Dos crímenes temen por encima de todos las millones de mujeres mexiquenses que a diario viajan de su casa en el Edomex a su trabajo en la CDMX: ser secuestradas o víctimas de feminicidio.
Las más recientes cifras arrojadas por el Secretariado del Sistema Nacional de Seguridad Nacional (SESNSP), prenden las alertas: la capital del país es la sexta entidad con mayor aumento de delitos contra mujeres.
En la Ciudad, hay el miedo a los secuestros en las estaciones del Metro. Hasta ahora la Procuraduría de Justicia local ha iniciado 15 carpetas de investigación por el delito.
Y en Edomex, el terror obedece a que tan solo en enero de este año, el estado fue el más violento en cuanto a crímenes contra mujeres, con 31 casos y la capital se ubicó en la quinta posición, con 21.
Grupos de activistas, políticas y hasta el Congreso capitalino, promueven en esta era de gobiernos morenistas la declaratoria de la Alerta de Violencia de Género (aún inexistente en la Ciudad) para que toda muerte de niñas o mujeres sea investigada en primer lugar como feminicidio, el máximo delito perpetrado contra una mujer y que representa un reto a contrarreloj para la recién creada Secretaría de la Mujer de la Ciudad y a nivel federal una hoguera que a la titular del Inmujeres, Nadine Gasman, le urge apagar.