- “Vamos a firmar hoy con el Gobierno Federal un acuerdo para impulsar a las Mipymes”: Julio Carranza
Nuevo Nayarit, Nayarit. - Por años, el financiamiento a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) ha sido una promesa que nunca termina de cumplirse. Cada sexenio, cada administración, cada convención bancaria, el discurso se repite: es momento de apostar por las MiPyMEs. Pero más allá de los anuncios, el acceso real, amplio y competitivo al crédito sigue siendo una quimera para el sector que genera ocho de cada diez empleos en México.
Ernesto Madrid
Este jueves, en la inauguración de la Convención Bancaria, se presentará un nuevo intento: un programa que promete flexibilizar las políticas de crédito de la banca, acompañado de una estrategia para bajar las tasas de interés —o, como prefieren decir los banqueros, “hacerlas más competitivas”. Será, además, la primera Convención a la que asista como presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha hecho un llamado directo a los bancos para reducir las tasas en beneficio de la población. Pero, como advirtió Julio Carranza Bolívar, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), no basta la voluntad política: “la clave está en ofrecer mejores garantías”.
Aunque la tasa de referencia de Banxico ha bajado de 11.25% a 9%, los créditos al consumidor no han seguido esa lógica. Hoy las tarjetas de crédito tienen las tasas más altas desde 2020 y las hipotecas los costos más elevados en 13 años.
El problema estructural: la informalidad
Según Carranza Bolívar, la banca ya tiene 500 mil millones de pesos otorgados a MiPyMEs, apenas el 8% del crédito total al sector privado. De las 4.8 millones de unidades económicas del país, el 95% son microempresas, pero solo 1 millón de pequeñas empresas son formales y sujetas a crédito. De estas, apenas 255 mil acceden a financiamiento bancario. “Tenemos un universo de 780 mil empresas que podrían tener crédito y no lo tienen”, admitió.
La raíz del problema añadió, está en la informalidad: el 63% de las pequeñas empresas operan fuera del marco formal. Esto no solo limita su acceso a financiamiento; también las condena a buscar créditos caros e informales, mientras se autoexcluyen por miedo a la fiscalización y a la formalidad misma.
“La tasa promedio de la banca para las MiPyMEs es de 16%, frente al 45% de otros intermediarios. La diferencia es enorme, pero no basta con ofrecer mejores tasas si las empresas no quieren o no pueden entrar al sistema”, subrayó Carranza.
¿Promesa cumplida o nueva ilusión?
En este contexto, la presidenta Sheinbaum impulsa el “Plan México”, que busca posicionar al país en las cadenas de suministro globales frente a las políticas proteccionistas de Estados Unidos. Este jueves se firmará un acuerdo entre la banca y el gobierno federal para lograr que el 30% de las MiPyMEs accedan a financiamiento en 2030, con una meta de crecimiento anual de 3.5%.
Suena ambicioso. Pero sin cambios estructurales que ataquen la informalidad, la falta de garantías, la desconfianza y la cultura financiera, este nuevo intento podría terminar como los anteriores: una promesa bien intencionada, sin resultados tangibles para el sector que sostiene el empleo en México.
Por ahora, la duda persiste: ¿ahora sí será diferente o solo es la misma historia con otro discurso?
@JErnestoMadrid
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