Alejandro Matty Ortega/Irreverente Noticias
Huatabampo, Sonora (IN).- Hambre, pobreza extrema, marginación, inseguridad, falta de viviendas, servicios y la penetración inclemente del narcotráfico en sus comunidades, impera en la Tribu Mayo que clama la ayuda oficial.
Irreverente Noticias consignó el fin de semana la grave crisis que impacta severamente en la cotidianidad de esta comunidad indígena lejana a las oportunidades, a la certeza jurídica, servicios públicos, desarrollo económico y crecimiento urbano.
Aunque sí, bajo los poderosos tentáculos del narcomenudeo que destroza sin piedad los sueños de la juventud mayo.
Durante recorridos a varias comunidades de la región, este medio pudo constatar la triste condición social de esta etnia que alza su voz y clamor a las autoridades de los tres niveles de gobierno a fin de ser escuchados y atendidos en sus necesidades básicas y elementales de existencia.
Inmersa en su problemática, tradiciones, usos y costumbres, la Tribu Mayo además de los efectos negativos de la marginación y olvido, expresa como mayor reto rescatar a los adolescentes y jóvenes de las drogas sintéticas que hoy invaden inclementes estas tierras que históricamente, los ejércitos extranjeros jamás pudieron conquistar y en otra época por la defensa de sus tropas al mando del general Álvaro Obregón en tiempos de la Revolución Mexicana.
Los mayos, quienes se llaman a sí mismos yoremes y al hombre blanco "el que no respeta", a quienes permitieron la distribución y venta de drogas sintéticas como el “Crystal” es esta región les llaman “torocoyori”, "el que traiciona" y "el que niega la tradición".
La comunidad mayo tiene sus centros ceremoniales en Júpare, Etchojoa, San Pedro, San Ignacio Cohuirimpo, Pueblo Viejo, Navojoa, Tesia, Camoa, Huatabampo y Conicárit con en su extensión territorial es conocida como Valle del Mayo, aunque trasciende al Norte de Sinaloa.
Los mayos, en general, se emplean como jornaleros y en las cabeceras municipales, como empacadores, cajeras, cargadores, albañiles, carniceros, obreros; además, una parte ha emigrado a las maquiladoras de Nogales o Hermosillo y a trabajar en las embarcaciones atuneras de Puerto Guaymas.
En la mayoría de los casos, las formas de organización y poder están controladas por los yoris como los comisariados ejidales, la Policía Preventiva, la directiva de la iglesia, las Juntas de Progreso y las autoridades municipales de Huatabampo, Navojoa, Etchojoa y Álamos.
Hoy, el clamor prioritario es la atención por parte de las autoridades para atacar de manera frontal al crimen organizado que como en el resto de la entidad, se ha apoderado de las calles y colonias de sectores marginados y vulnerables.
Rescate a medias
Recientemente, el Gobierno del Estado anunció una inversión de 14 millones 405 mil 600 pesos entregada en tres mil 274 tarjetas electrónicas, a personas beneficiarias de programas sociales de Navojoa, Etchojoa, Álamos y Huatabampo.
A través de la Secretaría de Desarrollo Social, se destinaron recursos de los programas Mano Con Mano, Cuidar A Quienes Cuidan, Aquí Se Queda y Memoria Viva.
En un esfuerzo para llegar directamente a las localidades y atender sus rezagos históricos, 884 personas de Etchojoa recibieron sus tarjetas con una inversión de tres millones 889 mil 600 pesos.
En las comunidades de Los Tanques, Los Estrados y la cabecera municipal Álamos, se distribuyeron 553 tarjetas electrónicas por un monto total de dos millones 433 mil 200 pesos; mientras que en Huatabampo, 989 personas obtuvieron sus tarjetas, lo que representó una inversión de cuatro millones 351 mil 600 pesos.
Personal de la Secretaría de Desarrollo Social realizó recorridos de supervisión por cuartos dormitorios que forman parte del programa Habitación Propia, y entregó paquetes alimentario.
El presupuesto al combate de la pobreza en la entidad en 2023 asciende a 750 millones de pesos, aseguró en su momento Alfonso Durazo Montaño.
La agenda social en el sur de Sonora es una prioridad.