los aranceles, el peso mexicano podría sufrir una devaluación frente al dólar estadounidense.
Esto aumentaría la inflación en México, ya que muchos productos importados se encarecerían, afectando la capacidad adquisitiva de los mexicanos y encareciendo la vida cotidiana.
Como quinto punto está la inestabilidad económica general porque la incertidumbre sobre las relaciones comerciales entre ambos países podría generar un ambiente de menor confianza para la inversión extranjera en México.
Los flujos de inversión directa desde Estados Unidos y otros países podrían disminuir debido a la preocupación por los riesgos comerciales y económicos.
Como sexto punto está el impacto en la economía de Estados Unidos por el aumento de los precios para los consumidores estadounidenses ya que los productos importados de México se encarecerían debido a los aranceles, lo que impactaría negativamente en los consumidores de Estados Unidos.
Esto afectaría especialmente a los consumidores en productos como automóviles, alimentos, productos electrónicos y textiles, muchos de los cuales provienen de México a precios competitivos.
El aumento de precios podría reducir el poder adquisitivo de los ciudadanos estadounidenses, lo que, a su vez, afectaría la demanda interna.
Como séptimo punto está el impacto en las empresas estadounidenses ya que muchas empresas estadounidenses dependen de productos mexicanos como insumos en sus procesos de manufactura.
Si se encarecen estos productos debido a los aranceles, las empresas podrían ver incrementados sus costos de producción, lo que afectaría sus márgenes de beneficio, las compañías estadounidenses podrían tener que buscar proveedores alternativos en otros países, lo que podría implicar mayores costos o la reubicación de cadenas de suministro.
Como octavo punto está el desplazamiento de la producción ya que, para evitar los aranceles, algunas empresas estadounidenses podrían optar por mover sus fábricas a otros países fuera de México, lo que podría tener un costo en términos de empleos y producción.
Esta reubicación de manufactura podría generar un impacto negativo en los trabajadores de ambos países.
Como noveno punto los efectos sobre las relaciones comerciales y la cadena de suministro ya que Estados Unidos y México están profundamente integrados en una red de suministro transnacional, especialmente en la industria automotriz y electrónica.
Un incremento en los aranceles afectaría negativamente esta interdependencia, dificultando la producción eficiente y aumentando los costos para muchas empresas estadounidenses.
Como décimo punto las consecuencias para las relaciones bilaterales por las tensiones diplomáticas ya que la imposición de aranceles podría aumentar las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y México, deteriorando las relaciones políticas.
Y qué decir de la deportación masiva de millones de connacionales y hermanos migrantes internacionales de América Latina a México que impactaría devastadoramente a estados fronterizos como Sonora.
Las decisiones comerciales de esta naturaleza no sólo afectan la economía, sino que también pueden influir en la cooperación en temas como seguridad, migración y políticas regionales.
En respuesta a los aranceles, México podría imponer tarifas a productos estadounidenses, lo que podría afectar a sectores clave como la agricultura, los productos industriales y los bienes de consumo.
Esto podría generar una "guerra comercial" que afectaría a ambos países.
La implementación de aranceles de este tipo podría afectar no sólo a México, sino también a otros países de América Latina que tienen relaciones comerciales con Estados Unidos y que podrían perder competitividad frente a productos mexicanos más caros.
Además, la reducción de la demanda de productos mexicanos podría afectar el comercio regional.
Un aumento de los aranceles entre dos economías tan grandes podría generar efectos en los mercados internacionales, la incertidumbre económica podría afectar la confianza global en los mercados financieros, alterando los flujos de inversión y las proyecciones de crecimiento económico.
En resumen, si el presidente electo Donald Trump impone aranceles del 25% a los productos mexicanos, las afectaciones económicas serían profundas tanto para México como para Estados Unidos.
México podría enfrentar una desaceleración económica, pérdida de empleos y una devaluación de su moneda, mientras que Estados Unidos experimentaría un aumento en los precios de los productos mexicanos, lo que afectaría a consumidores y empresas.
La relación bilateral podría verse gravemente afectada, lo que podría desencadenar una guerra comercial que generaría consecuencias globales.
Es importante señalar que tales políticas también estarían sujetas a la respuesta y estrategia de los gobiernos de ambos países que podrían buscar mecanismos para mitigar los efectos negativos a través de negociaciones, acuerdos bilaterales o medidas de protección interna.
La postura de confrontación que asumen hoy diversos actores políticos de Izquierda en México, en nada abona a la solución de este eventual conflicto diplomático entre un país que necesita de la mano de obra de los mexicanos y otro que requiere de las inversiones norteamericanas.
China, un tercero en discordia, podría convertirse en un salvoconducto económico; sin embargo, la influencia del poderoso país oriental representaría un peligro para la soberanía y seguridad de los Estados Unidos y por ende, convertiría a México en su enemigo íntimo.
¡Cuánta razón tenían nuestros padres y abuelos con ese dicho de “si a Estados Unidos le da gripe, a México, pulmonía!
Dios no lo quiera.
*El autor es periodista con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación escritos y digitales en Ciudad de México, Sonora y Arizona, además Premio Nacional de Periodismo 2010 por “Mejor Reportaje Web en México”.
Es Director General de AM Diario, Subdirector General del medio binacional Irreverente Noticias, colaborador en Dossier Político, Pajarito News y Esfera Noticias.