Una investigación de la Universidad de Warwickcon el Instituto Alemán de Investigaciones Económicas y la Universidad West Virginia, arrojó como resultado que tener un hijo podría cobrar 6 años de sueño de sus progenitores y afectar la calidad del mismo.
Quienes debutan como padres, pueden dar fe de lo laborioso que es cuidar a su bebé los primeros tres meses de vida. Sin embargo, un hijo no deja de ser una preocupación que quita el sueño hasta que el niño cumple los seis años de edad, tras lo cual, la calidad y cantidad del sueño retorna al padre y a la madre.
Las conclusiones de este estudio titulado ‘Long-term effects of pregnancy and childbirth on sleep satisfaction and duration of first-time and experienced mothers and fathers’, llegan tras una investigación que estudió el sueño en 4.659 padres que habían tenido un hijo entre 2008 y 2016.
El estudio también reveló que la afectación del sueño no es uniforme en los padres. Mientras los papás dormían alrededor de 15 minutos menos, las madres podían perder hasta una hora menos de sueño. Aunque para cuando el menor cumple los cuatro años de edad, los padres siguen sin recuperar sus 15 minutos de sueño y las madres bajan la cifra a 20 minutos en promedio.