- Ha dado ordenes de omitir, borrar o modificar los resultados que se encuentran en los Libros Blancos
Si bien es cierto que el actual titular de Petróleos Mexicanos (Pemex) Octavio Romero, conocido como ‘El Tío’ por ser quién daba dinero a los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador cuando este andaba en campaña, ahora busca ser ratificado en la paraestatal donde se ha constatado el fracaso en la gestión operativa, financiera y corporativa.
Ernesto Madrid
De acuerdo con fuentes hacia el interior de la petrolera mexicana, Octavio Romero trato de retrasar el nombramiento de quién podría sustituirlo junto con su equipo (Marcos Herrería, Alberto Velázquez, Miguel Ángel Lozada y Luz María Zarza), para presentar este sábado, durante la gira que llevará a cabo Andrés Manuel López Obrador, con su virtual presidenta Claudia Sheinbaum para “simular el arranque de operaciones” en la Refinería Olmeca, ubicada en el puerto de Dos Bocas en Tabasco, y ver la posibilidad de ser ratificado.
Aseguran que a casi seis años de administración y con un probado fracaso en la gestión operativa, financiera y corporativa de Octavio Rome las decisiones tomadas por la alta dirección de Pemex, se caracterizaron por dos componentes, la primera, ignorancia casi absoluta en las áreas de responsabilidad y segunda, del interés personal y de grupo para obtener beneficios monetarios y/o en especie.
Lo cierto es que, ante la posibilidad de no ser ratificado, Octavio Romero y su equipo analizaron como cubrir su salida, ante la posible respuesta que reciba de AMLO y Claudia para continuar, pero solo para ganar tiempo y tener el espacio necesario para, poder simular una gestión eficiente y honesta en el momento que deba entregar la posición.
Lo cierto es que, hoy en la Empresa Productiva del Estado no hay prisa para realizar el proceso de Entrega-Recepción, las auditorías han resultado sin observaciones mayores (así es la instrucción que recibió ‘el pusilánime’ Auditor Interno, Juan Torres Gurrola) y se dice que se mantendrá el statu quo.
Lo interesante del caso es que Torres Gurrola contrato a su vez, a Raúl Gerardo Lemus Soto quién trabajo de la mano con Genaro García Luna, involucrado en la adjudicación directa de los contratos para la construcción de ocho prisiones federales en los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, para hacerle ‘el trabajo sucio’.
Octavio Romero, aseguran, no busca el beneficio de la empresa, ni del Estado Mexicano, busca sobrevivir, limpiar el desastre operativo, financiero, corporativo y cubrir toda la red de corrupción que ha operado abierta e indiscriminadamente en Petróleos Mexicanos, bajo el consentimiento de su ‘amigo’ y paisano, López Obrador quién lo acompaño desde la toma de los pozos petroleros en Tabasco, donde recibían dinero del gobierno federal, para levantar los plantones, y supuestamente, repartirlo entre sus seguidores.
Incluso, desde la dirección general ya se tiene la orden de omitir, borrar o modificar los resultados que se encuentran en los Libros Blancos de la dependencia, para no dejar huella, del desastre financiero, productivo y operativo de la paraestatal.