Mientras el Índice de Precios y Cotizaciones (INPC) se moderó ligeramente en julio, a 5.81 por ciento, desde 5.89 por ciento del mes previo, el índice de precios de la canasta de consumo mínimo se elevó 6.8 por ciento anual de acuerdo al Instituto Nacional de Geografía (Inegi).
Por Ernesto Madrid
Este repunte de la inflación por consecuencia afecta a la economía real, es decir a la mayoría de los mexicanos que como dio a conocer el Coneval hace unos días, alcanza más de la mitad de la población.
Es decir, que el porcentaje de mexicanos que sufren pobreza extrema creció de 14% en 2018 a 17.2% en 2020. Esto, en el número de indigentes, creció en dos años de 17.3 a 21.9 millones de compatriotas.
Ahora que si vemos la línea de pobreza por ingreso, que incluye también una canasta no alimentaria, el porcentaje de pobres creció en los dos años mencionados de 49.9% a 52.8% de la población, por lo que estamos hablando del impacto en el crecimiento de los precios en más de la mitad de la población.
La mala noticia es que los especialistas consideran que la inflación continuará en los próximos meses, primero por la pandemia y en segundo porque las presiones inflacionarias tiene mucho que ver con presiones reales que surgen de incrementos en las materias primas a nivel internacional, los cuellos de botella, y la escasez de productos. En el incremento de los productos está el costo de transportación por vía marítima que se ha aumentado mucho e impactado en la inflación.
Pero esto no es sólo en México, la realidad es que los altos niveles de inflación son algo con lo que han tenido que lidiar, en los últimos meses, diversas naciones. Si bien eran esperados por la baja de comparación del año pasado como efecto por el Covid-19, en los últimos meses la preocupación es que éste no sea sólo un tema temporal y, al contrario, persista por más meses.
Así es que este dato alto de inflación que advierte cerrara por arriba del pronóstico de Banxico, es probable que el banco central mueva al alza su tasa de interés en su siguiente reunión el 12 de agosto de acuerdo con analistas, esto implica el incremento en el precio del dinero, dicho de otra, restringir el circulante para controlar únicamente la meta del gobierno.
Así es que, el adquirir bienes de consumo básico, será más difícil para la población, esto tomando en cuenta los incrementos de los productos que se vieron más impactados por la inflación.
Hablamos del gas LP, que subió 34.9 por ciento en los últimos 12 meses; la gasolina de alto octanaje, con 16.1 por ciento; la tortilla, con 14 por ciento y la carne de cerdo, con 18.2 por ciento, por mencionar algunos casos, lo que ha deteriorado la capacidad de compra de los hogares.
Ahora bien, de acuerdo con los registros de la STPS, las revisiones contractuales de los salarios registraron caídas entre abril y junio, y en el año acumulan un descenso promedio de 0.21 por ciento, en términos reales, lo que no se reportaba desde 2017.
En tanto, el ingreso promedio de los trabajadores registrados en el IMSS registra un avance al primer semestre de 2.4 por ciento, en términos reales, luego de un 6.9 por ciento reportado en el mismo periodo del año anterior, y también es la menor cifra desde 2017, es decir, que con todo, el número de pobres tiende a aumentar y, acceder a la canasta básica, será más difícil.
Recalcando este fenómeno, para tener acceso a los satisfactores mínimos de ingesta de proteínas mínimas de calorías que requiere el cuerpo humano, así como al acceso a la salud, entre otros recursos necesarios, será más complicado, sobre todo a las personas de menos recursos.
Y si bien la inflación afecta el poder adquisitivo, por otra parte los salarios se ven limitados por la falta de crecimiento en la productividad.