El Director General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Luis Antonio Ramírez Pineda, dijo que la disminución del sufrimiento en pacientes atendidos durante la pandemia mediante protocolos de cuidados paliativos, es parte esencial de la calidez humana que se brinda en las 112 unidades médicas destinadas al combate del COVID-19.
Durante la contingencia, el Instituto ha implementado la “Guía operativa para la atención paliativa de personas atendidas por SARS-CoV-2 (COVID-19) y sus familias”, en la que se establecen lineamientos para que el personal de salud se enfoque en aliviar el dolor de los pacientes como un derecho humano y en brindar la mejor atención con los recursos disponibles, enfatizó el titular.
De acuerdo con el Subdirector de Prevención y Protección a la Salud, Jorge Ramos Guerrero, la Guía, vinculada al programa PALIATIVISSSTE, promueve estrategias para reducir el sufrimiento de las personas por cuadros sospechosos o confirmados del coronavirus emergente, independientemente de sus probabilidades de supervivencia.
El personal de salud, agregó, está preparado para brindar tratamiento activo de los síntomas molestos, abordaje respetuoso y digno de las dimensiones psicológicas, afectivas, sociales y espirituales de los pacientes.
Además, especifica dar trato digno y apoyo en la fase final de la vida; cuidando siempre la bioseguridad del enfermo, familia y el personal, durante la pandemia.
En el ISSSTE, los cuidados paliativos se respaldan, son una comunicación clara y efectiva entre médicos y enfermeras con los pacientes y sus familiares, que favorece el consentimiento informado para la toma de decisiones en situaciones complejas y considera los deseos, expectativas y valores de la persona, concluyó Jorge Ramos Guerrero.
El abordaje de cuidados paliativos en el Instituto beneficia en particular a los pacientes con Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG), sospechosos o confirmados por COVID-19 o Influenza, aquellos en que el soporte vital avanzado es una medida fútil o desproporcionada y, para personas con enfermedad severa que llegan a la fase terminal.