- Nadie está en contra de una Reforma Judicial pero no, en los términos que propone AMLO
“La necesidad de justicia es una de las grandes demandas sociales. Pedimos a nuestros gobernantes que, ante esta gran oportunidad histórica, no elijan la fama o el poder”, con esas palabras, la Iglesia Católica de México, hizo un llamado a los legisladores recién electos, en particular a los de Morena, para que analicen, escuchen, dialoguen, antes de aprobar la Reforma Judicial.
Ernesto Madrid
En su editorial Desde la Fe, dijeron que “Le pedimos a nuestros legisladores recién electos que, ante esta gran oportunidad histórica, no elijan la fama ni impongan radicalmente el poder que se les otorgó en las urnas”.
Los invitamos a que elijan la sabiduría y la prudencia, tal como lo hizo el rey Salomón. Sabiduría para escuchar con tiempo suficiente a todos los sectores involucrados y prudencia para hacer una revisión integral del sistema judicial. Si actúan con sabiduría y prudencia, el pueblo mexicano sabrá reconocerlo con creces”, remarcó.
En el contexto del inicio de la sesión de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos de la Cámara Alta, que discute y votará el dictamen de la reforma judicial y en medio de manifestaciones en todo el país, ha quedado en claro que nadie está en contra de dicha reforma, pero no, en los términos que plantea el presidente.
De hecho, hasta en Bacalar, Quintana Roo, donde hizo gira López Obrador, un grupo de trabajadores del Poder Judicial se logró infiltrar en un acto del presidente para manifestarse en contra de la reforma judicial, y con megáfono en mano exigieron echar abajo la reforma la cual se discute este domingo en comisiones del Senado.
En el contexto, unas 60 organizaciones de la sociedad civil de América señalaron que la reforma al Poder Judicial en México, para elegir por voto popular a jueces y magistrados y ministros de la Suprema Corte, “aumenta la influencia política en los nombramientos de personas juzgadoras, socavando gravemente la independencia judicial en el país”.
Al igual, un grupo de 10 congresistas estadounidenses, entre republicanos y demócratas, dejaron en claro que “Esas políticas socavarían la competitividad de América del Norte y crearían un entorno desafiante para las empresas relevantes que buscan operar bajo las reglas del T-MEC”.
En este sentido, la Iglesia Católica dejo en claro que desde la iniciativa Diálogos por la Paz, impulsada por la Iglesia nacional, una de las grandes conclusiones es la imperiosidad de una reconstrucción integral de la forma en que se hace justicia en México en todos sus niveles.
Sin embargo, “como lo han señalado los obispos de México, la propuesta de reforma que discute actualmente el Senado no responde a una revisión integral del sistema judicial, ni garantiza una mejor impartición de justicia”, aclara en su editorial.
Y en el contexto, lanzan la interrogante, ¿por qué la prisa? Si para escuchar se necesita de calma y no de celeridad; Si quien corre jamás será capaz de escuchar con claridad; ¿Por qué la prisa? Cuando no se ha realizado el diálogo que demanda nuestra democracia; No se puede trabajar con tan poco diálogo y tan escasa escucha en algo tan serio como lo es la justicia.
¿Por qué la prisa? Si la fortaleza de una nación se basa en la unidad de sus ciudadanos y no hay unidad en esta iniciativa y ¿Por qué la prisa? Si la diversidad de criterios y opiniones fortalece las propuestas y las leyes.
Estamos ante un momento que tendrá gran trascendencia en la historia de nuestro país en busca de determinar el tipo de justicia que queremos y quiénes serán los responsables de impartirla. Nadie está en contra aclaró la Iglesia, porque es una de las grandes demandas sociales, pero, siempre con escucha y diálogo.