El informe sostiene que existe evidencia creíble de que el príncipe heredero de Arabia Saudita Mohammed bin Salman y otros funcionarios de alto nivel son responsables individualmente del asesinato de Jamal Khashoggi.
El periodista del Washington Post fue asesinado el 2 de octubre del 2018 en el consulado de Arabia Saudita en Estambul.
El informe argumenta que “la naturaleza de este crimen único es tanto inusual como grave (es decir, transfronterizo; uso de un consulado; uso extraterritorial de la fuerza; periodista en el exilio en los Estados Unidos y Turquía; un posible acto de tortura, una desaparición continua, un impacto internacional persistente), para elevarlo al nivel de un crimen internacional sobre el cual los Estados deben reclamar la jurisdicción universal”.
