Mientras en la mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador siguió justificando que la salida de la periodista Azucena Uresti no fue por “ninguna circunstancia especial en cuanto a los medios” porque “se garantiza la libertad a todos” contrario a lo que dijo la periodista, el Instituto Nacional Electora (INE) reveló que la aspirante del PAN, PRI y PRD gastó 24 mil 205 millones más que su contrincante Claudia Sheinbaum.
Ernesto Madrid
En esas estaba el INE cuando la precandidata de la alianza Fuerza y Corazón por México presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FISEL) por los evidentes señalamientos de Sanjuana Martínez, quien hace unas semanas acusó a funcionarios de la Secretaría del Trabajo de intentar desviar parte de la liquidación de trabajadores de Notimex para la campaña presidencial de Morena.
Lo controvertido del caso es que el titular de la FISEL es José Agustín Ortiz Pinchetti un personaje muy cercano al presidente que fungió como secretario de Relaciones Políticas del denominado gabinete legítimo que estructuro López Obrador cuando perdió las elecciones en 2006 frente a Felipe Calderón y por curioso que parezca su esposa es, la ministra Loretta Ortiz Ahir en donde, quizás no se tomen en cuenta las denuncias.
Entre estás está la que hiciera Marcela Ebrard en el inter de las campañas internas de Morena en contra también, de Claudia Sheinbaum por desviar recursos de la secretaria de Bienestar que encabeza Ariadna Montiel Reyes, quien aspiraba a ser candidata al gobierno de la Ciudad de México y de cuya aspiración se deslindó el 22 de junio de 2023 luego de reunirse con López Obrador quién poco antes, recibió a la hoy candidata y ex alcalde de Iztapalapa Clara Brugada.
En este contexto, habrá que analizar con lupa, la denuncia que realizó Marcelo Ebrard del desvió de recursos de la secretaria de Bienestar y que viene documentado en el libro de El Gran Corruptor de la periodista Elena Chávez, en donde se aprecia con claridad que en 2022, la dependencia infló el programa de Adultos Mayores, en más de un millón de personas, lo cual queda constatado con la pirámide poblacional del Inegi, un programa sobrexplotado, en donde no se justifican casi 42 mil millones de pesos.
En ese escenario entra lo que el portal de Fiscalización del INE que señala que, en total, la aspirante de la coalición Fuerza y Corazón por México gastó 63 millones 171 mil pesos, la mayoría de ellos fueron recursos del PAN, contra los 38 millones 966 mil pesos que supuestamente sólo gastó la candidata de la coalición Morena, PT y el Partido Verde.
En paralelo, Xóchitl Gálvez no se quedó conforme y acudió a las instalaciones del FISEL para presentar su denuncia, sin pruebas, más que las declaraciones de la exdirectora de Notimex y de Marcelo Ebrard, que en términos jurídico, de acuerdo a un abogado constitucionalista “una denuncia ante el ministerio público sobre actos de corrupción o hechos que pueden constituir este y otros delitos es con el fin de iniciar una investigación para conocimiento de un juez, como sucede con una denuncia pública que se realiza a través de los medios de comunicación”.
Lo anterior porque, explicó el abogado de la escuela de Periodismo Carlos Septién García, Raymundo Adame, parte de las pruebas, una de ellas es la testimonial “y ya tocará a los órganos respectivos, (ministeriales o judiciales) determinar si existen elementos que puedan conducir a que se esté ante una conducta delictuosa”.
Y AMLO ¿EN QUE ESTÁ?
Pero López Obrador ahora esta apurado en justificar que "una periodista habló de que se salía del medio por las circunstancias (...) pero no hay ninguna circunstancia especial en cuanto a los medios, se garantiza la libertad a todos, nada más que no sé si la periodista de buena o mala fe pone eso y empiezan a llover los mensajes hablando de censura".
Lo cierto es que las circunstancias son tan evidentes como que lunes 8 de enero el presidente López Obrador criticó la cobertura que Uresti había dado a un ataque con drones, ocurrido en el municipio de Heliodoro Castillo, en el estado de Guerrero, el cual fue denunciado por el padre Filiberto Velázquez, del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello: un ataque que, según dijo entonces el sacerdote, habría dejado al menos 30 muertos, de acuerdo con lo publicado por Héctor de Mauleon.
Y la periodista respondió que “el presidente se empeña en hacer como que no conoce mi nombre, en fingir que no sabe cómo me llamo, y de esa manera también discriminar, porque el presidente es misógino, (…) es un agresor constante de las mujeres, ha sido un agresor constante de mi persona. A mí no me asusta que el presidente me nombre en sus ‘mañaneras’ porque, yo, si me equivoco, sí puedo aceptarlo, no como sucede en Palacio Nacional”.
Esa es la circunstancia que no reconoce el presidente y que derramó el vaso y la evidencia de que López Obrador ataca a los periodistas como Ciro Gómez Leyva, Joaquín López Dóriga, Carlos Loret y diversos medios de comunicación que están en contra de su ‘transformación’.