Dos ex alumnos de una escuela pública de la ciudad de Suzano, en la región metropolitana de Sao Paulo (sudeste de Brasil), irrumpieron hoy en la institución matando a cinco estudiantes y tres adultos antes de suicidarse al verse rodeados por policías.
Media hora antes del ataque a la Escuela Estatal Raúl Brasil, uno de los centros educativos más tradicionales de la región, los ex alumnos Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años, y Luiz Henrique de Castro, de 25, fueron a una concesionaria y robaron un automóvil, según las primeras investigaciones de la policía local.
Los jóvenes asesinaron al dueño de la concesionaria, de nombre Jorge Morais, siendo la primera víctima mortal.
"Ambos fueron alumnos de la escuela y lo que queremos saber es el motivo por el cual hicieron esto", señaló el secretario de Seguridad del estado de Sao Paulo, Joao Camilo de Campos, en conferencia de prensa.
Monteiro y De Castro llegaron con mochilas en el automóvil robado hasta la escuela, la cual tenía sus portones abiertos, según está grabado en un video.
Aparentemente, como eran ex alumnos fueron recibidos sin ningún tipo de control por la coordinadora pedagógica Marilena Ferreira, quien fue la segunda víctima fatal, al recibir un balazo.
A partir de ese momento la escuela fue un caos, con unos 400 alumnos, profesores y personal administrativo corriendo desesperados, buscando refugio.
"Nos escondimos unos 50 (...) y rezábamos mientras mandábamos whatsapp (mensajes) a nuestras familias, escuchábamos los disparos, algunos creían que era una broma o pirotecnia", expresó Vivian, una sobreviviente.
Durante su recorrido por la escuela los atacantes asesinaron a cinco alumnos, entre ellos uno llamado Cleyton Ribeiro, de 15 años, pese a que pidió clemencia y levantó los brazos.
"Lo fusilaron", contó una compañera de la víctima al canal de noticias Band News TV.
Monteiro y De Castro usaron un revólver calibre 38, el cual habrían recargado varias veces, así como armas medievales como pequeñas hachas y una ballesta.
Una de las víctimas murió por una flecha de ballesta en el pecho.
Uno de los heridos logró sobrevivir al salir corriendo con un hacha en el hombro, en medio de la estampida generalizada.
Dos de los fallecidos no lograron saltar el muro de la escuela y fueron alcanzados por los ex alumnos.
"La Fuerza Táctica de la Policía llegó al lugar con un policía de civil que estaba en la zona y rodearon a los criminales", señaló el secretario de Seguridad.
Camilo de Campos agregó que "cuando se vieron sin salida, se escucharon dos disparos. Suponemos suicidio y eso lo determinarán las pericias, pero es posible que uno haya matado al otro y luego se suicidó".
Este es el peor ataque contra escuelas brasileñas desde la registrada en 2011 en un colegio público del barrio de Realengo, Río de Janeiro, cuando un ex alumno que dijo ser víctima de bullying asesinó a 12 niños en el salón de clase.
A través de su cuenta en Twitter, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, calificó de "monstruosidad y cobardía" el episodio, al enviar condolencias a las familias de las víctimas.
Por su parte, el vicepresidente Hamilton Mourao, un general retirado, afirmó que el ataque no tiene vinculación con la política de flexibilización de la tenencia de armas que entró en vigor en enero pasado.
Dijo que "estos delitos ocurrían en otros países" y citó que una de las causas pueden ser el abuso de los "videojuegos violentos".
El senador Major Olimpio, un ex policía, del gobernante Partido Social Liberal, afirmó que "si un maestro hubiera tenido un arma podría haber evitado la tragedia".
Desde la oposición, la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que "tragedias como ésta resultan del incentivo a la violencia a la liberación de armas. Brasil necesita paz".
